miércoles, septiembre 23, 2009

Fue el Ejército el que atacó a inmigrantes

Isaín Mandujano.

Comitán, Chis., 22 de septiembre.- Fue el Ejército Mexicano y no la policía estatal o sicarios los que dispararon el pasado viernes por la noche en contra de un grupo de inmigrantes que huían a bordo de una camioneta en el municipio de Comitán de cuyos ocupantes quedaron dos centroamericanos muertos y varios más heridos de balas.
Una fuente de la policía estatal, que omitió su identidad para confrontarse con las fuerzas armadas, confirmó que esa corporación policiaca “no tenía porque deslindarse de nada porque nada tuvo que ver con los hechos” y refirió que eso fue un operativo en el que sólo participaron miembros del Ejército Mexicano.
En un primero momento, la noche del viernes se dijo que habían sido sicarios de algún grupo de narcotraficantes, horas después se acusó que habían sido policías estatales los que tiraron a matar a la camioneta que Dodge, de color blanco que circulaba de sur a norte, cuando se topo de frente con una patrulla del Ejército en San Antonio El Copalar, cercano a la Base Aérea Militar y sede del 91 Batallón de Infantería.
Pero conforme transcurrieron las horas entre el sábado y domingo, el pasado lunes se dijo de forma extraoficial que en ese operativo solo participaron los efectivos del Ejército pero no los que se aprecian en las imágenes sino otra patrulla militar que al ver lo sucedido se retiró del lugar.
Los sobrevivientes dijeron que tras el retiro de sus agresores a quienes identificaron como “soldados vestidos de verde olivo” quedaron solo por varios minutos en el lugar llorando algunos y agonizando otros. Uno más pretendían esconderse entre los matorrales creyendo que sus persecutores eran miembros de algún cartel del narcotráfico.
Tras estar por unos momentos solos fue que de pronto aparecieron otras patrullas de la policía estatal, del Ejército, del Instituto Nacional de Migración y los socorristas.
Filiberto Hernández Pérez, originario de Ricardo Flores Magón, del municipio de Teopisca, era el chiapaneco conductor de la unidad que llevaba a media docena de indocumentados de nacionalidad salvadoreña y ecuatoriana.
Era camioneta una Dodge, tipo Ram, de color blanco, con placas DB 422711, del estado de Chiapas al que los militares hicieron la arada y al no hacerlo e iniciar la persecución habrían confundido con grupos de sicarios que transitan por caminos de extravió en esa región fronteriza.
Según el ecuatoriano Miguel Mallén, del departamento de Cañar, seis extranjeros viajaban a bordo de la camioneta. Escucharon disparos que primero fueron dirigidos a las llantas de los vehículos, se ponchó una de ellas pero como los militares vieron que no se detenían tiraron a matar hacia los ocupantes que iban en la góndola del vehículo.
Al Hospital Regional de Comitán fueron llevados los ecuatoriano Gustavo Mallén Cela y Edgar Cancea Zúñiga, de 25 y 33 años de edad y el salvadoreño Fredy Enrique Mancilla, de 33, quienes todavía convalecen de las heridas que les causaron las balas de los fusiles G3, arma reglamentaria del Ejército Mexicano.
En la góndola de la camionera quedó el cuerpo de quien sería identificado hoy como Víctor Alexander Melgar Lemus, de 33 años de edad, de nacionalidad salvadoreña y vestía al momento de ser ejecutado una playera roja y un pantalón de mezclilla azul.
Fue el cónsul de El Salvador en Tapachula, Nelson Cuellar quien llegó hoy a SEMEFO de Comitán para reclamar el cuerpo y repatriarlo a su país de origen.
Sin embargo, se desconoce todavía la nacionalidad y el nombre de una segunda persona que permanece en el SEMEFO y cuyo cuerpo también quedó tirado cerca de la camioneta baleada por los miembros del Ejército Mexicano. Se presume que podría ser de nacionalidad salvadoreña.
Por todas las vías se ha pretendido que los sobrevivientes tengan contacto con los reporteros y se niega toda información al respecto para no involucrar a las fuerzas armadas en el incidente. Pero una fuente de la SSP dijo: “lo único que te puedo decir es que en ese caso nada tuvo que ver nuestra institución ni sus elementos de tropa”.
Ésta no es la primera vez que uniformados, ya sea policías municipales, estatales, federales o militares persiguen a indocumentados que huyen, balean y matan a sus ocupantes.
El gobernador de Chiapas, Juan Sabines Guerrero ha presumido que el estado es el más seguro para los inmigrantes centroamericanos e incluso ha recibido reconocimientos como el Cecilio del Valle de parte del gobierno de Honduras

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