F. Darinel
Es el tiempo del frío:
ama, apresúrate.
El viento de las horas
barre las calles, los caminos.
Jaime Sabines
“FRAGUANDO”
LOS CAMINOS DE HOY
Riesgo
Jadeantes, cansados de tanto ajetreo político y de tanto señalamiento que se han hecho los unos a los otros, llegó pues el momento –es lo que considero- de que “los interesados” y que militan en los diferentes partidos; quienes aspiran a lo que sea, se aparten de cualquier pensamiento o apetito y sed de revancha, porque cualquier acción que tomen que sea como continuar con un golpeteo ineficaz, o que en su defecto estos produzcan el deseo de venganza en la parte golpeada; cualquiera de estos sentimientos, realizarlos por el puro placer de realizarlos, es el más tonto
de los afanes, o si se toma una de estas acciones como razón de ir eliminando gradualmente a los posibles enemigos que puedan entorpecer un avance planeado, creo que este no es el momento adecuado, porque este debe de ser un momento de acomodación y de aglutinamiento en rededor de sus respectivos partidos. Quien intente en contrario a la unión, quien apueste de nueva cuenta al golpe bajo y quien reaccione con revanchas absurdas pagará las consecuencias.
Cambios
Por qué la suposición, pues por una razón muy simple, el problema y el fenómeno se llaman: “descomposición de partidos”, es decir, cuando los militantes se dieron cuenta que la afirmación de Recasens Siches era más que cierta e intemporal, con respecto de los partidos políticos, cuando afirmó: “los partidos políticos son un medio para acceder al poder”, donde jamás se refiere a ideología y situaciones inherentes a la misma razón, que el tiempo se ha encargado de demostrarnos que cada vez es más cierto como una utopía y no como una realidad. Las partes de ideología e idiosincrasia partidistas, lo que el mismo tiempo, el avance en el pensamiento, la situación económica precaria y el mayor acceso a los medios de comunicación, han generado una reconceptualización de partidos y militancia, lo cual ocasionó que hayan cambiado radicalmente; obviamente los conceptos y por ende las actitudes de quienes eran y fueron “militantes”. Por eso, esas exigencias que dentro de los partidos políticos, que por siempre llamaron convicción y lealtad partidista, el tiempo; los nuevos tiempos políticos, demostraron y han demostrado que son conceptos políticos que poco a poco se han convertido en arcaicos y en desuso, porque la realidad los superó y tristemente los ha ido dejando atrás.
Canje radical
Así se han ido desbaratando los partidos, y con las desbandadas de sus militantes otros se han fortalecido, cumpliendo análogamente, justo como se comportan los sistemas físico-térmicos, en donde cuando un sistema pierde calor, es seguro que otro eleva su temperatura; y a la inversa: cuando un sistema gana calor, lo seguro es que otro se esté enfriando. Así se ha dado esa descomposición, que su mayor fuente y origen está en la razón de que el poder solo unos cuantos lo han detentado y se han pasado la estafeta entre familiares y nuevas generaciones, así como de amigos, en tanto el resto solo sirve de escalera y se ha quedado mirando. Eso ha ocasionado pues que el concepto de lealtad solo sea un sueño, puesto que la lealtad hacia los suyos no existe y por lo mismo la militancia ahora sabe que: o se le es leal y se le responde del todo a todo, o sencillamente busca nuevos derroteros, sin falsas cargas de conciencia y deslealtad, puesto que lealtad para con ellos nunca hubo, así como la convicción es de lo que menos se ocupan, pues la convicción basada también en la ideología partidista, no existe, ni se practica en las cúpulas y es de lo que menos se ocupan y que más desconocen. Por eso si los dirigentes no predican con el ejemplo y los supuestos carismas de los partidos no se cumplen, ni se persiguen, entonces los que se han ido ¿de qué se tienen que avergonzar? ¿de qué se tienen que arrepentir? ¿de qué se tienen lamentar? yo creo que de nada.
Inconveniente
Por eso este tiempo que pretende hacer crecer aun más a los partidos que han crecido, con el animo de hacerlos los nuevos y más fuertes vencedores, en tanto otros se han debilitado, o el caso de los que han sido debilitados y que ahora pretenden reforzarse y re crecer; con revanchas, con golpes debajo de la mesa, con señalamientos, con denostaciones, con disputas entre los mismos correligionarios solo están ocasionando poner en riesgo el trabajo logrado, o poner aun más a la vista de los rivales políticos, las heridas sangrantes, donde se pueden dirigir los rivales como punto débil.
Insisto, si algo quieren lograr, si algo pretenden, entonces por el momento, es momento de reunir, de sumar, de aglutinar y olvidarse de intrínsecos problemas, porque la verdadera guerra aun falta por venir, y si el amanecer político los sorprende con el desvelo del cisma, entonces no habrá nada que especular, el rumbo estará escrito.
Es cuanto.
adriancitio@yahoo.com.mx
Es el tiempo del frío:
ama, apresúrate.
El viento de las horas
barre las calles, los caminos.
Jaime Sabines
“FRAGUANDO”
LOS CAMINOS DE HOY
Riesgo
Jadeantes, cansados de tanto ajetreo político y de tanto señalamiento que se han hecho los unos a los otros, llegó pues el momento –es lo que considero- de que “los interesados” y que militan en los diferentes partidos; quienes aspiran a lo que sea, se aparten de cualquier pensamiento o apetito y sed de revancha, porque cualquier acción que tomen que sea como continuar con un golpeteo ineficaz, o que en su defecto estos produzcan el deseo de venganza en la parte golpeada; cualquiera de estos sentimientos, realizarlos por el puro placer de realizarlos, es el más tonto
de los afanes, o si se toma una de estas acciones como razón de ir eliminando gradualmente a los posibles enemigos que puedan entorpecer un avance planeado, creo que este no es el momento adecuado, porque este debe de ser un momento de acomodación y de aglutinamiento en rededor de sus respectivos partidos. Quien intente en contrario a la unión, quien apueste de nueva cuenta al golpe bajo y quien reaccione con revanchas absurdas pagará las consecuencias.
Cambios
Por qué la suposición, pues por una razón muy simple, el problema y el fenómeno se llaman: “descomposición de partidos”, es decir, cuando los militantes se dieron cuenta que la afirmación de Recasens Siches era más que cierta e intemporal, con respecto de los partidos políticos, cuando afirmó: “los partidos políticos son un medio para acceder al poder”, donde jamás se refiere a ideología y situaciones inherentes a la misma razón, que el tiempo se ha encargado de demostrarnos que cada vez es más cierto como una utopía y no como una realidad. Las partes de ideología e idiosincrasia partidistas, lo que el mismo tiempo, el avance en el pensamiento, la situación económica precaria y el mayor acceso a los medios de comunicación, han generado una reconceptualización de partidos y militancia, lo cual ocasionó que hayan cambiado radicalmente; obviamente los conceptos y por ende las actitudes de quienes eran y fueron “militantes”. Por eso, esas exigencias que dentro de los partidos políticos, que por siempre llamaron convicción y lealtad partidista, el tiempo; los nuevos tiempos políticos, demostraron y han demostrado que son conceptos políticos que poco a poco se han convertido en arcaicos y en desuso, porque la realidad los superó y tristemente los ha ido dejando atrás.
Canje radical
Así se han ido desbaratando los partidos, y con las desbandadas de sus militantes otros se han fortalecido, cumpliendo análogamente, justo como se comportan los sistemas físico-térmicos, en donde cuando un sistema pierde calor, es seguro que otro eleva su temperatura; y a la inversa: cuando un sistema gana calor, lo seguro es que otro se esté enfriando. Así se ha dado esa descomposición, que su mayor fuente y origen está en la razón de que el poder solo unos cuantos lo han detentado y se han pasado la estafeta entre familiares y nuevas generaciones, así como de amigos, en tanto el resto solo sirve de escalera y se ha quedado mirando. Eso ha ocasionado pues que el concepto de lealtad solo sea un sueño, puesto que la lealtad hacia los suyos no existe y por lo mismo la militancia ahora sabe que: o se le es leal y se le responde del todo a todo, o sencillamente busca nuevos derroteros, sin falsas cargas de conciencia y deslealtad, puesto que lealtad para con ellos nunca hubo, así como la convicción es de lo que menos se ocupan, pues la convicción basada también en la ideología partidista, no existe, ni se practica en las cúpulas y es de lo que menos se ocupan y que más desconocen. Por eso si los dirigentes no predican con el ejemplo y los supuestos carismas de los partidos no se cumplen, ni se persiguen, entonces los que se han ido ¿de qué se tienen que avergonzar? ¿de qué se tienen que arrepentir? ¿de qué se tienen lamentar? yo creo que de nada.
Inconveniente
Por eso este tiempo que pretende hacer crecer aun más a los partidos que han crecido, con el animo de hacerlos los nuevos y más fuertes vencedores, en tanto otros se han debilitado, o el caso de los que han sido debilitados y que ahora pretenden reforzarse y re crecer; con revanchas, con golpes debajo de la mesa, con señalamientos, con denostaciones, con disputas entre los mismos correligionarios solo están ocasionando poner en riesgo el trabajo logrado, o poner aun más a la vista de los rivales políticos, las heridas sangrantes, donde se pueden dirigir los rivales como punto débil.
Insisto, si algo quieren lograr, si algo pretenden, entonces por el momento, es momento de reunir, de sumar, de aglutinar y olvidarse de intrínsecos problemas, porque la verdadera guerra aun falta por venir, y si el amanecer político los sorprende con el desvelo del cisma, entonces no habrá nada que especular, el rumbo estará escrito.
Es cuanto.
adriancitio@yahoo.com.mx
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