A nuestras hermanas y hermanos de la Diócesis de San Cristóbal de Las Casas; a las mujeres y los hombres de buena voluntad:
Reciban un saludo en Cristo nuestro Señor, portador de justicia y verdad. Queremos dar a ustedes una palabra sobre recientes acontecimientos que involucran a nuestra diócesis:
1. La situación que se vive en estos tiempos:
El mundo está viviendo una crisis en el sistema social, económico y político, que desenmascara el fracaso del proyecto neoliberal. En nuestro país, esto se expresa en un creciente empobrecimiento de la población, desempleo, hambre, abandono del campo, ineficiencia de las instituciones educativas y de salud, migración. Todo esto genera descontento social.
2. Nuestra Iglesia Diocesana:
Somos una Iglesia que, movida por el Espíritu, ha decidido caminar con el pueblo pobre, que sufre las consecuencias de este sistema social que está en crisis. Nuestras opciones como Iglesia diocesana se inspiran en el mismo Señor Jesús, quien al proclamar su misión se apropia lo dicho por el profeta Isaías: “El Espíritu del Señor está sobre mí. El me ha ungido para traer Buenas Nuevas a los pobres, para anunciar a los cautivos su libertad y a los ciegos que pronto van a ver. A despedir libres a los oprimidos y a proclamar el año de gracia del Señor” (Is 61,1-2; Lc 4, 18–19). Es Jesús quien nos impulsa a un compromiso con este pueblo que sufre.
3. Nuestra Iglesia Diocesana de nuevo es señalada:
Este compromiso de nuestra Iglesia diocesana, expresado en sus opciones, nos ha llevado a alimentar la esperanza de nuestro pueblo, a buscar caminos que lleven a una vida más justa, más plena. La acción pastoral que realizamos en nuestra diócesis, como le pasó a Jesús, nos trae conflictos con quienes tienen otros intereses. Por esta razón, se han generado, nuevamente y con fuerza, una serie de ataques y calumnias a través de los medios de comunicación (Prensa, Radio, Televisión, Internet) y de algunas instancias de gobierno contra nuestra diócesis, contra algunas personas concretas y contra grupos que mantienen viva la esperanza de que se puede construir una sociedad nueva que sea signo del Reino de Dios, señalándonos como promotores de violencia e inestabilidad, de acciones beligerantes, saqueos, sabotajes, etc. Definitivamente, éste no es nuestro camino; y si alguien se desvía, debemos corregirlo; no actúa en nombre de la diócesis.
No nos asuste ni nos extrañe que los poderosos quieran intimidar y buscar culpables, usando la misma estrategia de levantar calumnias e infundios que, en la década pasada, llevaron a la persecución, hostigamiento y encarcelamiento de Agentes de Animación y Coordinación Pastoral y de servidoras y servidores en nuestra diócesis. Actualmente se ha acusado directamente a nuestros hermanos sacerdotes Eleazar Juárez, Jesús Landín y Juan Manuel Hurtado. A hermanas y hermanos servidores en algunas comunidades se les hostiga como si fueran promotores de la violencia. Desconocen la capacidad que tiene el pueblo de ser sujeto de su historia y de sus propias decisiones, conscientes de su dignidad e iluminados por la Palabra de Dios.
4. Nuestro llamado:
Ante esta situación que hemos presentado, queremos hacer los siguientes llamados:
· A los medios de comunicación y a las autoridades: Que sean conscientes de su responsabilidad de informar y defender la verdad, evitando ser agentes de inestabilidad social con falsas informaciones. Que manifiesten disposición para dialogar con quienes podemos tener puntos de vista distintos, pero que luchamos también por el bienestar integral de Chiapas.
· A las y los Agentes de Animación y Coordinación Pastoral: No perder la esperanza; más bien, renovar y fortalecer nuestro compromiso, nuestras opciones evangélicas, acompañando al Pueblo de Dios, dando vida a los acuerdos de nuestro III Sínodo Diocesano. Ser prudentes y tomar precauciones para evitar ser sorprendidos por la “siembra” de pruebas falsas, o por la probable intervención telefónica o de Internet. Analicemos desapasionada y críticamente nuestras palabras y acciones, revisando si hemos dado pie a malas interpretaciones, para evitar que se distorsione lo que decimos o hacemos. Procuremos acompañarnos, no dejarnos solos y orar unos por otros, también por quienes nos atacan.
Recordamos lo que nos dice nuestro Sínodo: “Para llegar a la reconciliación, buscaremos soluciones pacíficas y respetuosas a los problemas, por medio del diálogo, sabiendo que actuamos desde la misión de la Iglesia como mediadores de la paz. Es necesario que los agentes de pastoral ayuden a lograr la reconciliación en las comunidades, hablando y animando con mensajes de paz, para que no se provoquen nuevos disturbios y conflictos” (Nos. 90 y 100).
· A las hermanas y hermanos servidores, a las mujeres y hombres de buena voluntad: Discernir críticamente la información que los Medios de Comunicación transmiten y que muchas veces desinforman y confunden. Ser muy claros en nuestra opción por la justicia y la verdad, como cimientos para la paz y la reconciliación. Rechazar las opciones violentas y optar siempre por los medios pacíficos para la transformación social, tomando en cuenta lo que dice nuestro III Sínodo: “La violencia armada desangra a muchísimas de nuestras comunidades… Para alcanzar esa paz que tanto anhelamos, debemos seguir fielmente el camino de la diócesis de ser instrumentos y constructores de la paz verdadera, que es don de Jesús. Hemos de continuar con nuestro compromiso diocesano, de ser promotores y mediadores de la paz y cumplir con el ministerio de la reconciliación que Dios nos dio para cambiar esta situación de guerra y de conflictos entre hermanos, evitando el pleito, el odio, el chisme y el rumor en nuestras comunidades” (págs. 53-56).
Hermanas y hermanos de nuestra diócesis; hombres y mujeres de buena voluntad: Les invitamos a que nos unamos en oración para tener la fuerza de Dios en nuestros corazones, y para pedir la sabiduría que nos da el Espíritu. Que Cristo, Señor de la Historia , y Santa María de Guadalupe, nos guíen y acompañen en nuestro caminar, para trabajar por la Vida plena de nuestro pueblo en El, por El y con El.
San Cristóbal de Las Casas, Chiapas, 15 de octubre de 2009
+ Felipe Arizmendi Esquivel + Enrique Díaz Díaz
Obispo de la Diócesis Obispo Auxiliar de la Diócesis
Pbro. Heriberto Cruz Vera + Pbro. Fco. Javier Reyes Reyes
Vicario de Justicia y Paz Vicario de Pastoral
Hna. Ma. Constanza Aguilar Abril, MEF
Secretaria Canciller
Reciban un saludo en Cristo nuestro Señor, portador de justicia y verdad. Queremos dar a ustedes una palabra sobre recientes acontecimientos que involucran a nuestra diócesis:
1. La situación que se vive en estos tiempos:
El mundo está viviendo una crisis en el sistema social, económico y político, que desenmascara el fracaso del proyecto neoliberal. En nuestro país, esto se expresa en un creciente empobrecimiento de la población, desempleo, hambre, abandono del campo, ineficiencia de las instituciones educativas y de salud, migración. Todo esto genera descontento social.
2. Nuestra Iglesia Diocesana:
Somos una Iglesia que, movida por el Espíritu, ha decidido caminar con el pueblo pobre, que sufre las consecuencias de este sistema social que está en crisis. Nuestras opciones como Iglesia diocesana se inspiran en el mismo Señor Jesús, quien al proclamar su misión se apropia lo dicho por el profeta Isaías: “El Espíritu del Señor está sobre mí. El me ha ungido para traer Buenas Nuevas a los pobres, para anunciar a los cautivos su libertad y a los ciegos que pronto van a ver. A despedir libres a los oprimidos y a proclamar el año de gracia del Señor” (Is 61,1-2; Lc 4, 18–19). Es Jesús quien nos impulsa a un compromiso con este pueblo que sufre.
3. Nuestra Iglesia Diocesana de nuevo es señalada:
Este compromiso de nuestra Iglesia diocesana, expresado en sus opciones, nos ha llevado a alimentar la esperanza de nuestro pueblo, a buscar caminos que lleven a una vida más justa, más plena. La acción pastoral que realizamos en nuestra diócesis, como le pasó a Jesús, nos trae conflictos con quienes tienen otros intereses. Por esta razón, se han generado, nuevamente y con fuerza, una serie de ataques y calumnias a través de los medios de comunicación (Prensa, Radio, Televisión, Internet) y de algunas instancias de gobierno contra nuestra diócesis, contra algunas personas concretas y contra grupos que mantienen viva la esperanza de que se puede construir una sociedad nueva que sea signo del Reino de Dios, señalándonos como promotores de violencia e inestabilidad, de acciones beligerantes, saqueos, sabotajes, etc. Definitivamente, éste no es nuestro camino; y si alguien se desvía, debemos corregirlo; no actúa en nombre de la diócesis.
No nos asuste ni nos extrañe que los poderosos quieran intimidar y buscar culpables, usando la misma estrategia de levantar calumnias e infundios que, en la década pasada, llevaron a la persecución, hostigamiento y encarcelamiento de Agentes de Animación y Coordinación Pastoral y de servidoras y servidores en nuestra diócesis. Actualmente se ha acusado directamente a nuestros hermanos sacerdotes Eleazar Juárez, Jesús Landín y Juan Manuel Hurtado. A hermanas y hermanos servidores en algunas comunidades se les hostiga como si fueran promotores de la violencia. Desconocen la capacidad que tiene el pueblo de ser sujeto de su historia y de sus propias decisiones, conscientes de su dignidad e iluminados por la Palabra de Dios.
4. Nuestro llamado:
Ante esta situación que hemos presentado, queremos hacer los siguientes llamados:
· A los medios de comunicación y a las autoridades: Que sean conscientes de su responsabilidad de informar y defender la verdad, evitando ser agentes de inestabilidad social con falsas informaciones. Que manifiesten disposición para dialogar con quienes podemos tener puntos de vista distintos, pero que luchamos también por el bienestar integral de Chiapas.
· A las y los Agentes de Animación y Coordinación Pastoral: No perder la esperanza; más bien, renovar y fortalecer nuestro compromiso, nuestras opciones evangélicas, acompañando al Pueblo de Dios, dando vida a los acuerdos de nuestro III Sínodo Diocesano. Ser prudentes y tomar precauciones para evitar ser sorprendidos por la “siembra” de pruebas falsas, o por la probable intervención telefónica o de Internet. Analicemos desapasionada y críticamente nuestras palabras y acciones, revisando si hemos dado pie a malas interpretaciones, para evitar que se distorsione lo que decimos o hacemos. Procuremos acompañarnos, no dejarnos solos y orar unos por otros, también por quienes nos atacan.
Recordamos lo que nos dice nuestro Sínodo: “Para llegar a la reconciliación, buscaremos soluciones pacíficas y respetuosas a los problemas, por medio del diálogo, sabiendo que actuamos desde la misión de la Iglesia como mediadores de la paz. Es necesario que los agentes de pastoral ayuden a lograr la reconciliación en las comunidades, hablando y animando con mensajes de paz, para que no se provoquen nuevos disturbios y conflictos” (Nos. 90 y 100).
· A las hermanas y hermanos servidores, a las mujeres y hombres de buena voluntad: Discernir críticamente la información que los Medios de Comunicación transmiten y que muchas veces desinforman y confunden. Ser muy claros en nuestra opción por la justicia y la verdad, como cimientos para la paz y la reconciliación. Rechazar las opciones violentas y optar siempre por los medios pacíficos para la transformación social, tomando en cuenta lo que dice nuestro III Sínodo: “La violencia armada desangra a muchísimas de nuestras comunidades… Para alcanzar esa paz que tanto anhelamos, debemos seguir fielmente el camino de la diócesis de ser instrumentos y constructores de la paz verdadera, que es don de Jesús. Hemos de continuar con nuestro compromiso diocesano, de ser promotores y mediadores de la paz y cumplir con el ministerio de la reconciliación que Dios nos dio para cambiar esta situación de guerra y de conflictos entre hermanos, evitando el pleito, el odio, el chisme y el rumor en nuestras comunidades” (págs. 53-56).
Hermanas y hermanos de nuestra diócesis; hombres y mujeres de buena voluntad: Les invitamos a que nos unamos en oración para tener la fuerza de Dios en nuestros corazones, y para pedir la sabiduría que nos da el Espíritu. Que Cristo, Señor de la Historia , y Santa María de Guadalupe, nos guíen y acompañen en nuestro caminar, para trabajar por la Vida plena de nuestro pueblo en El, por El y con El.
San Cristóbal de Las Casas, Chiapas, 15 de octubre de 2009
+ Felipe Arizmendi Esquivel + Enrique Díaz Díaz
Obispo de la Diócesis Obispo Auxiliar de la Diócesis
Pbro. Heriberto Cruz Vera + Pbro. Fco. Javier Reyes Reyes
Vicario de Justicia y Paz Vicario de Pastoral
Hna. Ma. Constanza Aguilar Abril, MEF
Secretaria Canciller
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