Ángeles Mariscal
San Cristóbal de las Casas, Chis; 23 de noviembre.- Cinco plantas de asfalto que expiden diariamente a través de sus proceso de combustión, materiales pesados como arsénico y benceno, fueron instaladas durante los dos últimos años en la zona conurbada de esta ciudad, algunas de ellas a menos de 200 metros de escuelas públicas, denunciaron integrantes del colectivo de organizaciones y ciudadanos de esa región, quienes explicaron que desde inicio de este año solicitaron formalmente a autoridades ambientales y de salud estudios sobre el impacto ambiental y a la salud de la población de la zona –la mayoría indígenas tsotsiles- lo que a la fecha no han realizado. Piden la suspensión de las actividades de dichas plantas.
Martha Sánchez López, presidenta del comité de padres y madres de familia del jardín de niños Stendhal, ubicada en la colonia Las Peras, explicó que los 42 infantes del centro escolar padecen de forma constante, afectaciones en las vías respiratorias y problemas epidérmicos.
La mujer, indígena tsotsil que al igual que sus vecinos emigró de los municipios cercanos para instalarse en San Cristóbal de las Casas, explicó que esta problemática podría deberse a la planta procesadora de asfalto, que desde hace dos años se instaló a unos 200 metros del lugar en donde también se encuentra la primaria Niños Héroes; o al banco de grava que opera en la parte trasera de los dos centros educativos.
Bárbara Sierra, otra madre de familia de la escuela Everest, ubicado en la colonia El Aguaje, detalló que en esta localidad se ubica otra planta móvil procesadora de asfalto, cuya instalación estuvo asociada a problemas respiratorios de los niños del lugar.
En San Cristóbal de las Casas, según documentó el colectivo de organizaciones y ciudadanos, existen cinco plantas de asfalto propiedad de las empresas ALZ Construcciones, Grupo Nave, Caminos y Pavimentos de Chiapas, Diseño y Urbanización; y Grupo Vil.
Estas tienen aproximadamente dos años de haberse instalado en la colonia Las Peras, la carretera Internacional Panamericana, Cerro Salsipuedes, ejido La Albarrada, y colonia Corazón de María respectivamente.
“Al investigar sobre el proceso de fabricación que se lleva a cabo en esas plantas, encontramos que según la Agencia de Protección Ambiental (EPA) de Estados Unidos, este proceso es altamente contaminante, porque mediante altas temperaturas se deshidrata la piedra y se somete a proceso químicos para obtener el asfalto, durante la combustión son lanzadas a aire –a través de las fumarolas- arsénico, benzeno, azufre, cromo y tolueno, entre otros”.
Barbara Sierra detalló que ante este panorama, en enero de 2010 denunció ante la Procuraduría Federal de Protección al Ambiente (Profepa) la contaminación por estas plantas, y la dependencia a través del oficio PFPA/14.7/8C.17/0467/10, se comprometió a llevar a cabo una investigación e iniciar los procedimientos administrativos correspondientes.
“Luego de ese oficio no se nos volvió a notificar nada, por lo que en septiembre de este año enviamos a la Secretaría de Medio Ambiente Vivienda e Historia Natural, información sobre los estudios de impacto ambiental de esas empresas, a lo que respondió que ello era de competencia federal”.
Paralelo a este procedimiento, los integrantes del comité ciudadano solicitaron en abril de este año a la Secretaria de Salud estatal un análisis sobre los daños que estaba causando a la salud de los niños que estudian en las escuelas ubicadas cerca de las plantas de asfalto.
“Tampoco hemos recibido respuesta, por lo que pedimos a médicos particulares nos indicaran cómo podríamos detectar los síntomas por la contaminación que afecta a adultos y niños de la zona, y los especialistas refirieron problemas en la piel, en las vías respiratorias y coloración roja en las uñas, lo que coincide con las características que están teniendo los pobladores del lugar”, detalló Barbara Sierra.
Por ello, a través del comité ciudadano al que en este año se han unido académicos y especialistas, se solicitó a las secretarias de medio ambiente estatal y federal, y al Senado de la República, la investigación sobre el impacto ambiental en la zona, y la suspensión de las actividades de las plantas móviles productoras de asfalto.
San Cristóbal de las Casas, Chis; 23 de noviembre.- Cinco plantas de asfalto que expiden diariamente a través de sus proceso de combustión, materiales pesados como arsénico y benceno, fueron instaladas durante los dos últimos años en la zona conurbada de esta ciudad, algunas de ellas a menos de 200 metros de escuelas públicas, denunciaron integrantes del colectivo de organizaciones y ciudadanos de esa región, quienes explicaron que desde inicio de este año solicitaron formalmente a autoridades ambientales y de salud estudios sobre el impacto ambiental y a la salud de la población de la zona –la mayoría indígenas tsotsiles- lo que a la fecha no han realizado. Piden la suspensión de las actividades de dichas plantas.
Martha Sánchez López, presidenta del comité de padres y madres de familia del jardín de niños Stendhal, ubicada en la colonia Las Peras, explicó que los 42 infantes del centro escolar padecen de forma constante, afectaciones en las vías respiratorias y problemas epidérmicos.
La mujer, indígena tsotsil que al igual que sus vecinos emigró de los municipios cercanos para instalarse en San Cristóbal de las Casas, explicó que esta problemática podría deberse a la planta procesadora de asfalto, que desde hace dos años se instaló a unos 200 metros del lugar en donde también se encuentra la primaria Niños Héroes; o al banco de grava que opera en la parte trasera de los dos centros educativos.
Bárbara Sierra, otra madre de familia de la escuela Everest, ubicado en la colonia El Aguaje, detalló que en esta localidad se ubica otra planta móvil procesadora de asfalto, cuya instalación estuvo asociada a problemas respiratorios de los niños del lugar.
En San Cristóbal de las Casas, según documentó el colectivo de organizaciones y ciudadanos, existen cinco plantas de asfalto propiedad de las empresas ALZ Construcciones, Grupo Nave, Caminos y Pavimentos de Chiapas, Diseño y Urbanización; y Grupo Vil.
Estas tienen aproximadamente dos años de haberse instalado en la colonia Las Peras, la carretera Internacional Panamericana, Cerro Salsipuedes, ejido La Albarrada, y colonia Corazón de María respectivamente.
“Al investigar sobre el proceso de fabricación que se lleva a cabo en esas plantas, encontramos que según la Agencia de Protección Ambiental (EPA) de Estados Unidos, este proceso es altamente contaminante, porque mediante altas temperaturas se deshidrata la piedra y se somete a proceso químicos para obtener el asfalto, durante la combustión son lanzadas a aire –a través de las fumarolas- arsénico, benzeno, azufre, cromo y tolueno, entre otros”.
Barbara Sierra detalló que ante este panorama, en enero de 2010 denunció ante la Procuraduría Federal de Protección al Ambiente (Profepa) la contaminación por estas plantas, y la dependencia a través del oficio PFPA/14.7/8C.17/0467/10, se comprometió a llevar a cabo una investigación e iniciar los procedimientos administrativos correspondientes.
“Luego de ese oficio no se nos volvió a notificar nada, por lo que en septiembre de este año enviamos a la Secretaría de Medio Ambiente Vivienda e Historia Natural, información sobre los estudios de impacto ambiental de esas empresas, a lo que respondió que ello era de competencia federal”.
Paralelo a este procedimiento, los integrantes del comité ciudadano solicitaron en abril de este año a la Secretaria de Salud estatal un análisis sobre los daños que estaba causando a la salud de los niños que estudian en las escuelas ubicadas cerca de las plantas de asfalto.
“Tampoco hemos recibido respuesta, por lo que pedimos a médicos particulares nos indicaran cómo podríamos detectar los síntomas por la contaminación que afecta a adultos y niños de la zona, y los especialistas refirieron problemas en la piel, en las vías respiratorias y coloración roja en las uñas, lo que coincide con las características que están teniendo los pobladores del lugar”, detalló Barbara Sierra.
Por ello, a través del comité ciudadano al que en este año se han unido académicos y especialistas, se solicitó a las secretarias de medio ambiente estatal y federal, y al Senado de la República, la investigación sobre el impacto ambiental en la zona, y la suspensión de las actividades de las plantas móviles productoras de asfalto.
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