Horario neoliberal

En 1996 el gobierno mexicano decidió entrarle al Horario de Verano. Esa ocasión argumento, siempre lo ha hecho, que la medida obedecía para que el país ahorra energía eléctrica. La ciudadanía como siempre fue engañada, porque cuando vieron sus recibos, los costos habían aumentado. Era una mentira.
En el caso de Chiapas, en 1997, miles de personas de la zona rural decidieron ya no entrarle al programa y por lo mismo continuaron bajo la Hora de Dios y rechazando la “Hora de Zedillo” y la “Hora de Fox”, como le llamaron.
Lo grave es que cuando se aprobó el Horario de Verano hasta el Partido de la Revolución Democrática (PRD), que es instituto que más “apegado está a los pobres”, apoyó la iniciativa. Luego muchos militantes de ese instituto cayeron en cuenta y empezaron a rechazarlo. Ya era demasiado tarde.
Así que ahora, por su cuenta, miles de personas de Chiapas, Tabasco, Oaxaca, Veracruz, Quintan Roo y Yucatán, siguen protestando por esta medida, que lejos de beneficiar sale perjudicando.
Aquí cerca de nosotros, Frontera Comalapa, ha rechazado este horario. Hasta la presidencia municipal se rige por la Hora de Dios. No hay provecho. El Horario de Verano es sólo para beneficio de multimillonarios que tienen acciones en la Bolsa Mexicana de Valores y ésta debe ajustarse a los horarios que marcan las bolsas de Nueva York y la japonesa.