B’JALTIK
(Muchos Caminos)
F. Darinel
Caminito que el tiempo ha borrado
que juntos un día nos viste pasar
he venido por última vez
he venido a contarte mi mal.
Carlos Gardel
LOS CAMINOS DE HOY
A 10 y 83 años de distancia
El 19 de marzo pasado conmemoramos diez años que el inigualable maestro Jaime Sabines Gutiérrez partió a otros lugares a fumarse más versos y unos cuantos cigarros. Diez años de una ausencia que será muy difícil de suplir, diez años en que hemos extrañado, sin lugar a dudas, al “Poeta Mayor de Chiapas”, diez años que sin darnos cuenta, se fueron con una velocidad de vértigo y de pronto nos damos cuenta que ¡han pasado diez años! y nadie, nadie niega que es el poeta más popular que ha tenido México, muy por encima de otro gran maestro; Manuel Acuña, quien dejó para la posteridad y para muchos románticos empedernidos, su Nocturno a Rosario, aunque claro no faltan dos o tres “tontillos”; porque eso son “tontillos”, por ser de estatura muy pequeña ante este maestro, que han afirmado que Acuña no servía, se imaginan tal estupidez. Pero bueno, el tema y la comparación de esa indescriptible popularidad de Sabines, sin par por supuesto, nos hacen sentir no menos que nostalgia por su irremediable partida y este 25, del mismo mes se conmemoró un aniversario más de su natalicio, es decir principio y fin en el mismo mes, algo así como un perfecto ciclo; donde todo inició, todo termino; el alfa y el omega.
Por qué la popularidad
Jaime Sabines es, acaso, el único poeta mexicano, que como el escribiera no tenía esos odiosos “tufos de intelectual”. Y tan así era que eso mismo quedó para siempre plasmado en sus hermosísimos tan, pero tan sencillos versos, que eso mismo hace que se encumbre hasta lugares insospechados, en donde nadie; hablando de poetas, ha llegado con tal fuerza, donde puede ser que a lo mejor Walt Witman en Estados Unidos o Rabindranath Tagore en la India lo igualen, pero en México nadie, porque su poesía era y es simple, sencilla, entendible, normal y respetuosa hacia los lectores, lo que lo hacen un verdadero poeta que transforma lo simple, lo consuetudinario, lo normal, lo infame, lo maldito, lo prohibido en algo que es asequible a todos y conmueve a todos e identifica a todos con más de un poema, y ahí es en donde reside la popularidad de Jaime, que es identificado como el poeta de los jóvenes, pero es también el poeta de los ancianos que suspiran con la receta de que la luna “se toma a cucharadas…... o en gotas…… en dosis precisas y controloadas”, y es el poeta de los niños, de las prostitutas, de los desencantados, de los hombres solos y pobres, en fin de todos los aquellos –que son muchos- que han leído alguna vez sus poemas e inmediatamente por lo sencillos y bellos, se han identificado con él.
Los detractores
Pero obviamente esa gran popularidad no está exenta de envidias, egoísmos y rencores y se cuentan por muchos, aquellos que dijeron que el ser tan popular, era porque era populachero, es decir los buenos y doctos payasos engreídos de la poesía, esos con “tufos de intelectual”, afirman que para ser grande e “intelectual” es necesario primeramente ponerle un nombre excéntrico o rebuscado a sus libros o poemarios, luego atiborrar de metáforas no entendibles a los poemas, utilizar formas no usuales de situar a los versos y por último cargarse como bodegas de un egoísmo terrible y atrozmente insospechado.
Yo asistí en una ocasión a el salón de conferencias de la Casa Museo Dr. Belisario Domínguez, y ahí “un docto hombre” nos hizo el favor de leer un trozo de un poema, para ser exacto una metáfora, que quién sabe que putas quería decir, pero nos aclaró “este buen hombre”, que eso necesitaba de mucha preparación para entenderlo, entonces me pregunté ¿para qué putas publican entonces sus libros? ¿qué no es para hacerse de fama? ¿para que otros lean lo que escriben? y todavía nos salen con estas pendejeces, pero bueno así son estos “cultos hombrecillos”. Y por esta razón, por la que Jaime Sabines no escribió así, fue criticado acida y torpemente.
Una memoria
Germán Dehesa, el conocido escritor, politólogo y columnista del diario Reforma, comentó que en una ocasión estando él en compañía de Octavio Paz en un homenaje a Jaime Sabines, Paz dijo “¿por qué aplauden tanto? alguien debe haberle pagado al público para que aplaudan; alguien debe ser”. Y es que aunque algunos les duela reconocerlo, y sin demeritar la enorme trayectoria y su enorme estatura como ensayista de Octavio Paz, digno discípulo de el gran maestro Ortega y Gasset, pero tal vez no tanto como poeta, que era como él deseaba que lo reconocieran, y que en mucho le debió el Nobel a televisa, cuando era Sabines quien mayormente merecía este premio, era normal que de Paz viniera un comentario así para Sabines, porque esa enorme popularidad lo disminuía ante ellos, esos que se habían “intoxicado de filosofía”, como el mismo Sabines escribió. Por eso el mismo Germán Dehesa dijo: “era tal su popularidad, que por lo mismo creían que su poesía era mala por popular que lo veían algo así como el Luis Miguel de los poetas”.
Para finalizar
Los poemas de Sabines son tan conocidos y tan citados, que aunque un poco absurda la comparación, Carlos Monsivaís dijo: “los poemas de Sabines son como las canciones de Juan Gabriel; todo mundo los quiere”, y yo agregaría todo mundo los conoce.
La misma Elena Poniatowska comentó que estando ella presente en otro homenaje a Jaime, y estando él ya muy disminuido en su salud, cuando ya no podía recitar algún verso: “la gente ahí presente en forma multitudinaria decía el verso que Jaime no podía decir y lo ayudaban a coro”.
En fin que tardará para que haya otro igual o mejor que él, tardarán muchas generaciones de poetas que quieran seguir la sencillez de Sabines y se atrevan a escribir para ellos y para los demás.
¡Sea pues! Maestro.
Es cuanto.
adriancitio@yahoo.com.mx
(Muchos Caminos)
F. Darinel
Caminito que el tiempo ha borrado
que juntos un día nos viste pasar
he venido por última vez
he venido a contarte mi mal.
Carlos Gardel
LOS CAMINOS DE HOY
A 10 y 83 años de distancia
El 19 de marzo pasado conmemoramos diez años que el inigualable maestro Jaime Sabines Gutiérrez partió a otros lugares a fumarse más versos y unos cuantos cigarros. Diez años de una ausencia que será muy difícil de suplir, diez años en que hemos extrañado, sin lugar a dudas, al “Poeta Mayor de Chiapas”, diez años que sin darnos cuenta, se fueron con una velocidad de vértigo y de pronto nos damos cuenta que ¡han pasado diez años! y nadie, nadie niega que es el poeta más popular que ha tenido México, muy por encima de otro gran maestro; Manuel Acuña, quien dejó para la posteridad y para muchos románticos empedernidos, su Nocturno a Rosario, aunque claro no faltan dos o tres “tontillos”; porque eso son “tontillos”, por ser de estatura muy pequeña ante este maestro, que han afirmado que Acuña no servía, se imaginan tal estupidez. Pero bueno, el tema y la comparación de esa indescriptible popularidad de Sabines, sin par por supuesto, nos hacen sentir no menos que nostalgia por su irremediable partida y este 25, del mismo mes se conmemoró un aniversario más de su natalicio, es decir principio y fin en el mismo mes, algo así como un perfecto ciclo; donde todo inició, todo termino; el alfa y el omega.
Por qué la popularidad
Jaime Sabines es, acaso, el único poeta mexicano, que como el escribiera no tenía esos odiosos “tufos de intelectual”. Y tan así era que eso mismo quedó para siempre plasmado en sus hermosísimos tan, pero tan sencillos versos, que eso mismo hace que se encumbre hasta lugares insospechados, en donde nadie; hablando de poetas, ha llegado con tal fuerza, donde puede ser que a lo mejor Walt Witman en Estados Unidos o Rabindranath Tagore en la India lo igualen, pero en México nadie, porque su poesía era y es simple, sencilla, entendible, normal y respetuosa hacia los lectores, lo que lo hacen un verdadero poeta que transforma lo simple, lo consuetudinario, lo normal, lo infame, lo maldito, lo prohibido en algo que es asequible a todos y conmueve a todos e identifica a todos con más de un poema, y ahí es en donde reside la popularidad de Jaime, que es identificado como el poeta de los jóvenes, pero es también el poeta de los ancianos que suspiran con la receta de que la luna “se toma a cucharadas…... o en gotas…… en dosis precisas y controloadas”, y es el poeta de los niños, de las prostitutas, de los desencantados, de los hombres solos y pobres, en fin de todos los aquellos –que son muchos- que han leído alguna vez sus poemas e inmediatamente por lo sencillos y bellos, se han identificado con él.
Los detractores
Pero obviamente esa gran popularidad no está exenta de envidias, egoísmos y rencores y se cuentan por muchos, aquellos que dijeron que el ser tan popular, era porque era populachero, es decir los buenos y doctos payasos engreídos de la poesía, esos con “tufos de intelectual”, afirman que para ser grande e “intelectual” es necesario primeramente ponerle un nombre excéntrico o rebuscado a sus libros o poemarios, luego atiborrar de metáforas no entendibles a los poemas, utilizar formas no usuales de situar a los versos y por último cargarse como bodegas de un egoísmo terrible y atrozmente insospechado.
Yo asistí en una ocasión a el salón de conferencias de la Casa Museo Dr. Belisario Domínguez, y ahí “un docto hombre” nos hizo el favor de leer un trozo de un poema, para ser exacto una metáfora, que quién sabe que putas quería decir, pero nos aclaró “este buen hombre”, que eso necesitaba de mucha preparación para entenderlo, entonces me pregunté ¿para qué putas publican entonces sus libros? ¿qué no es para hacerse de fama? ¿para que otros lean lo que escriben? y todavía nos salen con estas pendejeces, pero bueno así son estos “cultos hombrecillos”. Y por esta razón, por la que Jaime Sabines no escribió así, fue criticado acida y torpemente.
Una memoria
Germán Dehesa, el conocido escritor, politólogo y columnista del diario Reforma, comentó que en una ocasión estando él en compañía de Octavio Paz en un homenaje a Jaime Sabines, Paz dijo “¿por qué aplauden tanto? alguien debe haberle pagado al público para que aplaudan; alguien debe ser”. Y es que aunque algunos les duela reconocerlo, y sin demeritar la enorme trayectoria y su enorme estatura como ensayista de Octavio Paz, digno discípulo de el gran maestro Ortega y Gasset, pero tal vez no tanto como poeta, que era como él deseaba que lo reconocieran, y que en mucho le debió el Nobel a televisa, cuando era Sabines quien mayormente merecía este premio, era normal que de Paz viniera un comentario así para Sabines, porque esa enorme popularidad lo disminuía ante ellos, esos que se habían “intoxicado de filosofía”, como el mismo Sabines escribió. Por eso el mismo Germán Dehesa dijo: “era tal su popularidad, que por lo mismo creían que su poesía era mala por popular que lo veían algo así como el Luis Miguel de los poetas”.
Para finalizar
Los poemas de Sabines son tan conocidos y tan citados, que aunque un poco absurda la comparación, Carlos Monsivaís dijo: “los poemas de Sabines son como las canciones de Juan Gabriel; todo mundo los quiere”, y yo agregaría todo mundo los conoce.
La misma Elena Poniatowska comentó que estando ella presente en otro homenaje a Jaime, y estando él ya muy disminuido en su salud, cuando ya no podía recitar algún verso: “la gente ahí presente en forma multitudinaria decía el verso que Jaime no podía decir y lo ayudaban a coro”.
En fin que tardará para que haya otro igual o mejor que él, tardarán muchas generaciones de poetas que quieran seguir la sencillez de Sabines y se atrevan a escribir para ellos y para los demás.
¡Sea pues! Maestro.
Es cuanto.
adriancitio@yahoo.com.mx
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