jueves, febrero 26, 2009

EL HOLOCAUSTO, INNEGABLE

+ Felipe Arizmendi Esquivel
http://www.diocesisancristobal.com.mx

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Se desató otra andanada de incomprensiones contra el Papa Benedicto XVI, porque levantó la excomunión al obispo lefebvrista Richard Williamson, quien minimiza las cifras del Holocausto, siendo que en realidad murieron más de tres millones de judíos en los campos de concentración nazi, el siglo pasado. Se ha dudado del Papa, como si estuviera de acuerdo con dicho obispo, lo cual es falso.

El 30 de junio de 1988, el obispo tradicionalista Marcel Lefebvre (+), en grave desobediencia al Papa Juan Pablo II y sin el mandato pontificio, confirió la ordenación episcopal a cuatro sacerdotes, entre los cuales está Williamson. Las ordenaciones fueron válidas, pero gravemente ilícitas, por lo que los cinco incurrieron en excomunión automática. Esta desobediencia ha causado mucho daño a la unidad católica. Después de varios diálogos, el pasado 15 de diciembre solicitaron al Papa Benedicto que les levantara la excomunión, y decían: “Estamos siempre firmemente determinados en la voluntad de permanecer católicos y de poner todas nuestras fuerzas al servicio de la Iglesia de nuestro Señor Jesucristo, que es la Iglesia católica romana. Aceptamos sus enseñanzas con espíritu filial. Creemos firmemente en el primado de Pedro y en sus prerrogativas y por ello nos hace sufrir mucho la situación actual”.

Accediendo a su petición, y sin conocer la postura de Williamson, el Papa les levantó la excomunión, como un “signo para promover la unidad en la caridad de la Iglesia universal y llegar a remover el escándalo de la división” (Decreto 21 enero 2009). Como aclaró la Secretaría de Estado, “Su Santidad quiso quitar un impedimento que dificultaba la apertura de una puerta al diálogo… Los cuatro obispos, aun habiendo sido liberados de la excomunión, no tienen una función canónica en la Iglesia y no ejercen lícitamente un ministerio en ella… Las posiciones de monseñor Williamson sobre el Holocausto son absolutamente inaceptables y el Santo Padre las rechaza firmemente… El obispo Williamson, para una admisión a funciones episcopales en la Iglesia, deberá además retractarse de manera absolutamente inequívoca y pública de sus posiciones referentes al Holocausto, que el Santo Padre desconocía en el momento de levantar la excomunión” (4 febrero 2009).

JUZGAR
¿Cuál es la actitud del Papa? En la audiencia del miércoles 28 de enero, expresó: “En estos días, en los que recordamos el Holocausto, me vuelven a la memoria las imágenes recogidas en mis repetidas visitas a Auschwits, uno de los campos de concentración en los que se consumó la brutal matanza de millones de judíos, víctimas inocentes de un ciego odio racial y religioso. A la vez que renuevo con afecto la expresión de mi plena e indiscutible solidaridad con nuestros hermanos destinatarios de la Primera Alianza, espero que la memoria del Holocausto impulse a la humanidad a reflexionar sobre el imprevisible poder del mal cuando conquista el corazón del hombre. Que el Holocausto sea para todos advertencia contra el olvido, la negación o el reduccionismo, porque la violencia hecha contra un solo ser humano es violencia contra todos. Sólo el fatigoso camino de la escucha y del diálogo, del amor y del perdón, conduce a los pueblos, las culturas y las religiones del mundo a la anhelada meta de la fraternidad y de la paz en la verdad. ¡Que la violencia nunca más humille la dignidad del hombre”.

ACTUAR
En la Iglesia, tanto universal como local, hay que incentivar el fatigoso camino del diálogo entre los mismos católicos, entre las diferentes eclesiologías y cristologías, entre las distintas formas de entender y vivir la fe cristiana, entre las contrastantes espiritualidades y acentuaciones pastorales. Ser puente que una los extremos, nos hace sufrir, pues todos pisan el puente; pero esa es nuestra vocación en una parroquia y en una diócesis. Aunque algunos nos malinterpreten, hay que luchar por la unidad, en la legítima pluralidad. No excluirnos ni condenarnos, sino escucharnos, respetarnos, tolerarnos y amarnos. La uniformidad daña la libertad y la caridad. ¡Que todos sean uno!
+ Felipe Arizmendi Esquivel
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Se desató otra andanada de incomprensiones contra el Papa Benedicto XVI, porque levantó la excomunión al obispo lefebvrista Richard Williamson, quien minimiza las cifras del Holocausto, siendo que en realidad murieron más de tres millones de judíos en los campos de concentración nazi, el siglo pasado. Se ha dudado del Papa, como si estuviera de acuerdo con dicho obispo, lo cual es falso.

El 30 de junio de 1988, el obispo tradicionalista Marcel Lefebvre (+), en grave desobediencia al Papa Juan Pablo II y sin el mandato pontificio, confirió la ordenación episcopal a cuatro sacerdotes, entre los cuales está Williamson. Las ordenaciones fueron válidas, pero gravemente ilícitas, por lo que los cinco incurrieron en excomunión automática. Esta desobediencia ha causado mucho daño a la unidad católica. Después de varios diálogos, el pasado 15 de diciembre solicitaron al Papa Benedicto que les levantara la excomunión, y decían: “Estamos siempre firmemente determinados en la voluntad de permanecer católicos y de poner todas nuestras fuerzas al servicio de la Iglesia de nuestro Señor Jesucristo, que es la Iglesia católica romana. Aceptamos sus enseñanzas con espíritu filial. Creemos firmemente en el primado de Pedro y en sus prerrogativas y por ello nos hace sufrir mucho la situación actual”.

Accediendo a su petición, y sin conocer la postura de Williamson, el Papa les levantó la excomunión, como un “signo para promover la unidad en la caridad de la Iglesia universal y llegar a remover el escándalo de la división” (Decreto 21 enero 2009). Como aclaró la Secretaría de Estado, “Su Santidad quiso quitar un impedimento que dificultaba la apertura de una puerta al diálogo… Los cuatro obispos, aun habiendo sido liberados de la excomunión, no tienen una función canónica en la Iglesia y no ejercen lícitamente un ministerio en ella… Las posiciones de monseñor Williamson sobre el Holocausto son absolutamente inaceptables y el Santo Padre las rechaza firmemente… El obispo Williamson, para una admisión a funciones episcopales en la Iglesia, deberá además retractarse de manera absolutamente inequívoca y pública de sus posiciones referentes al Holocausto, que el Santo Padre desconocía en el momento de levantar la excomunión” (4 febrero 2009).

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¿Cuál es la actitud del Papa? En la audiencia del miércoles 28 de enero, expresó: “En estos días, en los que recordamos el Holocausto, me vuelven a la memoria las imágenes recogidas en mis repetidas visitas a Auschwits, uno de los campos de concentración en los que se consumó la brutal matanza de millones de judíos, víctimas inocentes de un ciego odio racial y religioso. A la vez que renuevo con afecto la expresión de mi plena e indiscutible solidaridad con nuestros hermanos destinatarios de la Primera Alianza, espero que la memoria del Holocausto impulse a la humanidad a reflexionar sobre el imprevisible poder del mal cuando conquista el corazón del hombre. Que el Holocausto sea para todos advertencia contra el olvido, la negación o el reduccionismo, porque la violencia hecha contra un solo ser humano es violencia contra todos. Sólo el fatigoso camino de la escucha y del diálogo, del amor y del perdón, conduce a los pueblos, las culturas y las religiones del mundo a la anhelada meta de la fraternidad y de la paz en la verdad. ¡Que la violencia nunca más humille la dignidad del hombre”.

ACTUAR
En la Iglesia, tanto universal como local, hay que incentivar el fatigoso camino del diálogo entre los mismos católicos, entre las diferentes eclesiologías y cristologías, entre las distintas formas de entender y vivir la fe cristiana, entre las contrastantes espiritualidades y acentuaciones pastorales. Ser puente que una los extremos, nos hace sufrir, pues todos pisan el puente; pero esa es nuestra vocación en una parroquia y en una diócesis. Aunque algunos nos malinterpreten, hay que luchar por la unidad, en la legítima pluralidad. No excluirnos ni condenarnos, sino escucharnos, respetarnos, tolerarnos y amarnos. La uniformidad daña la libertad y la caridad. ¡Que todos sean uno!
+ Felipe Arizmendi Esquivel
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Se desató otra andanada de incomprensiones contra el Papa Benedicto XVI, porque levantó la excomunión al obispo lefebvrista Richard Williamson, quien minimiza las cifras del Holocausto, siendo que en realidad murieron más de tres millones de judíos en los campos de concentración nazi, el siglo pasado. Se ha dudado del Papa, como si estuviera de acuerdo con dicho obispo, lo cual es falso.

El 30 de junio de 1988, el obispo tradicionalista Marcel Lefebvre (+), en grave desobediencia al Papa Juan Pablo II y sin el mandato pontificio, confirió la ordenación episcopal a cuatro sacerdotes, entre los cuales está Williamson. Las ordenaciones fueron válidas, pero gravemente ilícitas, por lo que los cinco incurrieron en excomunión automática. Esta desobediencia ha causado mucho daño a la unidad católica. Después de varios diálogos, el pasado 15 de diciembre solicitaron al Papa Benedicto que les levantara la excomunión, y decían: “Estamos siempre firmemente determinados en la voluntad de permanecer católicos y de poner todas nuestras fuerzas al servicio de la Iglesia de nuestro Señor Jesucristo, que es la Iglesia católica romana. Aceptamos sus enseñanzas con espíritu filial. Creemos firmemente en el primado de Pedro y en sus prerrogativas y por ello nos hace sufrir mucho la situación actual”.

Accediendo a su petición, y sin conocer la postura de Williamson, el Papa les levantó la excomunión, como un “signo para promover la unidad en la caridad de la Iglesia universal y llegar a remover el escándalo de la división” (Decreto 21 enero 2009). Como aclaró la Secretaría de Estado, “Su Santidad quiso quitar un impedimento que dificultaba la apertura de una puerta al diálogo… Los cuatro obispos, aun habiendo sido liberados de la excomunión, no tienen una función canónica en la Iglesia y no ejercen lícitamente un ministerio en ella… Las posiciones de monseñor Williamson sobre el Holocausto son absolutamente inaceptables y el Santo Padre las rechaza firmemente… El obispo Williamson, para una admisión a funciones episcopales en la Iglesia, deberá además retractarse de manera absolutamente inequívoca y pública de sus posiciones referentes al Holocausto, que el Santo Padre desconocía en el momento de levantar la excomunión” (4 febrero 2009).

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¿Cuál es la actitud del Papa? En la audiencia del miércoles 28 de enero, expresó: “En estos días, en los que recordamos el Holocausto, me vuelven a la memoria las imágenes recogidas en mis repetidas visitas a Auschwits, uno de los campos de concentración en los que se consumó la brutal matanza de millones de judíos, víctimas inocentes de un ciego odio racial y religioso. A la vez que renuevo con afecto la expresión de mi plena e indiscutible solidaridad con nuestros hermanos destinatarios de la Primera Alianza, espero que la memoria del Holocausto impulse a la humanidad a reflexionar sobre el imprevisible poder del mal cuando conquista el corazón del hombre. Que el Holocausto sea para todos advertencia contra el olvido, la negación o el reduccionismo, porque la violencia hecha contra un solo ser humano es violencia contra todos. Sólo el fatigoso camino de la escucha y del diálogo, del amor y del perdón, conduce a los pueblos, las culturas y las religiones del mundo a la anhelada meta de la fraternidad y de la paz en la verdad. ¡Que la violencia nunca más humille la dignidad del hombre”.

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En la Iglesia, tanto universal como local, hay que incentivar el fatigoso camino del diálogo entre los mismos católicos, entre las diferentes eclesiologías y cristologías, entre las distintas formas de entender y vivir la fe cristiana, entre las contrastantes espiritualidades y acentuaciones pastorales. Ser puente que una los extremos, nos hace sufrir, pues todos pisan el puente; pero esa es nuestra vocación en una parroquia y en una diócesis. Aunque algunos nos malinterpreten, hay que luchar por la unidad, en la legítima pluralidad. No excluirnos ni condenarnos, sino escucharnos, respetarnos, tolerarnos y amarnos. La uniformidad daña la libertad y la caridad. ¡Que todos sean uno!
+ Felipe Arizmendi Esquivel
http://www.diocesisancristobal.com.mx

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Se desató otra andanada de incomprensiones contra el Papa Benedicto XVI, porque levantó la excomunión al obispo lefebvrista Richard Williamson, quien minimiza las cifras del Holocausto, siendo que en realidad murieron más de tres millones de judíos en los campos de concentración nazi, el siglo pasado. Se ha dudado del Papa, como si estuviera de acuerdo con dicho obispo, lo cual es falso.

El 30 de junio de 1988, el obispo tradicionalista Marcel Lefebvre (+), en grave desobediencia al Papa Juan Pablo II y sin el mandato pontificio, confirió la ordenación episcopal a cuatro sacerdotes, entre los cuales está Williamson. Las ordenaciones fueron válidas, pero gravemente ilícitas, por lo que los cinco incurrieron en excomunión automática. Esta desobediencia ha causado mucho daño a la unidad católica. Después de varios diálogos, el pasado 15 de diciembre solicitaron al Papa Benedicto que les levantara la excomunión, y decían: “Estamos siempre firmemente determinados en la voluntad de permanecer católicos y de poner todas nuestras fuerzas al servicio de la Iglesia de nuestro Señor Jesucristo, que es la Iglesia católica romana. Aceptamos sus enseñanzas con espíritu filial. Creemos firmemente en el primado de Pedro y en sus prerrogativas y por ello nos hace sufrir mucho la situación actual”.

Accediendo a su petición, y sin conocer la postura de Williamson, el Papa les levantó la excomunión, como un “signo para promover la unidad en la caridad de la Iglesia universal y llegar a remover el escándalo de la división” (Decreto 21 enero 2009). Como aclaró la Secretaría de Estado, “Su Santidad quiso quitar un impedimento que dificultaba la apertura de una puerta al diálogo… Los cuatro obispos, aun habiendo sido liberados de la excomunión, no tienen una función canónica en la Iglesia y no ejercen lícitamente un ministerio en ella… Las posiciones de monseñor Williamson sobre el Holocausto son absolutamente inaceptables y el Santo Padre las rechaza firmemente… El obispo Williamson, para una admisión a funciones episcopales en la Iglesia, deberá además retractarse de manera absolutamente inequívoca y pública de sus posiciones referentes al Holocausto, que el Santo Padre desconocía en el momento de levantar la excomunión” (4 febrero 2009).

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¿Cuál es la actitud del Papa? En la audiencia del miércoles 28 de enero, expresó: “En estos días, en los que recordamos el Holocausto, me vuelven a la memoria las imágenes recogidas en mis repetidas visitas a Auschwits, uno de los campos de concentración en los que se consumó la brutal matanza de millones de judíos, víctimas inocentes de un ciego odio racial y religioso. A la vez que renuevo con afecto la expresión de mi plena e indiscutible solidaridad con nuestros hermanos destinatarios de la Primera Alianza, espero que la memoria del Holocausto impulse a la humanidad a reflexionar sobre el imprevisible poder del mal cuando conquista el corazón del hombre. Que el Holocausto sea para todos advertencia contra el olvido, la negación o el reduccionismo, porque la violencia hecha contra un solo ser humano es violencia contra todos. Sólo el fatigoso camino de la escucha y del diálogo, del amor y del perdón, conduce a los pueblos, las culturas y las religiones del mundo a la anhelada meta de la fraternidad y de la paz en la verdad. ¡Que la violencia nunca más humille la dignidad del hombre”.

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En la Iglesia, tanto universal como local, hay que incentivar el fatigoso camino del diálogo entre los mismos católicos, entre las diferentes eclesiologías y cristologías, entre las distintas formas de entender y vivir la fe cristiana, entre las contrastantes espiritualidades y acentuaciones pastorales. Ser puente que una los extremos, nos hace sufrir, pues todos pisan el puente; pero esa es nuestra vocación en una parroquia y en una diócesis. Aunque algunos nos malinterpreten, hay que luchar por la unidad, en la legítima pluralidad. No excluirnos ni condenarnos, sino escucharnos, respetarnos, tolerarnos y amarnos. La uniformidad daña la libertad y la caridad. ¡Que todos sean uno!


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