Isaín Mandujano.Santa Ana Huista, Guatemala.- La guerra de los cárteles del narcotráfico para controlar territorios y el trasiego de drogas ha rebasado ya las fronteras de México. Ahora internacionalizan su poderío rumbo al sur y a decir del gobierno guatemalteco, ya controlan toda su región norte y occidente, pero no se conforman con ello pues ahora “quieren y van por todo”.
En el marco de unas carreras de caballos pura sangre, como ejecutaron a Efraín Teodoro García, el Z-14 en un poblado del sur de Veracruz y al igual que fue asesinado el capo guatemalteco Juan José León, alias Juancho, en el departamento de Zacapa, Guatemala, la tarde del domingo 30 de noviembre, un convoy de sicarios mexicanos irrumpieron en las inmediaciones de la comunidad Agua Zarca.
El grupo conformado por sicarios mexicanos y algunos de sus aliados guatemalteco, buscaban a un prominente “jefe” de la región que departía rodeado de decenas de sus guardaespaldas que finalmente le cubrieron su retirada.
Con los primeros balazos se puso fin a la algarabía de los corredores de caballos de diversas partes de Chiapas y de Guatemala que habían llegado a la cita de ese domingo. Con su pistola de cacha de oro en mano, el jefe de la plaza en esa región pudo escapar de ese intento de asesinato que sicarios mexicanos le tenían preparada.
“Estuvo cabrón, como de película”, dice un testigo que estuvo ahí ese día de la balacera. Entrevistado en dos ocasiones diferentes la veracidad de sus declaraciones y de su presencia en los sucesos, narra el caos que se vivió cuando a lo lejos una camioneta se asomó, pero ésta fue interceptada a tiros y los sicarios que vieron profanado su territorio, a bordo de unidades todo terreno y motocicletas fueron a su alcance para perseguirlos y matarlos.
Explica que en el bullicio había como 700 o mil personas, muchos llegaron de diversos ranchos del centro de Chiapas y de otros más apartados de Guatemala. Eran cinco cuartetas y una tercia que correrían, 23 caballos en total.
Los hombres ligados al narco fácilmente se confundían en la multitud. Tras la balacera todos perdieron el rumbo. Ellos fueron los primeros en correr hacia sus vehículos o el monte.
Un ganadero chiapaneco hasta dejó abandonada su camioneta, su remolque y sus caballos. En una ranchería hasta donde fue a salir pidió de favor a un guatemalteco que le ayudara a salir de la zona. Le pagó entre 10 mil y hasta 30 mil pesos para que lo internara a territorio mexicano.
Los que no huyeron en el momento se refugiaron en los carriles, hacinándose todos para protegerse de las balas: “si no llegaron hasta ese gentío fue porque los guaruras del capo al que protegieron fueron interceptar en el camino a los sicarios mexicanos”.
Explica que antes de que llegaran a la pista de carreras “La Fronteriza”, los miembros del grupo de sicarios guatemaltecos, ya los estaban esperando pues antes habían pasado a balear su lujosa mansión en la Agua Zarca, rodeada por decenas de casas humildes.
Es decir, por un camino de extravió se llega primero a Agua Zarca y kilómetros más adelante esta los carriles de carrera de caballos con su graderío. Por eso cuando iban en su búsqueda del capo sus informantes en la pequeña aldea, ya le habían avisado por el sofisticado equipo de radiocomunicación.
Agua Zarca está ubicada en un punto estratégico donde es fácil burlar la vigilancia policiaca y militar. No es necesario tener que pasar por el cruce formal de La Mesilla donde se encuentran apostados los agentes fiscales aduanales, migratorios, policías federales y militares.
Para llegar o salir de Agua Zarca por territorio mexicano, existen al menos cinco caminos de extravío y pequeñas veredas, en donde a plena luz del día o de noche, se ven desfilar camionetas lujosas con cristales polarizados.
“Cuando fuimos llegamos por El Jocote y salimos pasada la media noche, escoltados por el Ejército guatemalteco por Chamic”, indica.
Tras las balacera que terminó ya entrada la noche del domingo, la policía guatemalteca llegó para recoger los cuerpos de Mariano Fernando Castillo Ovalle de 48 años, su hijo José Mariano Castillo Muñoz de 16 años, Fredy Valentín Castillo Herrera de 35 años, Walfred Castillo Samayoa de 28 años, Johny Castillo Montejo de 37 años, Ósmar Castillo Samayoa, Gabino López Méndez, de 30 años, Carlos Evangelino, Rigoberto Figueroa Hernández de 47 años, Gregorio Esteban Alvarado Chávez Omar, Arby Mauricio De León, Gilberto López Méndez, José Antonio García Camposeco y siete más que no fueron identificados.
En el grupo de los muertos estaba un gavillero ya conocido por la policía, Freddy Valentín Castillo, quien tenía 9 órdenes de captura por diferentes delitos, entre ellos almacenamiento y distribución de droga, cohechos, lesiones leves, entre otras.
Mal herido, entre los matorrales fue encontrado Víctor Hugo Morales, alias El Amarrillo, dijo tener 25 años y ser originario de Jalapa, Veracruz. Las heridas en las piernas y el antebrazo que no le permitieron escapar y fue abandonado por sus compañeros. Por varias horas estuvo convaleciendo hasta que fue encontrado. También fue detenido el guatemalteco Juan Vázquez Velázquez.
Tres días después de la balacera fueron detenidos otros cuatro mexicanos en una casa de seguridad de La Mesilla, un poblado ubicado en la línea fronteriza de México con Guatemala: Enrique Jaramillo Aguilar de 33 años; Carlos Alberto Jaramillo Aguilar de 27; Blas Hernández Ayala de 28, originarios de Michoacán, y Alejandro Morales González de 28 y originario de Chiapas.
“Los Locos”, como llaman a Los Zetas en esa región de Guatemala llegaron pero llevaron la peor parte.
El suceso sangriento de Agua Zarca destapó públicamente lo que ya era vox populi en esta frontera sur de México y la norte y occidente de Guatemala: el narco manda. Hizo, incluso, que el propio presidente Álvaro Colom reconociera la realidad.
El martes por la mañana, tras la gravedad de los hechos el presidente salió para decir que sobre esa región no tienen ni el más mínimo control: "Esos quieren todo, pero donde están fuertes es el norte de Alta Verapaz, en Ixcán, en Sayaxché y parece que en Izabal", indicó.
El mandatario guatemalteco puso el dedo en la llaga y reconoció que los responsables de la violencia desatada son los del Cartel del Golfo que ya tienen todo ese territorio en su poder.
Cuando Los Zetas llegaron El Chapo ya estaba ahí
Sin embargo, es al revés, los del Cartel del Golfo y su brazo armado Los Zetas”, se han fortalecido del lado mexicano pero son “nuevos en el escenario guatemalteco”, antes se conformaban con esperar la droga para “tumbarla” o cobrar “el derecho de piso”. Pero, ahora buscan adentrarse a la región e ir personalmente por ella y adueñarse de la plaza “acaparar todo” como dijo el presidente Colom.
Brenda Dery Muñoz, Jefe de Fiscalía de Narcoactividad en la Región de Occidente de Guatemala, señala en entrevista que a lo largo de toda la frontera en ese país se han encontrado indicios que revelan la presencia de narcotraficantes mexicanos.
Menciona que la presencia de Los Zetas es nueva en la región. Son más violentos. Si bien, había presencia de otro cártel (el de Sinaloa) este había podido llegar a acuerdos y alianzas con grupos locales, pero que ahora este nuevo grupo busca someter a esos caciques locales eliminándolos del mapa.
Dice que el combate al narco en México lo está replegando cada vez más fuera de este país, pero si ven un lugar propicio para fortalecerse lo harán y que la frontera sur de México y la norte de Guatemala es la mejor opción para ellos.
Muñoz confirma que la policía antinarcótica tiene como una línea de investigación el hecho de que ese nuevo grupo violento se pretende apoderar de la región, desplazando a los grupos locales.
“Es evidente que si vienen en ese plan ofensivo, a matar a algún personaje, pues no precisamente vienen a hacer alianzas, sino a eliminar para apoderarse de ello y toda la infraestructura criminal que dejan a su paso nos revelan, esos pues dejan tiradas camionetas de lujo, muchas blindadas, armamento muy sofisticado que supera la que maneja la policía guatemalteca”, dice Muñoz.
La región lejana del centro de Guatemala ya tenía presencia del Cartel de Sinaloa. De hecho la última vez que fue detenido Joaquín Guzmán Loera, alias El Chapo Guzmán, fue el 9 de junio de 1993, en esta frontera sur pero del lado guatemalteco.
Después de su fuga, en la región se corrió el rumor de que su guarida la instaló en el Departamento de El Petén, en diversos ranchos del norte de ese país, hasta donde ahora Los Zetas le desestabilizan el negocio y pretenden arrebatarle el territorio.
El viernes 1 de abril pasado el diario Prensa Libre publicó un informe de inteligencia del gobierno de ese país sobre el narcotráfico: “El primer cartel que penetró en Guatemala, desde hace ya varios años, fue el de Sinaloa, dirigido por el Chapo Guzmán, y que tuvo como fiel aliado en el país a Otto Herrera, detenido por narcotráfico en EE. UU, a quien se presume sustituyó su hermano Guillermo Herrera”.
Cita el documento que “el Cartel del Golfo, dirigido por Osiel Cárdenas, también se ha esforzado en incursionar en territorio nacional, pero para ello debe restarle alianzas al de Sinaloa”.
La primera manifestación de la existencia de disputas entre ambos capos más allá del territorio mexicano fue la emboscada de la que fueron objeto, en las afueras de la capital, los hermanos José y Hermilio Javier Quezada García, originarios de Nayarit, presuntamente vinculados al Cartel de Sinaloa.
Aparentemente, dice el informe citado por Prensa Libre, la técnica que utilizó el Cartel del Golfo para afianzar su posición en el país y ganarle algo de espacio al Cartel de Sinaloa fue el reclutamiento de ex kaibiles guatemaltecos por parte de Los Zetas, grupo de sicarios del Cartel del Golfo.
En la región de la frontera sur, han sido desmanteladas decenas pistas de aterrizaje clandestinas.
En diversas comunidades rurales marginadas de Frontera Comalapa, Las Margaritas, La Trinitaria, Ocosingo, Maravilla Tenejapa, Marques de Comillas y Benemérito de Las Américas, el Ejército Mexicano a acudido a destruir las pistas de aterrizaje donde expertos en avionetas Cessna no necesitan mucho espacio para hacerlo.
Tan pronto destruyen una pista, otra más se construye en otro lugar de esa región del sur de México, donde tan pronto cae la noche el zumbido de las aeronaves perturba el silencio nocturno.
El 30 de mayo del 2007, una avioneta Cessna que despegó de esta región de la frontera sur, aterrizó en Nicaragua para cargar 384 paquetes de cocaína, pero fue interceptada por la policía de ese país. Tres mexicanos cayeron detenidos, entre estos el piloto de la aeronave, José Ángel Villanavidal.
En enero pasado, en una comunidad del municipio de Las Margaritas el Ejército Mexicano localizó dos aeronaves, una Cessna y un Air King, la primera había sido incendiada por los narcos y la segunda íntegra tenía reporte de robo en Honduras.
La actividad del narco en esta región de Chiapas ha sido muy activa. Desde Palenque y Comitán hasta la región de Marques de Comillas, punta de convergencia geográfica de la carretera fronteriza del sur, la misma que ordenó construir en 1995 el presidente Carlos Salinas de Gortari e inauguró en el 2000 su sucesor.
En Comitán por ejemplo, en agosto pasado fue desmantelada una célula de sicarios que dijeron ser de Sinaloa, pero en verdad tenían el perfil de sicarios al servicio del Cartel del Golfo, por la violencia con que actuaban.
Autores de una serie de levantones, secuestros y narco ejecuciones, este grupo controlaba el tráfico de drogas, indocumentados, armas y otras actividades ilícitas.
Cuando se les desmanteló sus actividades en un rancho de Comitán les fue decomisado un arsenal jamás asegurado en la entidad. Incluso se reveló como detuvieron, torturaron , ejecutaron e incineraron a dos ingenieros de la Secretaría de Infraestructura, al ser confundidos estos con miembros de un grupo rival que opera también en la zona.
Desde agosto, mermaron las actividades de los narcos en Comitan, pero el domingo 2 de noviembre y hasta antes del incidente en Agua Zarca, nuevamente la violencia volvió a esa ciudad y sus alrededores.
La frontera virtual
Y es que, a diferencia de la frontera norte del país, en los más de 572 kilómetros de frontera entre México y Guatemala no hay muro de concreto o malla que divida a ambos países, lo que sí hay es una frágil delimitación del territorio marcado -además de los dos ríos: el Usumacinta y Suchiate-, por 107 monumentos internacionales principales y mil 285 monumentos intermedios, en total mil 392 estructuras de concreto.
A lo largo de esa frontera existen ocho cruces formales por donde transitan legalmente personas, vehículos particulares y transportes de cargas con mercancías y productos de forma legal, pero a la par se sabe que existe un sinnúmero de cruces informales de personas y productos que cruzan la frontera de forma ilegal: estos son los “puntos ciegos” o “pasos ciegos”.
Basta la herramienta electrónica Google Hearth para constatar la existencia de los cientos de caminos de extravíos y veredas que se encuentran en cerros y terrenos sinuosos, en los que nadie se imaginaría que transita persona alguna.
La frontera sur de México es un territorio que por muchas décadas estuvo abandonado por los gobiernos en sus tres niveles, ni el gobierno federal, ni el gobierno estatal ni los gobiernos municipales se enteraban de lo que ahí pasaba.
Era una extensa región que rodeaba la Selva Lacandona y que se llevaba hasta un día completo días para llegar por caminos de terracería hasta zona de Marqués de Comillas, el punto más apartado de Palenque o de Comitán, según de donde se saliera.
Tras el alzamiento armado zapatista en Chiapas y luego de cinco años de construcción por parte del Ejército Mexicano, el entonces presidente Ernesto Zedillo, inauguró el 19 de junio del 2000, la Carretera Fronteriza del Sur.
Originalmente construida como una estrategia militar contrainsurgente para rodear toda la Selva Lacandona, guarida del EZLN y su líder guerrillero el subcomandante Marcos, la Carretera Fronteriza del Sur, más allá de llevar el desarrollo a los pueblos y comunidades rurales, no hizo más que avivar el tráfico de indocumentados y de drogas en la región.
La carretera construida con una inversión de mil 286 millones de pesos, sustituyó al viejo e incompleto camino de terracería que recorría la zona selvática limítrofe con Guatemala, para hacer el recorrido de Palenque a los Lagos de Montebello en siete horas.
Esa carretera, recorre sitios donde se asientan 175 mil habitantes de 150 localidades, de los municipios de Palenque, La Trinitaria, Independencia, Las Margaritas y Ocosingo.
Si bien recién se construyó estaba saturada de retenes militares en cada tramo, con la demanda de retiro retenes y campamentos de las fuerzas armadas que enarboló el EZN, la carretera fronteriza del sur quedó a libre de la vigilancia extrema y tediosa que mantenían los soldados.
Ahora pues, la carretera fronteriza del sur que hizo Zedillo para cercar al EZLN solo sirvió para acrecentar otras actividades en la región.




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