Comitán, Chis; 13 de octubre.- “La Alianza para la Calidad de la Educación (ACE) es puro cuento. Aquí llevamos ocho años sufriendo”, resume el director de la escuela primaria “Benito Juárez”, Octavio López López.
Enclavada en el barrio Jerusalén, habitado en su mayoría por indígenas tojolabales expulsados por diferencias políticas y religiosas de sus aldeas en Las Cañadas, la escuela fue creada hace ocho años, pero desde entonces “no contamos con nada”, dicen los directivos.
En el plantel ubicado en un predio de 20 por 40 metros, se han erigido las aulas con techos de lámina y paredes de costera (corteza de árbol) y pisos de tierra, pero para su operación no cuenta con muebles, material didáctico, libros, pizarrones, máquinas de escribir, escritorios, papelería.
El secretario de la Asociación de Padres de Familia, Rodrigo Álvarez Sántiz dice que el “gobierno no quiere apoyarnos y cuando vamos a pedirle que nos apoye con gestiones o recursos para mejorar la escuela, su respuesta es: ‘que cooperen los padres de familia’, pero en general nos dicen que por ahora no hay recursos”.
Aunado a las pésimas condiciones de operación, un grupo de padres de familia quiere echarlos del terreno y se reubiquen a un predio de dos mil 500 metros cuadrados, donde únicamente hay un aula construida, que es insuficiente para acoger a los 240 alumnos.
En total cada maestro debe atender entre 41 y 47 alumnos, muchos de ellos que estudian en escuelas plegables, sin nada para apoyarse. El terreno donde los padres de familia los quieren trasladar representa una amenaza porque está en una zona que se anega, pero además no hay drenaje, luz, agua potable, ni escrituras.
“Es un llano donde nos quieren mandar”, matiza López López.
Los directivos del plantel ha identificado al profesor Domingo Espinosa López, como el que está detrás del movimiento para echarlos del lugar, con el propósito de construir en el terreno de 20 por 40 metros, una escuela de educación inicial y un jardín de niños.
El director del plantel, el profesor López López dice: “No contamos nada. Todo lo que hay aquí es prestado.
Lo han traído los maestros o los padres de familia. La Alianza para la Calidad de la Educación no la conocemos. Aquí estamos sufriendo. Es puro cuento ese programa”.
“Con los esfuerzos de los maestros y padres de familia hemos salido adelante. La escuela está desprotegida, pero no entendemos porque no quieren apoyarnos, cuando el plantel se ubica en la tercera o cuarta ciudad de Chiapas, como es Comitán de Domínguez”, considera Rodrigo Álvarez Sántiz, también profesor del plantel.
Y remata: “Aquí no contamos con nada. Las autoridades se hacen de la vista gorda cuando les vamos a pedir apoyo”.
Enclavada en el barrio Jerusalén, habitado en su mayoría por indígenas tojolabales expulsados por diferencias políticas y religiosas de sus aldeas en Las Cañadas, la escuela fue creada hace ocho años, pero desde entonces “no contamos con nada”, dicen los directivos.
En el plantel ubicado en un predio de 20 por 40 metros, se han erigido las aulas con techos de lámina y paredes de costera (corteza de árbol) y pisos de tierra, pero para su operación no cuenta con muebles, material didáctico, libros, pizarrones, máquinas de escribir, escritorios, papelería.
El secretario de la Asociación de Padres de Familia, Rodrigo Álvarez Sántiz dice que el “gobierno no quiere apoyarnos y cuando vamos a pedirle que nos apoye con gestiones o recursos para mejorar la escuela, su respuesta es: ‘que cooperen los padres de familia’, pero en general nos dicen que por ahora no hay recursos”.
Aunado a las pésimas condiciones de operación, un grupo de padres de familia quiere echarlos del terreno y se reubiquen a un predio de dos mil 500 metros cuadrados, donde únicamente hay un aula construida, que es insuficiente para acoger a los 240 alumnos.
En total cada maestro debe atender entre 41 y 47 alumnos, muchos de ellos que estudian en escuelas plegables, sin nada para apoyarse. El terreno donde los padres de familia los quieren trasladar representa una amenaza porque está en una zona que se anega, pero además no hay drenaje, luz, agua potable, ni escrituras.
“Es un llano donde nos quieren mandar”, matiza López López.
Los directivos del plantel ha identificado al profesor Domingo Espinosa López, como el que está detrás del movimiento para echarlos del lugar, con el propósito de construir en el terreno de 20 por 40 metros, una escuela de educación inicial y un jardín de niños.
El director del plantel, el profesor López López dice: “No contamos nada. Todo lo que hay aquí es prestado.
Lo han traído los maestros o los padres de familia. La Alianza para la Calidad de la Educación no la conocemos. Aquí estamos sufriendo. Es puro cuento ese programa”.
“Con los esfuerzos de los maestros y padres de familia hemos salido adelante. La escuela está desprotegida, pero no entendemos porque no quieren apoyarnos, cuando el plantel se ubica en la tercera o cuarta ciudad de Chiapas, como es Comitán de Domínguez”, considera Rodrigo Álvarez Sántiz, también profesor del plantel.
Y remata: “Aquí no contamos con nada. Las autoridades se hacen de la vista gorda cuando les vamos a pedir apoyo”.
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