*** Arqueólogos del INAH llevan a cabo la restauración de diversos edificios de la Acrópolis Norte y de un juego de pelota, el más grande de la región del Alto Usumacinta
*** El sitio pudo haber sido en la época prehispánica alguna de las dos legendarias ciudades míticas de las que partió el linaje fundador de Bonampak: Sak T’zi’ o Ak’e’
Ocosingo, Chis.- Trabajos de consolidación y restauración de antiguas construcciones mayas que son únicas en su arquitectura; así como de un juego de pelota, el más grande de la región del Alto Usumacinta, se llevan a cabo en la Zona Arqueológica Plan de Ayutla, en Chiapas, que abrirá al público en 2012 como uno de los proyectos prioritario del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH-Conaculta).
Ubicado en el municipio de Ocosingo, Plan de Ayutla fue ocupado de 200 a 950 d.C.; de acuerdo con estudios epigráficos este sitio pudo haber sido en la época prehispánica alguna de las dos legendarias ciudades míticas de las que partió el linaje fundador de Bonampak: Sak T’zi’ o Ak’e’.
El doctor Luis Alberto Martos, director del proyecto arqueológico de este sitio que forma parte de un corredor cultural que incluye a otras urbes mayas como Bonampak, Palenque y Yaxchilán, dio a conocer que las labores se han enfocado a dar solidez a las estructuras 11, 12 y 13, que delimitan el patio central de la Acrópolis Norte, una de las tres con que cuenta el lugar.
El también director de Estudios Arqueológicos del INAH abundó que además de la consolidación de otra estructura menor, en lo que resta de este año se avanzará en la puesta en valor del juego de pelota de tipo cerrado, cuya cancha mide 65 metros, y alrededor del cual hay siete edificios aledaños.
Los trabajos de la actual temporada de campo se llevan a cabo con base en las normas internacionales de conservación, de tal manera que la consolidación de los edificios se realiza con materiales compatibles con los originales, por ejemplo, los dinteles de madera de algunas puertas han sido repuestos con cortes adecuados del árbol del zapote; así mismo, el apuntalamiento de dinteles, jambas, cornisas, frisos y molduras, se hacen con una mezcla de cal apagada, sascab (tierra calcárea) y arena fina.
Estas labores, en las que participan los arqueólogos Isaac Aquino Toledo, jefe de campo, y Arlette Soloveichik de la Serna, han tenido una continuidad desde 2008 y han permitido determinar que hubo ocupación de la zona desde 150 a.C.
Martos López refirió que de acuerdo con las investigaciones hasta ahora realizadas, lo que ahora se conoce como el sitio Plan de Ayutla, bien pudo ser la mítica Sak T’zi’, que entre 600 y 800 d.C. mantuvo conflictos bélicos con otras urbes mayas como Toniná, Piedras Negras y Yaxchilán.
Cercano a la localidad de Nuevo Palestina, Plan de Ayutla cubre un área de alrededor de 25 hectáreas y consta de un total de 74 estructuras distribuidas en torno a tres acrópolis —que fueron edificadas aprovechando elevaciones naturales— y tres plazas principales, disposición que cumple con la cosmovisión maya de cielo, tierra e inframundo.
“Las plazas eran los espacios públicos para el desarrollo de actividades cívicas y religiosas. En lo que respecta a la Acrópolis Norte es un complejo tipo palacio, que consta de unidades residenciales con algunos templos también de culto de las dinastías, donde se efectuaban rituales para recibir a delegados o señores de otros lugares”.
Mientras —explicó Luis Alberto Martos—, “la Acrópolis Este fue un centro ceremonial muy exclusivo según se infiere por lo reducido de sus espacios, destinado especialmente a actos sagrados. Mientras que la Acrópolis Oeste, pese a que sólo tiene montículos, presenta una estructura de grandes dimensiones que hace suponer que tuvo una función de unidad residencial de élite, allí se encontró una tumba saqueada, así que pudo ser un lugar para dar sepultura a los señores, pero está por definirse”.
Emplazado en el corazón del Alto Usumacinta, sobre las primeras estribaciones de la Sierra de Jalapa, la Zona Arqueológica Plan de Ayutla destaca por la calidad y monumentalidad de sus edificios. Si bien posee características arquitectónicas que recuerdan a las de otras zonas arqueológicas mayas, otras son muy propias.
“Hay estructuras semejantes a algunas de Yaxchilán, Palenque, Lacanhá y Bonampak. Sin embargo, también posee aspectos muy singulares y aquí cabe destacar la Estructura 13 que es la más emblemática de la Acrópolis Norte, una construcción de poco más de 9 metros largo e igual de ancho, 11 metros de altura, dos crujías interiores de 6 metros de altitud, y dos cuartos en la parte superior; además posee un sistema de tiros, nichos y canaletas que transfieren la luz para registrar el paso cenital”.
El director del Proyecto Arqueológico Plan de Ayutla concluyó que, a la par de los trabajos de consolidación de los edificios del sitio, se han descubiertos diversos fragmentos de estuco con la representación de un dios jaguar o un señor maya, toda vez que los frisos y la crestería de estas construcciones estuvieron profusamente decorados con personajes divinizados.
*** El sitio pudo haber sido en la época prehispánica alguna de las dos legendarias ciudades míticas de las que partió el linaje fundador de Bonampak: Sak T’zi’ o Ak’e’
Ocosingo, Chis.- Trabajos de consolidación y restauración de antiguas construcciones mayas que son únicas en su arquitectura; así como de un juego de pelota, el más grande de la región del Alto Usumacinta, se llevan a cabo en la Zona Arqueológica Plan de Ayutla, en Chiapas, que abrirá al público en 2012 como uno de los proyectos prioritario del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH-Conaculta).
Ubicado en el municipio de Ocosingo, Plan de Ayutla fue ocupado de 200 a 950 d.C.; de acuerdo con estudios epigráficos este sitio pudo haber sido en la época prehispánica alguna de las dos legendarias ciudades míticas de las que partió el linaje fundador de Bonampak: Sak T’zi’ o Ak’e’.
El doctor Luis Alberto Martos, director del proyecto arqueológico de este sitio que forma parte de un corredor cultural que incluye a otras urbes mayas como Bonampak, Palenque y Yaxchilán, dio a conocer que las labores se han enfocado a dar solidez a las estructuras 11, 12 y 13, que delimitan el patio central de la Acrópolis Norte, una de las tres con que cuenta el lugar.
El también director de Estudios Arqueológicos del INAH abundó que además de la consolidación de otra estructura menor, en lo que resta de este año se avanzará en la puesta en valor del juego de pelota de tipo cerrado, cuya cancha mide 65 metros, y alrededor del cual hay siete edificios aledaños.
Los trabajos de la actual temporada de campo se llevan a cabo con base en las normas internacionales de conservación, de tal manera que la consolidación de los edificios se realiza con materiales compatibles con los originales, por ejemplo, los dinteles de madera de algunas puertas han sido repuestos con cortes adecuados del árbol del zapote; así mismo, el apuntalamiento de dinteles, jambas, cornisas, frisos y molduras, se hacen con una mezcla de cal apagada, sascab (tierra calcárea) y arena fina.
Estas labores, en las que participan los arqueólogos Isaac Aquino Toledo, jefe de campo, y Arlette Soloveichik de la Serna, han tenido una continuidad desde 2008 y han permitido determinar que hubo ocupación de la zona desde 150 a.C.
Martos López refirió que de acuerdo con las investigaciones hasta ahora realizadas, lo que ahora se conoce como el sitio Plan de Ayutla, bien pudo ser la mítica Sak T’zi’, que entre 600 y 800 d.C. mantuvo conflictos bélicos con otras urbes mayas como Toniná, Piedras Negras y Yaxchilán.
Cercano a la localidad de Nuevo Palestina, Plan de Ayutla cubre un área de alrededor de 25 hectáreas y consta de un total de 74 estructuras distribuidas en torno a tres acrópolis —que fueron edificadas aprovechando elevaciones naturales— y tres plazas principales, disposición que cumple con la cosmovisión maya de cielo, tierra e inframundo.
“Las plazas eran los espacios públicos para el desarrollo de actividades cívicas y religiosas. En lo que respecta a la Acrópolis Norte es un complejo tipo palacio, que consta de unidades residenciales con algunos templos también de culto de las dinastías, donde se efectuaban rituales para recibir a delegados o señores de otros lugares”.
Mientras —explicó Luis Alberto Martos—, “la Acrópolis Este fue un centro ceremonial muy exclusivo según se infiere por lo reducido de sus espacios, destinado especialmente a actos sagrados. Mientras que la Acrópolis Oeste, pese a que sólo tiene montículos, presenta una estructura de grandes dimensiones que hace suponer que tuvo una función de unidad residencial de élite, allí se encontró una tumba saqueada, así que pudo ser un lugar para dar sepultura a los señores, pero está por definirse”.
Emplazado en el corazón del Alto Usumacinta, sobre las primeras estribaciones de la Sierra de Jalapa, la Zona Arqueológica Plan de Ayutla destaca por la calidad y monumentalidad de sus edificios. Si bien posee características arquitectónicas que recuerdan a las de otras zonas arqueológicas mayas, otras son muy propias.
“Hay estructuras semejantes a algunas de Yaxchilán, Palenque, Lacanhá y Bonampak. Sin embargo, también posee aspectos muy singulares y aquí cabe destacar la Estructura 13 que es la más emblemática de la Acrópolis Norte, una construcción de poco más de 9 metros largo e igual de ancho, 11 metros de altura, dos crujías interiores de 6 metros de altitud, y dos cuartos en la parte superior; además posee un sistema de tiros, nichos y canaletas que transfieren la luz para registrar el paso cenital”.
El director del Proyecto Arqueológico Plan de Ayutla concluyó que, a la par de los trabajos de consolidación de los edificios del sitio, se han descubiertos diversos fragmentos de estuco con la representación de un dios jaguar o un señor maya, toda vez que los frisos y la crestería de estas construcciones estuvieron profusamente decorados con personajes divinizados.
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