Alejandro Molinari
albemoto@hotmail.com
http://areni-ya.blogspot.com
Respetables paisanos candidatos: el pueblo advierte y tolera el deseo de cada uno de ustedes por ser el elegido para gobernar este municipio. ¿Cuál es el interés que los mueve? Daré por descontado que es el mismo que alienta la sociedad: el desarrollo armónico de Comitán. ¿Verdad que sí?
Ante tal premisa expongo a ustedes algo que interesa al pueblo, y, por lógica, debería interesarles a ustedes: las banquetas de laja. Se sabe que los políticos, por sus múltiples compromisos, usan autos para desplazarse, caminan poco. Pero las personas comunes ¡sí caminan! Cientos de personas caminan por la subida de San Sebastián o por la de Guadalupe, o por la bajada de San Caralampio, muy cerca de la famosa calle “del resbalón”. ¡Ah, maravillosa calle que, en un tiempo, llegó a ostentar tal rótulo en la esquina! Rótulo que, por desgracia, desapareció. Bueno, desapareció el rótulo, mas no la calle, incluso, por un enroque infausto las calles del resbalón proliferaron y hoy en muchas calles del pueblo, a cada rato, se oye un lamentable ¡pongoch! Comitán se ha convertido en “la ciudad del resbalón”. Esto que pudiera parecer gracioso es una lamentable realidad que afecta, sobre todo, a personas de edad. Mucha gente mayor ha resbalado en las decenas de “resbaladillas” que existen en todas las entradas a las cocheras de las casas comitecas.
¿En qué momento dejamos que nuestra ciudad se convirtiera en una ciudad de peligro para los peatones?
Don Jorge Pinto, un respetable comiteco que ya falleció, caminaba por el arroyo y cuando alguien le prevenía del peligro de ser atropellado, él decía que caminaba por ahí porque eran más peligrosas las banquetas. ¿Dónde se ha visto que las personas tengan que arriesgarse a bajarse al arroyo porque es más peligroso caminar sobre las banquetas? ¡En Comitán!
Basta hacer una ligera encuesta entre los pobladores de esta maravilloso pueblo para darse cuenta que la mayoría está en desacuerdo con esa práctica anacrónica de haber “forrado” con laja las banquetas de estas calles empinadas. Y ahora resulta que la calle central quedará de lujo por la remozada que le dan, pero, parece, volverán a cometer el error de “enlajar” las banquetas.
Señores candidatos: alguno de ustedes será nuestro próximo gobernante, por esto, de manera respetuosa, les pido se coloquen del lado del pueblo al que, ahora, prometen servir y hagan suya esta demanda.
Alguno de ustedes recibirá pronto el mando de la ciudad; por lo tanto, si están con el pueblo deben solicitar al presidente actual no permita que “forren” con laja las banquetas de la calle central que ahora están remodelando.
He escrito con anterioridad que en Comitán no se respeta el lema que la misma autoridad presume: “En Comitán, el peatón es primero”. Las calles sí tienen una carpeta especial para que los autos transiten sin patinar en las subidas, pero ¿qué sucede con las banquetas de todos los días?
Comitán es su gente y su gente merece vivir en una ciudad digna y segura. No existe ningún argumento que pueda estar por encima del bien común de los comitecos.
Dicen que en la ciudad de México todos han sufrido un asalto o conocen a alguien que ha sido asaltado. Por desgracia, ahora en Comitán todos han sufrido un resbalón o conocen a alguien que se ha fracturado por “culpa” de las banquetas jabonosas.
Espero que esta carta abierta tenga respuesta por parte de cada uno de ustedes. Quedo en espera.
Alejandro
albemoto@hotmail.com
http://areni-ya.blogspot.com
Respetables paisanos candidatos: el pueblo advierte y tolera el deseo de cada uno de ustedes por ser el elegido para gobernar este municipio. ¿Cuál es el interés que los mueve? Daré por descontado que es el mismo que alienta la sociedad: el desarrollo armónico de Comitán. ¿Verdad que sí?
Ante tal premisa expongo a ustedes algo que interesa al pueblo, y, por lógica, debería interesarles a ustedes: las banquetas de laja. Se sabe que los políticos, por sus múltiples compromisos, usan autos para desplazarse, caminan poco. Pero las personas comunes ¡sí caminan! Cientos de personas caminan por la subida de San Sebastián o por la de Guadalupe, o por la bajada de San Caralampio, muy cerca de la famosa calle “del resbalón”. ¡Ah, maravillosa calle que, en un tiempo, llegó a ostentar tal rótulo en la esquina! Rótulo que, por desgracia, desapareció. Bueno, desapareció el rótulo, mas no la calle, incluso, por un enroque infausto las calles del resbalón proliferaron y hoy en muchas calles del pueblo, a cada rato, se oye un lamentable ¡pongoch! Comitán se ha convertido en “la ciudad del resbalón”. Esto que pudiera parecer gracioso es una lamentable realidad que afecta, sobre todo, a personas de edad. Mucha gente mayor ha resbalado en las decenas de “resbaladillas” que existen en todas las entradas a las cocheras de las casas comitecas.
¿En qué momento dejamos que nuestra ciudad se convirtiera en una ciudad de peligro para los peatones?
Don Jorge Pinto, un respetable comiteco que ya falleció, caminaba por el arroyo y cuando alguien le prevenía del peligro de ser atropellado, él decía que caminaba por ahí porque eran más peligrosas las banquetas. ¿Dónde se ha visto que las personas tengan que arriesgarse a bajarse al arroyo porque es más peligroso caminar sobre las banquetas? ¡En Comitán!
Basta hacer una ligera encuesta entre los pobladores de esta maravilloso pueblo para darse cuenta que la mayoría está en desacuerdo con esa práctica anacrónica de haber “forrado” con laja las banquetas de estas calles empinadas. Y ahora resulta que la calle central quedará de lujo por la remozada que le dan, pero, parece, volverán a cometer el error de “enlajar” las banquetas.
Señores candidatos: alguno de ustedes será nuestro próximo gobernante, por esto, de manera respetuosa, les pido se coloquen del lado del pueblo al que, ahora, prometen servir y hagan suya esta demanda.
Alguno de ustedes recibirá pronto el mando de la ciudad; por lo tanto, si están con el pueblo deben solicitar al presidente actual no permita que “forren” con laja las banquetas de la calle central que ahora están remodelando.
He escrito con anterioridad que en Comitán no se respeta el lema que la misma autoridad presume: “En Comitán, el peatón es primero”. Las calles sí tienen una carpeta especial para que los autos transiten sin patinar en las subidas, pero ¿qué sucede con las banquetas de todos los días?
Comitán es su gente y su gente merece vivir en una ciudad digna y segura. No existe ningún argumento que pueda estar por encima del bien común de los comitecos.
Dicen que en la ciudad de México todos han sufrido un asalto o conocen a alguien que ha sido asaltado. Por desgracia, ahora en Comitán todos han sufrido un resbalón o conocen a alguien que se ha fracturado por “culpa” de las banquetas jabonosas.
Espero que esta carta abierta tenga respuesta por parte de cada uno de ustedes. Quedo en espera.
Alejandro
No hay comentarios.:
Publicar un comentario