jueves, junio 24, 2010

Obispo reconoce méritos literarios de José Saramago

Amalia Avendaño

San Cristóbal de Las Casas, Chiapas, 23 de junio.- El obispo Felipe Arizmendi Esquivel, hizo un reconocimiento de los méritos “literarios y sociales” de José Saramago quién dijo “ fue un ateo convencido y beligerante”.

En su mensaje semanal el titular de la diócesis aseguró que el recién fallecido premio nobel de literatura fue un “escritor prolífico y profundo, crítico de los sistemas, comprometido con los marginados, agudo para analizar los fenómenos sociales y políticos, libre para denunciar opresiones, fiel a sus convicciones marxistas”.

“Atacó acremente a nuestra fe, haciendo una interpretación tendenciosa e históricamente incompleta del cristianismo, de la Iglesia y de la práctica religiosa. Manifestó no tener fe en otra vida con Dios, como la esperamos los creyentes, pues rechazó la misma existencia de un Ser Superior. Esto le trajo dividendos de fama e ingresos económicos, con grandes espacios en medios de la misma tendencia”, añadio.

“Saramago -agrega-, ya murió, pero Dios, a quien él negó, no morirá jamás. Mueren famosos literatos, como moriremos todos, pero nuestra fe en un Dios vivo y trascendente nos sostiene en la esperanza. La vida tiene pleno sentido en El, con El y por El”.


El obispo de la diócesis de Chiapas, entidad visitada en varias ocasiones por el nobel portugues simpatizante de la causa indígena zapatista, manifestó: “Respetemos a los no creyentes, pero que éstos también nos respeten a nosotros” y consideró que “la mejor forma de contrarrestar el ateísmo, es cimentando nuestra fe en la Palabra de Dios y en la doctrina de la Iglesia, y sobre todo con nuestra coherencia de vida en la justicia, la verdad, la honestidad, el servicio fraterno, la opción por los pobres”.


Recordó que el Concilio Vaticano II se habló de la responsabilidad de los creyentes respecto al ateísmo diciendo que “considerado en su total integridad, el ateísmo no es un fenómeno originario, sino un fenómeno derivado de varias causas, entre las cuales se debe contar también la reacción crítica contra las religiones y, ciertamente en algunas zonas del mundo, contra la religión cristiana”. Por lo cual, en esta génesis del ateísmo, pueden tener parte no pequeña los propios creyentes, en cuanto que, con el descuido de la educación religiosa, o con la exposición inadecuada de la doctrina, o incluso con los defectos de su vida religiosa, moral o social, han ocultado, más bien que revelado, el genuino rostro de Dios y de la religión”.



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