viernes, septiembre 10, 2010

B’EJALTIK (Muchos Caminos)

F. Darinel

Caminos vislumbrados

“Temamos al juicio de una posteridad

justa e inexorable que nos espera.

Temamos a la Historia que ha de presentar al mundo

el cuadro de nuestras acciones,

y ajustemos nuestra conducta a los principios más sanos

de honor, de religión y de política.”

José María Teclo Morelos Pérez y Pavón

“URGE UN AUMENTO”

LOS CAMINOS DE HOY

El mejor

Me he preguntado muchas veces por qué otra razón; aparte del imponderable “desinterés” claro está y que lo identifica como tal, el amor de una madre es el más caro, el más apreciado y el máximo símbolo de “el amor de los amores”. He llegado a creer que otra razón que lo identifica y lo encumbra de tal forma, es la inagotable protección que nos brinda y que por ende, acudiendo siempre a nuestro niño interior, aunque grandes, siempre buscamos el consuelo y la seguridad que esa protección nos da.

Algo hay de esto en aquellos gobernantes que entienden que la palabra política se debe de entender; ni más ni menos, desde el punto de vista literal, o sea etimológico y semántico, la cual es de origen griego y que quiere decir: “Actividad relacionada con la organización de una ciudad”, lo que en otras palabras es el trabajo para el beneficio de una colectividad. Y esto lo traigo a colación, porque los más estupendos y verdaderos políticos, son aquellos que, en muchos casos, sin detentar cargo de poder alguno o siendo gobernantes, en realidad se han preocupado por el bienestar de su colectividad de forma desinteresada, así como el trabajo preocupado para brindarle siempre protección a la ciudadanía.



El por qué

Esto al parecer huele más a utopía que otra cosa, sin embargo ejemplos pondré dos, dos bastante actuales de nuestra era: Lázaro Cárdenas del Río y Agnes Gonxha (La Madre Teresa de Calcuta), personas destacadísimas que brillaron por su inquebrantable entrega a hacer política, de forma material el uno y de forma espiritual la otra, los que de esa forma se distinguen por tener mucho de esa “garantía de protección”, que líneas arriba mencioné.

Traigo a colación todo lo anterior, porque una población cuanto más protegida y segura se siente, más agradecida y más quiere a sus gobernantes. Por eso, si “Toño” Aguilar hace efectiva esa promesa de campaña de aumentar considerablemente el número de policías, estará “echándose a la bolsa” el corazón de “la cositiyada”, pues la cantidad de policías en la actualidad resulta insuficiente, ante una enorme ola de crímenes y criminales que azotan a Comitán.

Son tan insuficientes, que el otro día alguien hacia un cálculo de: “por cada 2 mil ciudadanos comitecos, existe un policía para cuidarlos”, lo cual resulta una cifra alarmante y de preocupación.



Por ejemplo

Si bien es cierto que será imposible que por cada 10 ciudadanos, haya un policía, por lo menos es urgente el aumento en el número de estos, puesto que al ser tan pocos, y súmenle a esto, lo indolente de algunos, la efectividad de la policía resulta más que desastrosa. Tan solo por citar un ejemplo les relataré una situación que yo mismo comuniqué a la base de policía, la cual tardaron en atender 43 minutos: Cuando iba circulando por una callecita que está, exactamente al lado de un antro de nombre “Garibaldi”, un antro que por cierto está a cuadra y media de la casa del director de salud municipal y que funciona hasta elevadas horas de la noche, que ha sido causa de múltiples riñas, que está comprobadísimo que cuenta con prostitutas camufladas de meseras, las cuales muchas veces salen cayéndose de borrachas o ya de altiro en “tremendos entres” ahí cerca, con alguno de los parroquianos con los que se marchan, pues comentaba que iba circulando sobre esa callecita y con rumbo a la “Bodega Aurrera”. Así llegué hasta la esquina que hace con la 9ª calle sur poniente, donde hay una pequeña fondita llamada “El Comalito”; que por cierto desde hace mucho que está cerrado. Ahí sobre uno de los pretiles, que hacen las veces de barra para que consuman sus alimentos los comensales, estaba sentada una mujer, con las piernas estiradas sobre el pretil y con los pantalones bajados, lo cual dejaba ver su ropa interior.



¿Reacción inmediata?

Di vuelta hacia la derecha, con dirección al bulevar, me estacione frente a una pensión de tráileres y me intenté comunicar con la policía al 63 2 00 25, donde quise notificar este hecho -eran las 11:29 de la mañana del día martes 7 de este mes- el timbre sonó hasta 8 veces y nadie contestó, luego marqué el 113, que es un número gratuito desde los teléfonos móviles e igual pasó, entonces marqué al 066 y me contestaron que prontamente enviarían a alguien. Vale la pena aclarar que esta joven mujer no andaba molestando, ni agrediendo a nadie, solo que lo notifique porque bien podía ser una mujer recién violada en estado de shock, o una persona con padecimientos psiquiátricos que anduviera extraviada y que estuviera siendo buscada por sus familiares –cabía la posibilidad que fuera cualquiera de estos dos casos- o cualquier situación que Ustedes quieran pensar pues. Así pasaron 20 minutos y nadie llegó, entonces al ver tal tardanza mi obstinación aumentó y volví a marcar al 63 2 00 25 y esta vez “tuve suerte”, me contestaron, luego me preguntaron qué en dónde la había visto y cuál era mi nombre y toda esa sarta de preguntas de rigor. Así pasaron 14 minutos más y nada, en eso vi a un policía de tránsito y me dirigí a él, le conté toda la odisea de llamadas y la razón de estas, así que este policía a través de su radio se comunicó a “la base” y 9 minutos más tarde apareció una patrulla, desde donde le preguntaron a la mujer qué hacía o si tenía algo, y por respuesta esta mujer les contestó a pedradas, para luego echarse a correr hacia el bulevar y sujetándose con una mano los pantalones.



Es el punto toral

De la patrulla descendió la conocidísima policía: “Rocky”, la cual valientemente y corriendo fue tras ella, pero antes le gritó al policía de tránsito que andaba por ahí: “P4 deténgala… ayúdeme”, a lo ese policía corrió de forma cobarde y lenta, y de no haber sido que “La Rocky” le metió velocidad, “se les hubiera pelado”, pero con la carrera tan fuerte que, dio que logró detenerla a medio bulevar.

43 minutos hubieron de pasar para que la policía que ni contestaba los teléfonos, ni la inutilidad del 066, atendieran esta denuncia de –creo- riesgo bajo, imagínense que les estén torciendo el “pescuezo” en su casa por un “malandraco”, la policía seguramente llegará al otro día, eso si tienen suerte que les contesten. De ahí que la promesa que ha hecho “Toño” Aguilar es más que esperada, para que sea cumplida, porque estamos urgidos de seguridad, de reacción inmediata, de tener la certeza que alguien está preocupado de nuestra seguridad y de la de nuestros familiares, pues esto por sobre cualquier otra urgencia social, es la más apremiante.





ALGUNAS VEREDAS



Unido a la pena

El buen amigo Jaime Figueroa, al respecto de la opinión de ayer me envío este “E. Mail”:



“También a mí me pasó

Mi estimado Darinel, me es grato enviarte un saludo, (cotz) y también comentarte que una vez asistí al centro de salud de Comitán, para tratar de curarme un terrible catarro que me estaba matando, sobre todo por el terrible dolor de huesos, la falta de apetito y el dolor de pecho, por lógica no podía trabajar y como me agarró a la mitad de la quincena, no tenía el suficiente dinero para ir a un médico particular, así que me fui al centro de salud caminando, nada más que yo me fui a las 5 de la tarde, porque ya sabía que después de las siete de la noche ya no te atendían, así que al ingresar al mentado centro estuve esperando cerca de una hora, ya que a ningún empleado se le podía dirigir la palabra, por el hecho de que no estaban. Después, cuando al fin apareció una enfermera, me salió con la pregunta estúpida de -¿que tiene usted pues? -le respondí que tenía fiebre y que me dolían los huesos y que por favor me atendieran. Ella muy chingona me comenzó a preguntar que de qué barrio era, y cuando le dije que de San Sebastián, me respondió que a esos les tocaba el día viernes y que como era sábado que regresara la próxima semana para hacer mi cita y ver que día me podían atender, que llevara un comprobante de domicilio, copia de credencial para votar y constancia de no ser derechohabiente del seguro social; putamadre¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡ a lo que todo encabronado le dije que ya mejor lo dejara así y cuando me di la vuelta, para mi desgracia, choqué con una báscula, de esas que usan para pesar a las señoras, y el ruido que provoco el choque con esta, estuvo tan fuerte que al instante salieron como diez empleados del centro ese a decirme "órale güey fíjate ¿estás ciego?" que claro fue motivo de risa de las enfermeras ahí presentes, y que conste que no les dije nada, porque hasta el recién aparecido vigilante ya me estaba viendo muy feo y se llevo a la mano su tolete, capaz que me golpeaba y hasta me metían a la cárcel.



Esto que te estoy narrando ocurrió hace tres años, y por lo visto las cosas no cambian ¡qué poca madre! y como lo que digo no lo estoy inventando me pongo a tus ordenes para cualquier aclaración.”



Es cuanto.



adriancitio@yahoo.com.mx



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