viernes, febrero 27, 2009

Desde Los Atos

Fredy López Arévalo

Si el grado de desarrollo de un pueblo, de una sociedad, se mide por la educación de su gente, Chiapas está muy mal parado.

Aquí, el analfabetismo es sinónimo de atraso, de marginación, de subdesarrollo, de exclusión social, de exclusión política, de exclusión cultural, de exclusión económica, de segregación racial.

Según datos del INEGI Chiapas se sitúa como la entidad federativa con el mayor número de analfabetos a nivel nacional: más de 560 mil personas no saben leer ni escribir.

Del total de iletrados en Chiapas, más de 350 mil son mujeres.

La pluetnicidad, el monolingüismo, no debieran ser un obstáculo para alfabetizarse.

La educación intercultural bilingüe es o debiera ser la vacuna contra ese mal que lacera a las comunidades indígenas, y que mantiene a Chiapas anclado en el subdesarrollo, en el atraso, en la marginación.

Educar para el desarrollo, educar para mejor vivir, educar para progresar es una de las grandes metas del gobernador Juan sabines Guerrero.

Eso y no otra cosa es lo que pretende el programa Solidarios por la Alfabetización; un programa que busca bajar a cero el índice de iletrados en Chiapas.

La erradicación del analfabetismo debe atender de manera prioritaria a las mujeres y a los indígenas que son los núcleos sociales menos letrados, más marginado, más excluidos, más segregados.

El programa Solidarios por la Alfabetización debe sensibilizar, permear e involucrar a todos los actores de la sociedad: estudiantes, amas de casa, padres de familia, mujeres y hombres, chiapanecos todos, para que todos juntos, abatamos este indicador infame que mantiene en las tinieblas a miles y miles de paisanos nuestros, de conciudadanos, de nuestros congéneres, mestizos e indios, chiapanecos todos.

Educar para progresar, educar para mejor vivir, educar para el desarrollo es y debiera ser una meta que a todos comprometa, que a todos involucre, que a todos y todas interese, que a todos movilice, motive y aliente, para que todos juntos logremos disminuir la brecha entre letrados e iletrados, que arraiga la pobreza, el atraso, el subdesarrollo.

Medio millón de conciudadanos nuestros que permanecen al margen del sistema de enseñanza nacional constituyen la cifra del espanto, de la preocupación, de la exclusión, de la marginación, de la segregación.

Medio millón de conciudadanos iletrados que a estas alturas no debieran formar parte de esa estadística de atraso, pero que están ahí, sin saber leer y escribir, para recordarnos que los principios y valores que conforman nuestra identidad nacional no se han cumplido a cabalidad.

Que están ahí para decirnos que como Nación y Estado no hemos sido capaces de alcanzar los ideales plasmados en la Constitución, concretamente en el artículo 3ero, que a la letra dice: TODO INDIVIDUO TIENE DERECHO A RECIBIR EDUCACION.

LA EDUCACION PREESCOLAR, PRIMARIA Y LA SECUNDARIA CONFORMAN LA EDUCACION BASICA OBLIGATORIA.

Pero más de medio millón de conciudadanos iletrados nos dicen que éste precepto constitucional no se ha cumplido en Chiapas, y que si no hacemos algo para abatir esa estadística infame, la cifra crecerá y se multiplicará, porque cada año otros 25 mil chiapanecos pasan a engrosar ese enrome aluvión de iletrados que nos hace ver ante los ojos del mundo como una entidad atrasada y sin futuro.

Se debe alfabetizar propiciando la tolerancia y el respeto a la diversidad cultural, a la diversidad política, a la diversidad religiosa.

Se debe alfabetizar propiciando el respeto a las diversas maneras de percibir y concebir el mundo, pero sobre la base de nuestra historia común, de nuestro acervo cultural, de lo que somos y nos une y nos diferencia, nos da pertenencia y nos identifica como chiapanecos y como mexicanos.

Los medios de comunicación deben contribuir a esta enorme cruzada, a este titánico esfuerzo, para abatir el índice de iletrados en Chiapas, porque la educación es un derecho humano fundamental e inalienable y tiene por objeto el pleno desarrollo de las personas y el fortalecimiento del respeto a los derechos humanos y a las libertades individuales, y por ende a la consolidación de la democracia, no solamente como una estructura jurídica y un régimen político, sino como un sistema de vida fundado en el constante mejoramiento económico, social y cultural del pueblo, como lo establece la Constitución General de la República.

La educación es el instrumento fundamental para promover el desarrollo y la equidad. Una educación democrática, accesible y de calidad es la base fundamental para lograr un desarrollo sostenible, elevar la productividad, aprovechar los avances científicos y tecnológicos, reforzar las identidades culturales y consolidar los valores de convivencia democrática, pacífica y solidaria para reducir la pobreza, esa enorme brecha de la ignominia que nos hace ser a unos mejores que a otros y que excluye del desarrollo a más de medio millón de congéneres nuestros.

La alfabetización es una responsabilidad de todos, que a todas y a todos interesa o debiera interesar, involucrar, motivar, para que todos juntos, gobierno, magisterio, estudiantes y sociedad civil en general consolidemos las políticas de Estado que permitan abatir ese rezago infame que mantiene anclado a Chiapas y no lo deja sobresalir, desarrollarse, transitar por mejores senderos del desarrollo humano, económico y político, de equidad social, económica y cultural.

Solo la alfabetización determinará la posibilidad de enfrentar con éxito la segregación racial, la exclusión cultural, política y económica, el atraso y la marginación que obstaculiza el crecimiento de nuestro pueblo y que perpetúa en el subdesarrollo a amplios sectores de nuestra población.

Una mayor cobertura educativa es el mejor instrumento para erradicar la pobreza, porque la pobreza es la principal causa del abandono escolar, de la deserción, del analfabetismo.

Y el analfabetismo es el germen de la injusticia, del abuso, de la explotación, del abuso del poder, de la ilegalidad.

No puede haber Estado de derecho si no hay cumplimiento pleno a nuestra Carta magna.

Y el cumplimiento del articulo 3ero de la Constitución General de la República es un pendiente impostergable en Chiapas.

Por eso, el gobernador Juan Sabines Guerrero ha asumido como una de las primeras tareas de su administración enfrentar este cáncer que lacera y lastima el desarrollo de las y los chiapanecos.

Los índices regionales y municipales de analfabetismo indican que las regiones Altos y Selva tienen las mayores tasas, y que nueve municipios, todos con población mayoritaria indígena, registran índices de analfabetismo superiores a 50 por ciento.

Es el caso de Santiago El Pinar, donde el 68.5 por ciento de la población no sabe leer y escribir; es el caso de Mitontic, donde el 61.9 por ciento está en esa condición; es el caso de Sitalá, donde el 60.3 por ciento de la población es iletrada; es el caso de Aldama, donde el 58.2 por ciento de la población permanece en la penumbra; es el caso de Chamula, de Zinacatán, de San Juan Cancún, de Pantelhó y Chalchihuitán.

Es impostergable que el gobierno asuma el gran reto que representa llevar la luz de las letras, de la educación, de la Constitución, a cada comunidad, a cada paraje, en esos nueve municipios, donde el número de iletrados cobra proporciones descomunales, para vergüenza de todas y todos, porque de todas y todos es responsabilidad.





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