miércoles, noviembre 05, 2008

Recuerdan catástrofe de Juan de Grijalva

Ángeles Mariscal

Juan de Grijalva, Chis., 04 de noviembre. Los damnificados de Juan de Grijalva dejaron los albergues y caminaron en donde apenas hace un año se levantaba un pueblo de 300 familias dedicadas a la pesca, la ganadería y la agricultura, y hoy es un terraplén donde sólo tres viviendas quedaron en pie.

Con una celebración religiosa recordaron a sus muertos, 25 personas que fueron arrastradas por la creciente que levantó el deslizamiento de un cerro que cayó en entre las presas hidroeléctricas Malpaso y Peñitas, donde se levantaba su comunidad.

Decenas de familias regresaron al lugar, lloraron a sus muertos calladamente, con resignación. “Nunca pensamos que nos iba a ocurrir a nosotros, vivíamos felices, tranquilos, pensando que las desgracias ocurrían en otro lugar”, dijo Antonio Ovilla, quien perdió a su hermana, su cuñado y sus dos sobrinas.

“Aquí estaba la casa ejidal y junto la Iglesia”, explica Lorena Hernández Sánchez, a quien la noche del 4 de noviembre el Grijalva le arrebató a 8 miembros de su familia. De cara al río, señala a donde sólo se amontonan piedras y lodo.

La noche del 4 de noviembre el cerro que se levantaba junto a su poblado se deslizó y cayó sobre el río, levantó dos olas gigantes que arrastraron al pueblo entero. Un estruendo previo alertó a la población, quienes a bordo de lanchas o a pie intentaron escapar.

El ejido se ubicaba a 20 kilómetros de la cabecera municipal de Ostuacán, ahí las familias de ejidatarios trabajaban 3 mil 267 hectáreas de terreno. Según el censo de población de 2006, había en el lugar una escuela primaria donde estudiaban 151 niños.

“En este ejido no existe una Escuela Secundaria a pesar de contar con una población mayor y un cuantioso números de jóvenes que no estudian por lo lejanía de la escuela más cercana”, explica el documento que da cuenta de las carencias y riquezas que existían en el lugar.

“El 20 por ciento de la población de este ejido lo componen personas de las mas pobres familias del municipio de Ostuacan; en este grupo se encuentran madres solteras, mujeres abandonadas viudas y personas sin estudio alguno, que no tienen donde trabajar y solo viven allí como considerados por algunos del nivel medio que se conduelen de ellos o de algún familiar que los cobija estos abrigan la esperanza de que pronto se abrirá el programa de madres solteras y discapacitados”, señala en censo.

Hoy, esas mujeres y hombres homologaron su pobreza y todos habitan en albergues ubicados en la cabecera municipal de Ostuacán, en espera de poder ser reubicados en una ciudad rural donde por el momento sólo existen algunas viviendas incipientes que todavía no pueden ser habitadas.



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