F. Darinel
Y es que hombres como yo
no se libran de tal hora;
de la hora que les habla así:
¡Solo ahora recorres tu camino de grandeza!
¡Cima y abismo son ahora una y la misma cosa!
Federico Nietzsche
(“Así hablaba Zaratustra”)
“EN EVIDENCIA”
LOS CAMINOS DE HOY
Trascendente
El día de anteayer tuve la horrenda oportunidad de presenciar uno de los actos más vergonzosos que haya visto, pude ver como un pequeño grupo de personas, que no sobrepasaban los sesenta o setenta, armados con palos y pedazos de varilla, forzaron la entrada principal del edificio de la Dirección de Seguridad Pública de Comitán, y con ello se perpetró uno de los actos vandálicos más osados que haya visto en Comitán y por otro lado una de las situaciones más vergonzosas que tenga cuenta y por las que haya pasado una institución, más porque esta es la que se entiende brinda seguridad a Comitán y que en ese momento era la más vulnerable, ante el embate de un pequeño grupo de vándalos, que más tarde comprobé no solo son vándalos de calle, sino vulgares ladrones y cobardes, que al amparo de la confusión y de la masa que conformaban, perpetraron una serie de daños a esta institución.
Antecedentes
Todo dio inicio debido a que el Coordinador de Mercados y Ambulantaje, decomisó un triciclo acondicionado para la venta de elotes y esquites, mismo que al parecer se estaciona en algún punto de la ciudad, en donde imagino le fue “tolerado” estacionarse y que lleve a cabo su labor comercial. Según versiones del mismo coordinador y de el Director de Gobierno Municipal, esta persona con el “valor” que le da su “organización” rompió con tal tolerancia y se instaló en otro lugar, valiéndole sorbete el acuerdo. Por tal razón el Coordinador de Mercados y Ambulantaje, adecuadamente solicitó el apoyo de las fuerzas públicas y decomisaron el vehículo, situación que es válida porque es parte de la prueba de un delito, en el entendido que se está cometiendo una infracción a una norma, más allá que al “tolerar” ya se incurre en la infracción, pero que al romper con el acuerdo, entonces se procede a aplicar la ley como es debido. Entonces ¿para qué existe pues el Reglamento de mercados, ambulantaje y sitios públicos de mercadeo de Comitán? ¿qué, cualquier gandul, al amparo de grupos de delincuentes, puede pasarse las leyes por el “arco del triunfo”? porque así parece ser.
Los hechos
Después del decomiso, el comerciante corrió a quejarse con sus compañeros y líderes y estos ni tardos, ni perezosos se unieron y marcharon con rumbo a el edificio en cuestión, en el que una vez que llegaron, como cualquier buen delincuente, lo primero que hicieron fue sitiarlo, interrumpir el tráfico vehicular, cortarle el suministro de energía eléctrica e intimidarlos con viejas prácticas de gritos y el golpeteo incesante de las puertas con los garrotes y las varillas, parecido a esa vieja práctica de los custodios de las cárceles, práctica de la que muchos reos se han quejado ante las instituciones defensoras de derechos humanos, en donde narran que incesantemente y durante las horas de descanso de los presos, los custodios rozan los toletes en los barrotes de las celdas para infundirles el miedo atroz y constante, el cual sirve para enviar el mensaje de “eres mío” o “me perteneces”.
Muy destacado
Así estuvieron un rato, golpeando las puertas, lanzando improperios y sintiéndose “valientes”, sin embargo de pronto ocurrió un suceso inesperado, vi la valiente llegada del mismísimo director de seguridad pública, DEA; David Esponda Argüello, solo y sin escoltas, más que un radio, de los conocidos como “matra”, en sus manos, a quien una tonta y analfabeta letra, ni siquiera leída por nadie, lo ha tratado de hacer parecer un cobarde y un desobligado, endilgándole no sé qué tantas tonterías y chismesillos dolosos y de muy mala fe y ralea, “filtrados de no sé dónde”. En fin que cuando lo vi llegar, después hablar y preguntar con algunos de los “valientes” y luego acercarse; a un tipo que estime era el lidercillo o “el machín de la banda” de delincuentes, apostados en las afueras del edificio de la Dirección de Seguridad Pública, este rápidamente y con el estúpido complejo de inferioridad inició a tratarlo con hostilidad, a tutearlo, a llamarlo compa’ y a exigirle la liberación de el vehículo de comercio y el pago de mil pesos, por concepto de “la venta del día”, en tanto otros y otras, porque también estaba un grupo de mujeres; también “valientes” se arremolinaban a su alrededor y lo encaraban, pero con la mayor de las ecuanimidades y estoicismos, este también los encaraba y les decía tranquilamente: “no puedo atender a tres o seis a las vez, menos gritando, no los entiendo así, uno por uno y nos entendemos; así es imposible dialogar”. No faltaron los gritos de “amarrénlo”, o “mejor lo amarremos, que no se vaya, con éste nos desquitemos y así nos lo van a pagar estos putos cuicos”. Finalmente, y con la mayor de las tranquilidades les dijo que se retiraría, que entraría al edificio para iniciar a buscar una solución. Cuando se dirigía a la puerta de acceso, uno de los tantos “valientes” que emitía un fuerte aliento a alcohol, como la gran mayoría de sus “compañeros”, corrió a atajarlo e impedirle el paso para que entrara, sin embargo eso no lo achicó y finalmente, después de mucho tocar y comunicarse a través del radio, la puerta le fue abierta.
“El portazo”
Lo sorprendente vino después, se suponía que esperarían a que la respuesta saliera y que; obviamente, se integrara una comisión por parte de “los delincuentes” para entrar a dialogar, los que creo por los influjos del alcohol y quién sabe de que otros “pasedrines”, seguramente se olvidaron y se lanzaron, pasado un poco rato, a garrotear, esta vez incesantemente, el portón de acceso vehicular, hasta que después de tanto empujar las dos enormes hojas cedieron y finalmente “dieron portazo”, se introdujeron violentos y gloriosos, injuriosos y desordenados, a la par que otro tipo atravesó en la entrada abierta una camioneta gris. Entonces la turba fue encarada por el coordinador de mercados y ambulantaje y por el director de gobierno municipal, en tanto al fondo, apenas una veintena de policías, a los que se les notaba que a prisa y un tanto mal puesto, se habían medio acomodado el equipo antimotín. Seles notaba nerviosos, temerosos y a la vez; paradójicamente, seguros, en tanto los inconformes no atinaban que hacer.
Más al fondo y sobre el piso elevado de las oficinas vi a Roque Gordillo, el regidor encargado de la comisión de seguridad, junto a otros funcionarios, pero al que no vi por ningún lado fue al coordinador de la policía preventiva, que poco después supe está de vacaciones, vacaciones que al parecer alguien de muy arriba le autorizó, justo ahora que está el tiempo electoral a todo lo que da y que es un tiempo en el que obligadamente la fuerza pública debe estar prácticamente acuartelada, hasta cinco días después de pasados los comicios, pero no, aquí en este caso la persona que nos solucionó en un santiamén el problema de delincuencia, con una “explicación de cartón” e implementación de cuadrantes y no sé que otros tantos cuentos rosas, brillaba por su ausencia.
Los robos y lo inaudito
Mientras esta pausa tensa se daba, con los violentos dentro del patio de maniobras de la policía y los funcionarios no decidían qué hacer, un tipo; también alcoholizado, que era uno de los que se distinguía por lanzar la mayor cantidad de “mentadas” y “muy machito” retaba a los policías, injuriándolos todo el tiempo, retrocedió hasta la puerta pequeña de entrada y se fijó que ahí estaban las oficinas de la guardia en prevención, la cual estaba en penumbras, entonces; más que raudo, se introdujo e invitando a otros dos iniciaron con la rapiña, el destrozo y el robo. Ví cuando desconectaba un radio de frecuencia corta y se lo regalaba a “un cuate suyo” al cual le dijo: “mirá, vos que te falta un radio para tu carro, aquí hay uno, llévatelo”, luego de a poco en poco, por la parte de atrás de la guardia sacaba cosas, abría no se que envolturas de otras y se acomodaba lo extraído dentro de sus ropas o en la cintura, luego ví cuando abrió los cajones de los escritorios y sacó unas bolsas de plástico que contenían dinero, lo cual se guardo también y muy dadivoso seguía “regalando” cosas, así fue como unos jovencitos compañeros de este oficio, con engaños se hicieron pasar por comp’as suyos e iniciaron a llevarse la mayor cantidad de objetos de valor hacia lugar seguro o entregándoselos a los policías.
Finalmente, “el macho-men”, paró con la rapiña, y con un descompuesto sombrero, que se colocó sobre la cachucha que traía al revés, salió con el mayor cinismo del mundo de las oficinas de la guardia en prevención, con un chaleco de policía puesto sobre sí, y salió con más ira a retar y a ofender a los policías.
Mientras esto ocurría, otro evento inaudito pasaba, un “periodista”, que con cámara en mano se dirigía hacia la turba enardecida y los alentaba a seguir, los incendiaba y azuzaba, y luego hipócritamente se iba donde los funcionarios y donde los policías estaban, a casi reclamar la actitud de estos y a dar “sapientes” consejos como: “ta’ fácil esto, devuélvanles el carrito y paguénles… ellos tienen razón, yo vi anoche cuando El Rubén los ubicó y ahora dice que no es verdad, que no mame”, pero para entonces el dueño del “carrito” ya había ido por él y había hecho el inventario de las pérdidas.
Conclusiones
Pasado un rato los funcionarios recibieron a “un grupo de bolos”, digo a “la flamante comisión negociadora” y se introdujeron y al interior de las oficinas, rato después salieron muy felices y dando gritos eufóricos y una sarta de mentadas, los pandilleros inmediatamente se retiraron, y ahí quedó al descubierto y en claro una serie de cosas: la policía que es la que nos cuida, fue avergonzada y rebasada en número y por primera vez intimidada en su “propia casa”; aunque digan lo que digan resultó ser realmente responsable, más negociador y valiente Esponda Argüello; quedó en claro que hay muy, pero muy pocos policías; que esta acción dejará precedente para que otras “organizaciones”, también se introduzcan sin miedo alguno a ese edificio, total no hay policías que se los vayan a impedir, inclusive un día de estos llegarán a “tumbar puertas” los lenones, los alcahuetes, las matronas y las sexoservidoras, con eso que ya son “opecistas”; el descontrol y la falta de orden que demostraban los elementos policiacos, demuestra la falta de control y disciplina por parte de el coordinador, que anda paseando, en lugar de andar atento en este tiempo tan delicado y ahí la cosa es clara, Eduardo Ramírez, sin que le tiemble la mano, debe de relevar a esta persona, que ya le demostró en dos diferentes puestos que “no la arma”; que ciertamente la propuesta de maestro en periodismo Fredy Martín Pérez hoy es más que real, es necesaria la figura de un ombudsman del periodismo en Comitán y finalmente, diferentes grupos de bandidos, mal llamados “organizaciones sociales”, que desde hace dos años hemos denunciado en este matutino, hacen y deshacen lo que quieren, al amparo de la masa y ensuciando nombres como los de Emiliano Zapata, Rubén Jaramillo, Lucio Cabañas; que por cierto así es el nombre de esa “organización” que violentó ese edificio y, que es hora de detenerlos, “no aportan mucho” y el detenerlos no traerá mayores costos políticos
Es suficiente de alcahuetería, permisibilidad y blandenguería, poco a poco los no organizados se están cansando de estos abusos y puede que un día de estos le den un susto a nuestras autoridades.
Es cuanto.
adriancitio@yahoo.com.mx
Y es que hombres como yo
no se libran de tal hora;
de la hora que les habla así:
¡Solo ahora recorres tu camino de grandeza!
¡Cima y abismo son ahora una y la misma cosa!
Federico Nietzsche
(“Así hablaba Zaratustra”)
“EN EVIDENCIA”
LOS CAMINOS DE HOY
Trascendente
El día de anteayer tuve la horrenda oportunidad de presenciar uno de los actos más vergonzosos que haya visto, pude ver como un pequeño grupo de personas, que no sobrepasaban los sesenta o setenta, armados con palos y pedazos de varilla, forzaron la entrada principal del edificio de la Dirección de Seguridad Pública de Comitán, y con ello se perpetró uno de los actos vandálicos más osados que haya visto en Comitán y por otro lado una de las situaciones más vergonzosas que tenga cuenta y por las que haya pasado una institución, más porque esta es la que se entiende brinda seguridad a Comitán y que en ese momento era la más vulnerable, ante el embate de un pequeño grupo de vándalos, que más tarde comprobé no solo son vándalos de calle, sino vulgares ladrones y cobardes, que al amparo de la confusión y de la masa que conformaban, perpetraron una serie de daños a esta institución.
Antecedentes
Todo dio inicio debido a que el Coordinador de Mercados y Ambulantaje, decomisó un triciclo acondicionado para la venta de elotes y esquites, mismo que al parecer se estaciona en algún punto de la ciudad, en donde imagino le fue “tolerado” estacionarse y que lleve a cabo su labor comercial. Según versiones del mismo coordinador y de el Director de Gobierno Municipal, esta persona con el “valor” que le da su “organización” rompió con tal tolerancia y se instaló en otro lugar, valiéndole sorbete el acuerdo. Por tal razón el Coordinador de Mercados y Ambulantaje, adecuadamente solicitó el apoyo de las fuerzas públicas y decomisaron el vehículo, situación que es válida porque es parte de la prueba de un delito, en el entendido que se está cometiendo una infracción a una norma, más allá que al “tolerar” ya se incurre en la infracción, pero que al romper con el acuerdo, entonces se procede a aplicar la ley como es debido. Entonces ¿para qué existe pues el Reglamento de mercados, ambulantaje y sitios públicos de mercadeo de Comitán? ¿qué, cualquier gandul, al amparo de grupos de delincuentes, puede pasarse las leyes por el “arco del triunfo”? porque así parece ser.
Los hechos
Después del decomiso, el comerciante corrió a quejarse con sus compañeros y líderes y estos ni tardos, ni perezosos se unieron y marcharon con rumbo a el edificio en cuestión, en el que una vez que llegaron, como cualquier buen delincuente, lo primero que hicieron fue sitiarlo, interrumpir el tráfico vehicular, cortarle el suministro de energía eléctrica e intimidarlos con viejas prácticas de gritos y el golpeteo incesante de las puertas con los garrotes y las varillas, parecido a esa vieja práctica de los custodios de las cárceles, práctica de la que muchos reos se han quejado ante las instituciones defensoras de derechos humanos, en donde narran que incesantemente y durante las horas de descanso de los presos, los custodios rozan los toletes en los barrotes de las celdas para infundirles el miedo atroz y constante, el cual sirve para enviar el mensaje de “eres mío” o “me perteneces”.
Muy destacado
Así estuvieron un rato, golpeando las puertas, lanzando improperios y sintiéndose “valientes”, sin embargo de pronto ocurrió un suceso inesperado, vi la valiente llegada del mismísimo director de seguridad pública, DEA; David Esponda Argüello, solo y sin escoltas, más que un radio, de los conocidos como “matra”, en sus manos, a quien una tonta y analfabeta letra, ni siquiera leída por nadie, lo ha tratado de hacer parecer un cobarde y un desobligado, endilgándole no sé qué tantas tonterías y chismesillos dolosos y de muy mala fe y ralea, “filtrados de no sé dónde”. En fin que cuando lo vi llegar, después hablar y preguntar con algunos de los “valientes” y luego acercarse; a un tipo que estime era el lidercillo o “el machín de la banda” de delincuentes, apostados en las afueras del edificio de la Dirección de Seguridad Pública, este rápidamente y con el estúpido complejo de inferioridad inició a tratarlo con hostilidad, a tutearlo, a llamarlo compa’ y a exigirle la liberación de el vehículo de comercio y el pago de mil pesos, por concepto de “la venta del día”, en tanto otros y otras, porque también estaba un grupo de mujeres; también “valientes” se arremolinaban a su alrededor y lo encaraban, pero con la mayor de las ecuanimidades y estoicismos, este también los encaraba y les decía tranquilamente: “no puedo atender a tres o seis a las vez, menos gritando, no los entiendo así, uno por uno y nos entendemos; así es imposible dialogar”. No faltaron los gritos de “amarrénlo”, o “mejor lo amarremos, que no se vaya, con éste nos desquitemos y así nos lo van a pagar estos putos cuicos”. Finalmente, y con la mayor de las tranquilidades les dijo que se retiraría, que entraría al edificio para iniciar a buscar una solución. Cuando se dirigía a la puerta de acceso, uno de los tantos “valientes” que emitía un fuerte aliento a alcohol, como la gran mayoría de sus “compañeros”, corrió a atajarlo e impedirle el paso para que entrara, sin embargo eso no lo achicó y finalmente, después de mucho tocar y comunicarse a través del radio, la puerta le fue abierta.
“El portazo”
Lo sorprendente vino después, se suponía que esperarían a que la respuesta saliera y que; obviamente, se integrara una comisión por parte de “los delincuentes” para entrar a dialogar, los que creo por los influjos del alcohol y quién sabe de que otros “pasedrines”, seguramente se olvidaron y se lanzaron, pasado un poco rato, a garrotear, esta vez incesantemente, el portón de acceso vehicular, hasta que después de tanto empujar las dos enormes hojas cedieron y finalmente “dieron portazo”, se introdujeron violentos y gloriosos, injuriosos y desordenados, a la par que otro tipo atravesó en la entrada abierta una camioneta gris. Entonces la turba fue encarada por el coordinador de mercados y ambulantaje y por el director de gobierno municipal, en tanto al fondo, apenas una veintena de policías, a los que se les notaba que a prisa y un tanto mal puesto, se habían medio acomodado el equipo antimotín. Seles notaba nerviosos, temerosos y a la vez; paradójicamente, seguros, en tanto los inconformes no atinaban que hacer.
Más al fondo y sobre el piso elevado de las oficinas vi a Roque Gordillo, el regidor encargado de la comisión de seguridad, junto a otros funcionarios, pero al que no vi por ningún lado fue al coordinador de la policía preventiva, que poco después supe está de vacaciones, vacaciones que al parecer alguien de muy arriba le autorizó, justo ahora que está el tiempo electoral a todo lo que da y que es un tiempo en el que obligadamente la fuerza pública debe estar prácticamente acuartelada, hasta cinco días después de pasados los comicios, pero no, aquí en este caso la persona que nos solucionó en un santiamén el problema de delincuencia, con una “explicación de cartón” e implementación de cuadrantes y no sé que otros tantos cuentos rosas, brillaba por su ausencia.
Los robos y lo inaudito
Mientras esta pausa tensa se daba, con los violentos dentro del patio de maniobras de la policía y los funcionarios no decidían qué hacer, un tipo; también alcoholizado, que era uno de los que se distinguía por lanzar la mayor cantidad de “mentadas” y “muy machito” retaba a los policías, injuriándolos todo el tiempo, retrocedió hasta la puerta pequeña de entrada y se fijó que ahí estaban las oficinas de la guardia en prevención, la cual estaba en penumbras, entonces; más que raudo, se introdujo e invitando a otros dos iniciaron con la rapiña, el destrozo y el robo. Ví cuando desconectaba un radio de frecuencia corta y se lo regalaba a “un cuate suyo” al cual le dijo: “mirá, vos que te falta un radio para tu carro, aquí hay uno, llévatelo”, luego de a poco en poco, por la parte de atrás de la guardia sacaba cosas, abría no se que envolturas de otras y se acomodaba lo extraído dentro de sus ropas o en la cintura, luego ví cuando abrió los cajones de los escritorios y sacó unas bolsas de plástico que contenían dinero, lo cual se guardo también y muy dadivoso seguía “regalando” cosas, así fue como unos jovencitos compañeros de este oficio, con engaños se hicieron pasar por comp’as suyos e iniciaron a llevarse la mayor cantidad de objetos de valor hacia lugar seguro o entregándoselos a los policías.
Finalmente, “el macho-men”, paró con la rapiña, y con un descompuesto sombrero, que se colocó sobre la cachucha que traía al revés, salió con el mayor cinismo del mundo de las oficinas de la guardia en prevención, con un chaleco de policía puesto sobre sí, y salió con más ira a retar y a ofender a los policías.
Mientras esto ocurría, otro evento inaudito pasaba, un “periodista”, que con cámara en mano se dirigía hacia la turba enardecida y los alentaba a seguir, los incendiaba y azuzaba, y luego hipócritamente se iba donde los funcionarios y donde los policías estaban, a casi reclamar la actitud de estos y a dar “sapientes” consejos como: “ta’ fácil esto, devuélvanles el carrito y paguénles… ellos tienen razón, yo vi anoche cuando El Rubén los ubicó y ahora dice que no es verdad, que no mame”, pero para entonces el dueño del “carrito” ya había ido por él y había hecho el inventario de las pérdidas.
Conclusiones
Pasado un rato los funcionarios recibieron a “un grupo de bolos”, digo a “la flamante comisión negociadora” y se introdujeron y al interior de las oficinas, rato después salieron muy felices y dando gritos eufóricos y una sarta de mentadas, los pandilleros inmediatamente se retiraron, y ahí quedó al descubierto y en claro una serie de cosas: la policía que es la que nos cuida, fue avergonzada y rebasada en número y por primera vez intimidada en su “propia casa”; aunque digan lo que digan resultó ser realmente responsable, más negociador y valiente Esponda Argüello; quedó en claro que hay muy, pero muy pocos policías; que esta acción dejará precedente para que otras “organizaciones”, también se introduzcan sin miedo alguno a ese edificio, total no hay policías que se los vayan a impedir, inclusive un día de estos llegarán a “tumbar puertas” los lenones, los alcahuetes, las matronas y las sexoservidoras, con eso que ya son “opecistas”; el descontrol y la falta de orden que demostraban los elementos policiacos, demuestra la falta de control y disciplina por parte de el coordinador, que anda paseando, en lugar de andar atento en este tiempo tan delicado y ahí la cosa es clara, Eduardo Ramírez, sin que le tiemble la mano, debe de relevar a esta persona, que ya le demostró en dos diferentes puestos que “no la arma”; que ciertamente la propuesta de maestro en periodismo Fredy Martín Pérez hoy es más que real, es necesaria la figura de un ombudsman del periodismo en Comitán y finalmente, diferentes grupos de bandidos, mal llamados “organizaciones sociales”, que desde hace dos años hemos denunciado en este matutino, hacen y deshacen lo que quieren, al amparo de la masa y ensuciando nombres como los de Emiliano Zapata, Rubén Jaramillo, Lucio Cabañas; que por cierto así es el nombre de esa “organización” que violentó ese edificio y, que es hora de detenerlos, “no aportan mucho” y el detenerlos no traerá mayores costos políticos
Es suficiente de alcahuetería, permisibilidad y blandenguería, poco a poco los no organizados se están cansando de estos abusos y puede que un día de estos le den un susto a nuestras autoridades.
Es cuanto.
adriancitio@yahoo.com.mx
2 comentarios:
EN PRIMER LUGAR PIENSO QUE LAS ORGANIZACIONES NO SON DELINCUENTES COMO LAS HACEN LLAMAR, SI SUS INTEGRANTES FUERAN DELINCUENTES NO ANDUBIERAN VENDIENDO ELOTES, SINO ROBANDO, ASALTANDO, ASESINANDO Y MUCHOS ACTOS ILICITOS MAS, AHORA BIEN, ESTUVO MAL QUE HAYAN ACTUADO DE ESTA MANERA, NO DEBIERON DE HABER ECHO ESO DE TIRAR COSAS, PERO DE IGUAL MANERA LOS POLICIAS NO DEBIERON DE COMERSE EL ELOTE QUE LLEVABA EL SEÑOR, PUESTO QUE ESO SI LOS COMVIERTE A ELLOS EN DELINCUENTES POR AGARRAR Y COMER ALGO QUE NO LES PERTENECE, PIENSO QUE TAMBIEN DEBEN INVESTIGAR BIEN SI SUCEDIERON LAS COSAS COMO LAS AUTORIDADES LAS SEÑALAN, YA QUE ME HA TOCADO VER EN ALGUNAS OCASIONES COMO ESTOS FUNCIONARIOS DAN MALOS TRATOS A LA CIUDADANIA, SOBRE TODO A LA GENTE HUMILDE Y ESO NO SE VALE, TODOS SOMOS SERES HUMANOS Y POR LO TANTO TENEMOS LOS MISMOS DERECHOS...
Más que citar a Nietzsche y querer mostrar tu itinerario de lector de quien dijera "que el juicio moral pertenece a un grado de ignoracia", deverias de recurrir más a Noam Chomsky con la idea de fortalecer un periodismo honrado, independiete y valiente...Regularmente consulto este blog para enterarme de lo que pasa en Comitán y es una lástima estar al orden de la nota roja y de Calderonizarse confundiendo a la verdadera "Delincuencia" y parecer estar al servicio del sistema de opresión a los más sencillos. Tu notita parece un boletín del Ayuntamiento.
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