Comitán, Chis; 8 de agosto.- A 36 años del fallecimiento de Rosario Castellanos, su amiga desde la infancia, la poeta Dolores Castro, agradeció a Comitán, “todo lo que hizo, para que fuera lo fue”, la autora de la novela Balún Canán.
La maestra Castro habló en el auditorio Roberto Cordero, del Centro Cultural que lleva el nombre su amiga, como invitada especial por el 36 aniversario del deceso de Rosario Castellanos y ahí comentó que el mejor homenaje es “leer su obra”.
La maestra de la Escuela de Periodismo Carlos Septién contó que se conoció con Rosario desde la escuela secundaria, cuando tenía 16 años y Castellanos 14.
A partir de ahí surgió una amistad que se prolongó por varios años, que las llevó a viajar a Chiapas durante varias ocasiones, así como el periplo que realizaron por Europa.
De jovencita Castro llegó al “pequeño Comitán”, con su “agradable kiosco”, su iglesia y su San Caralampio, su santo.
En uno de esos viajes visitaron el barrio de La Pila, donde se venera al santo, donde compraron dulces, caminaron y vieron el arribo de los tojolabales que llegaban a visitar al patrono.
“En aquella época fue inolvidable para mi, por su gente, no importante, sino también singular. Inolvidable. Una señorita que tocaba siempre en el piano la misma pieza. Otra que fue la anunció la muerte del hermano de Rosario (César) que describe en la novela Balún Canán”.
Dice que se acercó a la mujer que vaticinó la mujer del niño César Castellanos, que era “una mujer de pelo largo blanco, casi hacia la cintura y con unos ojos tremendos y yo le pregunte”:
-¿Porque dijo usted que iba a morir el hermano de Rosario?
-Porque lo vi.
-¿Cómo qué lo vio?
-Sí, ahí estaba muerto y supe cuando.
“Entonces creo que también vaticinó que se iba a quemarse el cine y se quemó y muchas otras cosas, hasta que un sacerdote le dijo que ya no digas que va suceder, porque algún día te van a matar”, comentó la maestra Castro.
-Cómo mujer Rosario Castellano, ¿Cuál era su estado vulnerable?, se le preguntó a la mestra.
-La sensibilidad.
-¿Tenía miedos?
-No no, lo que pasa es que una persona sensible sufre mucho más cualquier revés, cualquier dificultad. Bueno ella sí tuvo una vida con muchas dificultades, por ejemplo, sus papás a los que yo ahora entiendo perfectamente. Don César era dueño de duchísimas haciendas y de pronto se quedó sin nada y se quedó sin nada en el Distrito Federal y que es lo peor que le puede suceder a cualquier gente, porque se sentía solo.
Luego comentó que el mejor biógrafo de Rosario Castellanos, es ella misma, porque su poesía y su novela es autobiográfica.
La maestra Castro habló en el auditorio Roberto Cordero, del Centro Cultural que lleva el nombre su amiga, como invitada especial por el 36 aniversario del deceso de Rosario Castellanos y ahí comentó que el mejor homenaje es “leer su obra”.
La maestra de la Escuela de Periodismo Carlos Septién contó que se conoció con Rosario desde la escuela secundaria, cuando tenía 16 años y Castellanos 14.
A partir de ahí surgió una amistad que se prolongó por varios años, que las llevó a viajar a Chiapas durante varias ocasiones, así como el periplo que realizaron por Europa.
De jovencita Castro llegó al “pequeño Comitán”, con su “agradable kiosco”, su iglesia y su San Caralampio, su santo.
En uno de esos viajes visitaron el barrio de La Pila, donde se venera al santo, donde compraron dulces, caminaron y vieron el arribo de los tojolabales que llegaban a visitar al patrono.
“En aquella época fue inolvidable para mi, por su gente, no importante, sino también singular. Inolvidable. Una señorita que tocaba siempre en el piano la misma pieza. Otra que fue la anunció la muerte del hermano de Rosario (César) que describe en la novela Balún Canán”.
Dice que se acercó a la mujer que vaticinó la mujer del niño César Castellanos, que era “una mujer de pelo largo blanco, casi hacia la cintura y con unos ojos tremendos y yo le pregunte”:
-¿Porque dijo usted que iba a morir el hermano de Rosario?
-Porque lo vi.
-¿Cómo qué lo vio?
-Sí, ahí estaba muerto y supe cuando.
“Entonces creo que también vaticinó que se iba a quemarse el cine y se quemó y muchas otras cosas, hasta que un sacerdote le dijo que ya no digas que va suceder, porque algún día te van a matar”, comentó la maestra Castro.
-Cómo mujer Rosario Castellano, ¿Cuál era su estado vulnerable?, se le preguntó a la mestra.
-La sensibilidad.
-¿Tenía miedos?
-No no, lo que pasa es que una persona sensible sufre mucho más cualquier revés, cualquier dificultad. Bueno ella sí tuvo una vida con muchas dificultades, por ejemplo, sus papás a los que yo ahora entiendo perfectamente. Don César era dueño de duchísimas haciendas y de pronto se quedó sin nada y se quedó sin nada en el Distrito Federal y que es lo peor que le puede suceder a cualquier gente, porque se sentía solo.
Luego comentó que el mejor biógrafo de Rosario Castellanos, es ella misma, porque su poesía y su novela es autobiográfica.
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