miércoles, diciembre 16, 2009

B’JALTIK (Muchos Caminos)

F. Darinel

Percibí en ella
una sed insaciable de nuevos horizontes
una ansia inconfesada de compartir su vieja voz de arrullo
su triste voz
(triste como la imagen del indio
clavada entre la cruz de sus caminos).
Enoch Cancino Casahonda

“LOS INFORMES”

LOS CAMINOS DE HOY

Han iniciado
Aunado a toda la festividad que implica el maratón Guadalupe-Reyes, se une a la fiesta de todo lo decembrino y de fin de año, la fiesta de los informes de gobierno. Por lo pronto en nuestra región han dado inicio y quien abrió esta partitura ha sido Manuel Pulido y Eduardo Ramírez, faltan los presidentes de La Independencia, Frontera Comalapa, Chicomuselo, Tzimol y Las margaritas, en donde no ha de faltar la algarabía y la fiesta.

Sin entender
Pero más allá de estas peroratas, que podemos decir de los informes, qué es lo rescatable de toda esta formalidad, de todo este conjunto de protocolos y actitudes, que a fuerza de ser sinceros siguen todavía sorprendiendo al pueblo y todavía; la mayor parte de él sigue sin entenderlo, sigue sin saborearlo y sigue aún en lo desconcertante de las cifras, los programas, ramos, partidas, presupuestos y todo ese argot que se antoja inasequible al común del pueblo, que es la gran mayoría.

La tradición
No se puede contradecir que la ley exige a los gobiernos entreguen un informe detallado, con el fin de conocer como han aplicado los recursos y que han hecho los representantes populares. Pero si bien es cierto que se exige, no dice la ley que deban hacerlo de manera pública o de alguna forma solemne, ésto ha sido una tradición generada desde los gloriosos tiempos del PRI, cuando el presidente de la república rendía su informe y ese día, como lo han dicho grandes periodistas como Loret de Mola o Carlos Ramírez, era “el día del presidente”.
Aún nuestros recuerdos ven en la lejanía a Luis Echeverría, a López Portillo, a Miguel de la Madrid y a Salinas de Gortari, llegando, como llegó Francisco I. Madero, acompañado de cadetes del Heroico Colegio Militar, y luego del informe pasear por las calles de la ciudad de México, en un automóvil convertible, entre vallas humanas y nubes de confeti, que al final eran una operación militar encubierta, con el fin de hacerlo lo más invisible y en caso del intento de algún atentado, es más a eso se le llamaba “operación confeti”.

Solo dos cosas
Pero en fin la pregunta y la aclaración surgen, nadie está diciendo que esta tradición sea mala; que es eso la aclaración, sino que provecho real tenemos que sacarle a esta, prácticamente ley, pues se a acostumbrado desde hace mucho y “la costumbre es ley”, de dar informes de gobierno y segundo; la pregunta, qué debemos obtener realmente de ellos, porque ante estas dos cuestiones hay algo importante y no se trata que lo que digan los presidentes está demás, sino que las buenas y malas obras saltan como relámpagos, con fuerza y con brillantez y son inocultables, las cuales no les hace falta ser informadas, pero si se van a repetir en un informe creo que les ha faltado el condimento especial, conocer las razones y los motivos que orillaron a hacer tal o cual acción.

Eso que no se entiende
He ahí que no importan si los dineros son aplicables al ramo 33 o del ramo 27 ó 26, si son recursos extraordinarios, o si son FORTAMUN, FAVM, PRODIM, FISM o lo que sea, no importa que signifique cada una de esta siglas o razones administrativas, importan también que los presidentes dijeran por qué no pueden utilizar tal o cual dinero, porque se dan ciertas obras y otras no, y claro por qué se hicieron y cuándo se hicieron.

Un buen fin
Más allá de la fiesta, de la algarabía y “el santo trago”, esta aprovechar este momento para acercarse al pueblo de forma sencilla, para agradecerle que aun siga la confianza o para disculparse, en su caso, o bien para decirle al pueblo cuánto costó, para que aprecien y se exija su cuidado. En fin que los discursos, los números y las acciones hoy por hoy deben tener un fin.

Es cuanto.


adriancitio@yahoo.com.mx


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