viernes, mayo 14, 2010

Desde Los Altos

Fredy López Arévalo

¡Comenzó a fluir la luz!

Ayer por la tarde la directora del Sistema Chiapaneco de Radio, Televisión y Cinematografía, Débora Iturbe Vargas, se puso al corriente.

Por eso recurro a un silogismo que solía utilizar el legendario Gervasio Grajales, director del periódico “Es!, Diario Popular”, cuando el poder central le hacia llegar una su maleta de paga.

Antes les había asestado un su ¡Seco el elotazo!



Armas

No hace mucho, un grupo de evangélicos de San Gregorio Las Casas, municipio de Huixtán, repelió con los llamados Cuernos de Chivo a un grupo de católicos tradicionalistas que pretendía cortarles el agua, por no cooperar con 30 pesos para la celebración del día de la Santa Cruz. Se contabilizaron por lo menos nueve heridos de bala. Pero más allá del ataque, lo que salió a relucir es la proliferación de armas de alto calibre en manos civiles. Durante años se ha sabido que el EZLN se levantó en armas contra el gobierno y el Ejército mexicanos.

Ellos son pues, un sector de la población tolerado en el uso de armas de fuego.

Se ha documentado, también, la existencia de grupos de autodefensa o paramilitares antizapatistas armados, así como de asalta caminos, sicarios a sueldo y narcotraficantes con alto poder ofensivo.

Pero en los últimos años no se había expresado un grupo evangélico en posesión de armas de fuego, menos de los llamados Cuerno de Chivo.

A mediados de los años ochenta se supo de la existencia de un grupo de autodefensa formado al calor de las expulsiones masivas de evangélico de San Juan Chamula.

Se hizo llamar “Guardián de mi Hermano”.

Escenificó algunos ataques, sobre todo en respuesta a la violencia ejercida por los caciques chamulas contra el pueblo evangélico.

Se sabe que el grupo fue disuelto años después, a la muerte de Salvador Collazo Gómez. Es la referencia inmediata de lo que ahora se conoce como el Ejército de Dios.

Sin embargo, no solo los únicos casos de civiles armados.

Hace algunos años, un grupo de embozados atacó a un convoy de la policía de Seguridad Pública en Paso Achiote, municipio de Chiapa de Corzo, y luego asaltó el penal para liberar a algunos campesinos recluidos por delitos relacionados a la lucha por la tierra.

El ataque se atribuyó a una eventual célula del EPR.

Antes, en 1998, otro grupo similar perpetró una emboscada contra policías de Seguridad Pública en el municipio de El Bosque. Por este último caso está preso en el Cereso No5 de San Cristóbal de Las Casas, el profesor Alberto Patishtán, aunque nunca se demostró su responsabilidad en el caso.

Hace unos días, en el ejido El Azufre, en el municipio de Huitiupán, un grupo de encapuchados emboscó al personal de pago del programa Oportunidades.

Hay tres heridos de bala internados en un hospital de Tuxtla Gutiérrez, y se reporta como desaparecido a Guillermo Reyes Hernández, encargado de Telecom.

El agente del Ministerio Público que atendió el caso, Edgar Estrada Cervantes, reportó el hallazgo de varis casquillos AK-47, los famosos Cuernos de Chivo.

Estamos pues ante un problema mayor: la proliferación de armas de alto poder ofensivo en manos de civiles.

Eso sugiere que en cualquier momento podría surgir la violencia en Chiapas, como sucede en algunos estados del norte del país.

¿Qué los contiene?

Es urgente impulsar una campaña de desarme a fondo, más allá de los llamados de la Secretaria de la Defensa Nacional (Sedena) para permutar un arma por un electrodoméstico.

Eso no sirve de nada.

Tampoco parecen ser eficaces los retenes carreteros, que además son violatorios a las garantías constitucionales de libre transito por todo el territorio nacional.

¿Cómo contener lo que resulta evidente es un creciente flujo de armas?

Chiapas es un estado fronterizo, y la Frontera Sur registra una altísima movilidad de personas y mercancías, y sobre todo, es quizá una de las fronteras internacionales más porosas.

Tal vez haga falta más scanner como el que se instaló en el cruce de Chiapa de Corzo, y seguro más controles en la frontera con Centroamérica, y una estrategia de desarme más eficaz.

Es lo que se me ocurre… no sé usted que pueda pensar, se lo dejo de tarea.




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