lunes, diciembre 08, 2008

Persiste temor a una semana del enfrentamiento

Juan de Dios García Davish/ Enviado.

Santa Ana Huista, Guatemala.- A una semana del enfrentamiento entre narcotraficantes en la aldea Agua Zarca de Guatemala, el clima de temor e incertidumbre, aún reina en esta pequeña localidad de escasos 400 pobladores, que se localiza a siete kilómetros de la frontera con México, en donde el resultado parcial asciende a 17 muertos, 17 vehículos asegurados y decenas de armas de alto poder, granadas de fragmentación y miles de municiones

Según el Ejército e investigadores especiales de la lucha contra el crimen organizado de la Policía Nacional de Guatemala, a nueve kilómetros de la aldea Agua Zarca en la comunidad el Tabacal, los narcotraficantes improvisaron un helipuerto por donde se especula utilizaron una aeronave para rescatar a una treintena de heridos y muertos.

Para permitir el descenso del helicóptero, los narcotraficantes limpiaron el terreno y podaron algunos árboles que obstaculizaban que la aeronave bajara en una pequeña explanada cerca del municipio de la Trinitaria, Chiapas

Entre los maizales, de la comunidad el Tabacal, este enviado recorrió junto con el ejército y la policía de ese país, el “hospital” que improvisaron para atender a los heridos. En tres puntos de esa región se observan las bolsas de suero y plasma que aplicaron a narcotraficantes que resultaron heridos durante el enfrentamiento y presuntamente después, fueron trasladados a territorio mexicano, con el apoyo de vehículos 4x4, médicos y algunos lugareños.

Uno de los puntos, es una cueva en donde escondieron alimentos – enlatados- y medicamentos, por lo que los militares chapines implementaron operativos de búsqueda de posibles, muertos, heridos o armamento para tratar de esclarecer la identidad de los capos de la droga. Quienes aparentemente se encuentran ligados al cártel del golfo.

Kilómetros más adelante, este reportero llegó hasta la pista de caballos, mejor conocida como Carriles La Fronteriza, en donde habrían de realizarse la tradicional carrera de equipos, en donde el ganador tendría como primer premio una camioneta de lujo pick up de doble cabina.

Momentos antes, las autoridades guatemaltecas aseguraron 17 vehículos mexicanos de lujo, con placas de los estados de Veracruz, Tamaulipas y Chiapas. La mayoría de ellos, tenían en su interior armas ak-47. carabina 30-30, municiones, gps, radios de comunicación, y chalecos antibalas, así como latas, botellas de cerveza y cajas de wisky que habrían de consumir durante la carrera hípica .

Con temor y custodiados por militares los policías realizan los últimos levantamientos de las unidades de lujo que quedaron dispersos en la población, ubicada a unos 55 kilómetros de la frontera Ciudad Cuauhtémoc-La Mesilla.

Un obeso policía que a cada instante se seca el sudor de la frente, admite: “Tenemos miedo de que en cualquier momento nos puedan emboscar, ya nos queremos ir”. Con sus gruesas manos engancha a un remolque un vehículo compacto Toyota Yaris, con placas de circulación YEY-75-80 del estado de Veracruz.

Otro policía realiza la misma operación con un automóvil Fiesta color gris, con un permiso de circulación otorgado por la Subdirección de Tránsito Municipal de San Cristóbal de las Casas, Chiapas, a nombre de César Octavio Hernández Baldovino, el 20 de noviembre.

Antes, en el interior de una camioneta tipo Ford Expedition color vino, sin placas, mexicana, las autoridades guatemaltecas encontraron una AK-47, una mini uzi y una carabina 30-30, más de mil municiones para fusiles de asalto, arnés, fornituras y chalecos blindados.

Tenemos miedo de una emboscada

Por seguridad, los policías y militares, piden a El Orbe :”No publiquen nuestros nombres, Tenemos miedo de que nos embosquen. Está gente no se tienta el corazón, son criminales a sueldo.

-¿Son “zetas”?-

-No, sabemos, son gente profesional, muy entrenada y con la sangre fría que no titubean para matar por dinero o droga.

En esta comunidad, que sobreviven de la siembra de maíz y la renta de sus tierras para cultivos agrícolas, sobresalen cinco residencias que por sus acabados de lujo y alto sistema de seguridad, contrasta con las humildes viviendas de los pobladores.

-¿Quién viven ahí? cuestiona El Orbe a uno de los policías
-Ni se acerquen, ni se metan, ni pregunten, nosotros no lo hemos hecho, puede ser peligroso, advierten. No sabemos quienes viven ahí.

Las lujosas viviendas se ubican en zonas apartadas del poblado, algunas escondidas entre arbustos y cultivos de maíz, las cuales parecen estar vacías. Según los pobladores, quienes en alguna ocasión han sido contratados para asear las casas, aseguran, que una de ellas cuenta con piscina, bar acuático, área de bronceado y cancha de fútbol techado.

En esta miserable aldea y varias comunidades cercanas a México llama la atención que en los últimos 18 meses se realizaron diversos bailes amenizados por grupos norteños mexicanos como “Exterminador”, “Banda Machos”, “Raza Vidal”, “Toque Norteño”, “Los Cadetes de Linares”, entre otros.

Carriles La Fronteriza

La pista de caballos, es una construcción nueva que cuenta con asientos de concreto techado, recién pintado, la cual se especula que pudiera servir también para que bajaran aeronaves cargadas con droga, para posteriormente introducirlas por la zona de los Lagos de Colón, que se localiza en el municipio de la Trinitaria.

La pista cuenta con una extensión de 500 metros de largo, recubierta con arena – blanca- corrales especiales y un remolcador para transportar caballos finos. Bebederos de agua y cobertizos especiales,

Agua Zarca

A las 2:30 de la tarde, las detonaciones de algunas granadas y las ráfagas de armas largas de grueso calibre rompieron con la aparente tranquilidad de la aldea Agua Zarca, donde a las 16:00 horas se llevaría a cabo una carrera de caballos.

El pánico y desconcierto reinó entre los habitantes, quienes algunos quedaron en medio del fuego cruzado, mientras que otros optaron por encerrarse en sus viviendas.

“Las balas nos chillaban encima. Creí que nos matarían a todos”, relata una mujer, quien también pidió el anonimato por temor a represalias.

“Pensé en mis dos hijas –de 10 y 7 años de edad- que estaban con mis suegros, no me importó los balazos corrí a buscarlas pero me tuve que esconder debajo de un puente por que los balazos eran intensos”, recuerda con miedo.

La mujer de tez blanca y esbelta figura, que se atreve hablar un poco de lo sucedido, señala que solo alcanzó a ver como varios hombres que se desplazaban en vehículos de lujo se enfrentaban a balazos en el centro del poblado.

“Esos mexicanos solo vinieron hacer maldad”, refiere en tono molesto.

Algunos pobladores señalan que la refriega empezó cerca del Hipódromo, ubicado a unos cuatro kilómetros del poblado, cuando los narcotraficantes mexicanos que se encontraban dispersos en el lugar atacaron a los guatemaltecos cuando estos iban llegando.

La persecución se hizo por todo el poblado y se extendió a unos 10 kilómetros más en el tramo carretero Cuatro Caminos-Camojá, dejando el grupo de sicarios muertos y heridos a su paso.

En la entrada de la aldea se registró el primer enfrentamiento donde al menos siete personas perdieron la vida. Uno de ellas fue identificado como Gregorio Alvarado, quien falleció dentro de un vehículo con placas de Tamaulipas, México, donde se encontró un fusil M 16 y un lanzagranadas; además, el cafetalero Mariano Fernando Castillo Ovalle, dueño de la finca San Francisco, su hijo, dos personas de la comunidad y presuntos narcotraficantes guatemaltecos.

Mientras que en el kilómetro 341, fueron emboscados Fredy Castillo Herrera, Gabino López Méndez, Walfredo Castillo Samayoa, Carlos Angelino Herrera Río, todos de origen guatemalteco y uno más que hasta el momento no ha sido identificado, cuyos cuerpos quedaron sobre el puente del río Celegua.

Horas después, los cadáveres de tres hombres fueron hallados en un poblado del municipio de la Democracia, y dos más en domicilios de la aldea Cuatro Caminos, a unos cinco kilómetros de Agua Zarca. Oficialmente las autoridades reportaron un total de 17 fallecidos, sin embargo, se presume que sicarios mexicanos apoyados por kaibiles guatemaltecos levantaron otros muertos y heridos…….
“Es el principio de una gran guerra” dice un oficial del ejército de Guatemala. Es la disputa por el territorio.




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