Santa Ana Huista, Guatema.- La vulnerabilidad de la frontera quedó demostrada este pasado 30 de noviembre, con el enfrentamiento entre los narcotraficantes guatemaltecos y los mexicanos en Santa Ana Huista.Los mexicanos entraron en territorio guatemalteco fuertemente armados y en automóviles de lujo, sin que nadie les pudiera poner freno; igualmente huyeron después del enfrentamiento y refugiaron a sus compatriotas heridos en fincas de la frontera, donde incluso les prestaron cuidados médicos.
La directora de la Policía, Marlene Blanco Lapola, reconoció que un helicóptero cruzó el espacio aéreo guatemalteco y llegó a recoger a parte de los heridos.
Algunas de las personas que asistieron ese fatídico día a la carrera de caballos aseguran que el conflicto entre los dos grupos rivales no fue por el impago de ninguna apuesta, sino que los narcotraficantes mexicanos, supuestamente miembros de los Zetas, ingresaron en sus vehículos al lugar de la feria con la intención de matar a un capo guatemalteco que maneja el negocio del tráfico de drogas en todo el departamento.
Los mexicanos no consiguieron su objetivo, debido a que el guatemalteco iba protegido por más de 25 guardaespaldas, que tenían preparación militar, ya que protegieron a su jefe en diferentes anillos de seguridad, mientras se enfrentaban a tiros con los mexicanos, y así consiguieron sacarlo sano y salvo del área. Los testigos dicen que, por lo menos, fueron heridas en el enfrentamiento 40 personas.
La hipótesis principal es que el capo local trabaja para el Cartel de Sinaloa, el que tiene mayor presencia en el país, y que los Zetas, del Cartel del Golfo, querían ocupar ahora este territorio.
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