Amalia Avendaño
San Cristóbal de Las Casas, Chiapas, 6 de agosto.- Para protestar por la situación de inseguridad que vive el gremio de comunicadores en México y demandar que se investiguen muertes y desapariciones de los periodistas, comunicadores de diversos medios informativos se manifestaran en Tuxtla Gutiérrez este sábado por la mañana.
La concentración que será a partir de las 10 de la mañana en el monumento de Belisario Domínguez, el mártir de la libertad de expresión, es parte de las movilizaciones que se realizaran en distintas partes del país convocada con el lema “Los queremos vivos” surgida a raíz del secuestro de 4 periodistas en Durango y para exigir un alto a la impunidad y las agresiones en contra de los periodistas mexicanos.
En el Distrito Federal será una marcha que partirá del Ángel de la Independencia a la Secretaría de Gobernación, responsable de las garantías de libertad de expresión y derecho a la información para pedir garantías de seguridad el cumplimiento de su labor, intervención inmediata de las autoridades en los casos de agresiones pendientes de investigación y la puesta en marcha de medidas de protección urgentes para los periodistas que trabajan en zonas de alto riesgo.
Sólo en el primer semestre de este año, diez periodistas han sido asesinados, 11 siguen desaparecidos –entre ellos María Esther Aguilar Casimbe de Michoacán- y se cuentan por lo menos 54 sucesos de violencia contra trabajadores de medios de 19 estados. Las víctimas: 64 periodistas y ocho medios de comunicación.
Hasta este viernes el caso más reciente de violencia contra comunicadores es el secuestro en Zacatecas Ulises González García, director del Semanario La Opinión, cuya investigación, según las autoridades “está en curso”, así como los cientos de agresiones y las decenas de asesinatos y desapariciones que se acumulan en los archivos de las procuradurías estatales y en la Fiscalía federal para Delitos contra Periodistas. Su número dependerá de la organización que lleva el recuento. Pero qué más da. La vida de los periodistas en estados como Chihuahua, ya ni siquiera es atractiva para las aseguradoras.
Así, desprovistos de cualquier tipo de seguridad, los reporteros, fotorreporteros, camarógrafos y demás trabajadores de los medios de comunicación, siguen cumpliendo con su labor, acatando la orden de trabajo aun cuando signifique riesgo para su persona. Y lo hay, comprobado está.
Hasta ahora, los periodistas han asumido en silencio el duelo de sus víctimas, pero la gravedad de los acontecimientos recientes, sus implicaciones para el periodismo y todavía más para los ciudadanos, nos animan a salir a la calle para demandar protección y responsabilidad compartida. Todos estamos obligados a aportar soluciones, desde la posición que le corresponde: como autoridad, como propietario o concesionario de un medio, como directivo, columnista, articulista, editorialista y, por supuesto, como periodistas.
Así conviene a todos frente a la amenaza de silencio, y ya no sólo violencia, que se extiende en amplias zonas del país, a causa de las agresiones, amenazas, asesinatos, secuestros y desapariciones de compañeros de los estados, principalmente.
San Cristóbal de Las Casas, Chiapas, 6 de agosto.- Para protestar por la situación de inseguridad que vive el gremio de comunicadores en México y demandar que se investiguen muertes y desapariciones de los periodistas, comunicadores de diversos medios informativos se manifestaran en Tuxtla Gutiérrez este sábado por la mañana.
La concentración que será a partir de las 10 de la mañana en el monumento de Belisario Domínguez, el mártir de la libertad de expresión, es parte de las movilizaciones que se realizaran en distintas partes del país convocada con el lema “Los queremos vivos” surgida a raíz del secuestro de 4 periodistas en Durango y para exigir un alto a la impunidad y las agresiones en contra de los periodistas mexicanos.
En el Distrito Federal será una marcha que partirá del Ángel de la Independencia a la Secretaría de Gobernación, responsable de las garantías de libertad de expresión y derecho a la información para pedir garantías de seguridad el cumplimiento de su labor, intervención inmediata de las autoridades en los casos de agresiones pendientes de investigación y la puesta en marcha de medidas de protección urgentes para los periodistas que trabajan en zonas de alto riesgo.
Sólo en el primer semestre de este año, diez periodistas han sido asesinados, 11 siguen desaparecidos –entre ellos María Esther Aguilar Casimbe de Michoacán- y se cuentan por lo menos 54 sucesos de violencia contra trabajadores de medios de 19 estados. Las víctimas: 64 periodistas y ocho medios de comunicación.
Hasta este viernes el caso más reciente de violencia contra comunicadores es el secuestro en Zacatecas Ulises González García, director del Semanario La Opinión, cuya investigación, según las autoridades “está en curso”, así como los cientos de agresiones y las decenas de asesinatos y desapariciones que se acumulan en los archivos de las procuradurías estatales y en la Fiscalía federal para Delitos contra Periodistas. Su número dependerá de la organización que lleva el recuento. Pero qué más da. La vida de los periodistas en estados como Chihuahua, ya ni siquiera es atractiva para las aseguradoras.
Así, desprovistos de cualquier tipo de seguridad, los reporteros, fotorreporteros, camarógrafos y demás trabajadores de los medios de comunicación, siguen cumpliendo con su labor, acatando la orden de trabajo aun cuando signifique riesgo para su persona. Y lo hay, comprobado está.
Hasta ahora, los periodistas han asumido en silencio el duelo de sus víctimas, pero la gravedad de los acontecimientos recientes, sus implicaciones para el periodismo y todavía más para los ciudadanos, nos animan a salir a la calle para demandar protección y responsabilidad compartida. Todos estamos obligados a aportar soluciones, desde la posición que le corresponde: como autoridad, como propietario o concesionario de un medio, como directivo, columnista, articulista, editorialista y, por supuesto, como periodistas.
Así conviene a todos frente a la amenaza de silencio, y ya no sólo violencia, que se extiende en amplias zonas del país, a causa de las agresiones, amenazas, asesinatos, secuestros y desapariciones de compañeros de los estados, principalmente.
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