jueves, diciembre 04, 2008

Zetas ganan terreno en Guatemala

La pesadilla de violencia que vive México ha cruzado la frontera.
Silvia Otero 

Los narcotraficantes mexicanos se han desplazado a países como Guatemala, donde hoy pretenden controlar nuevos territorios y las rutas para el trasiego de droga, regando muertes en enfrentamientos con capos locales y cárteles mexicanos competidores, en una nación donde hay auténticos “santuarios” del crimen organizado.

José Luis Chea Urruela, embajador de Guatemala en México, en entrevista con EL UNIVERSAL, reconoce que a los intentos de expansión de los narcotraficantes mexicanos, se suma el hecho de que en su país hay regiones en las que el crimen organizado ha incorporado a su nómina a policías, jueces y autoridades de diversos niveles, que garantizan la impunidad de sus operaciones delictivas.

El diplomático no duda en reconocer que “la cooptación del poder local por el crimen organizado en algunas regiones en Guatemala es un hecho”. Por ello, la creciente presencia de los capos mexicanos en los últimos meses, hace urgente operaciones conjuntas con México, y que el desplazamiento de militares, así como de policías federales y estatales para sellar la frontera sea una tarea permanente, pues se trata de un problema de seguridad regional.

¿La lucha que se libra en México ha obligado a narcos a buscar otros territorios?

Sí, existe la percepción generalizada que la presión que se está ejerciendo en México ha obligado a algunos carteles a expandirse o buscar santuarios más cómodos; aunque tienen que disputar territorios con sus ex socios o futuros socios guatemaltecos, así como con adversarios.



Chea Urruela explica que los narcos guatemaltecos se dedicaban al tránsito y custodia de las diversas rutas para entregarle la droga a los cárteles mexicanos; sin embargo, “en los últimos meses, los mexicanos han decidido tener el control”, originando enfrentamientos como el del domingo pasado en la zona de Huehuetenango, que dejó un saldo de 17 muertos.

El embajador reconoce que mientras los cárteles mexicanos, como Los Zetas, que tiene una mayor presencia en el país, “estén decididos a tomar el control del territorio ya sea mediante acuerdo o en enfrentamientos, en esa medida la violencia va a continuar”.

Además el diplomático acepta que “en poblaciones muy pobres, con dinero en efectivo ellos pueden reclutar más gente, apoderarse casi de los gobiernos locales, es decir, alcaldes, jueces, representantes de los ministerios y de la policía nacional, es decir, la cooptación del poder local por el crimen organizado en algunas regiones en Guatemala es un hecho”.

Detalla que en su país “hay puntos importantes donde jueces, policías y la presencia real del Estado está cooptada por narcos, lo cual hace muy difícil su combate, pues además de crear una cultura de temor hay asalariados, codependencia a sus recursos, donde los delincuentes viven protegidos en pequeños santuarios”.

Revela que “casi la mitad del país (Guatemala)” es zona de operaciones del narcotráfico y por ello es estratégico para los capos. Hoy cuatro regiones son “focos rojos”: en el altiplano Huehuetenango y San Marcos en la frontera con Chiapas; en la zona norte del país está Petén, en la frontera con Tabasco, que son los puntos más conflictivos. Mientras que “las potencialmente explosivas” están en las Verapaces, en el área central y Zacapa en la región oriental del territorio guatemalteco.
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