Ángeles Mariscal
Tuxtla Gutiérrez, Chis., 12 de agosto. Las precipitaciones pluviales de los últimos días provocaron el derrumbe de una ladera en el municipio de Ostuacán, que cayó sobre el río Amarillo, uno de los brazos del Grijalva. El siniestro se ubicó a pocos kilómetros de lo que fue el poblado Juan del Grijalva, mismo que desapareció en noviembre pasado, a consecuencia de otro derrumbe.
Según la Secretaría de Seguridad y Protección Ciudadana, se descarta que este fenómeno tenga las implicaciones del ocurrido en noviembre, cuando quedó obstruido el paso del agua del sistema hidroeléctrico del Grijalva, lo que provocó la inundación de decenas de poblados.
El derrumbe de la ladera del cerro ocurrió la mañana de este martes, a quince kilómetros del poblado Juan del Grijalva, y a cinco kilómetros de la comunidad Xochimilco.
Autoridades federales y estatales sobrevolaron la zona, y posteriormente dieron a conocer que no existe riesgo a la población. Sin embargo la caída de la ladera interrumpió el paso del arroyo Amarillo, uno de los brazos del río Grijalva.
El Director de Administración de Emergencias de la Subsecretaría de Protección Civil, Alfredo Chan Chim, señalo que el derrumbe ocurrió en una zona despoblada en las faldas del volcán Chichón.
Explicó que el derrumbe interrumpió temporalmente el flujo del agua en el arroyo Amarillo, sin embargo para la tarde de este martes el mismo río comenzaba a retomar su cause de manera natural ya que el material del derrumbe consistía principalmente en arena y material no consolidado que rápidamente es erosionado por el río.
Chan Chin dijo que se espera que en los próximos días y con el aumento en las precipitaciones, el río continúe deslavando el material que retiene el agua y pudiera retomar gradualmente la normalidad por lo que se descarta también algún riesgo a la población ya que la comunidad mas cercana se encuentra a más de 5 kilómetros del lugar y no existen viviendas cercanas.
Detalló que en esa región de Ostuacán la saturación de agua de lluvia reblandeció el terreno, lo que aunado a la orografía de la región donde se encuentran pendientes muy pronunciadas, genera condiciones para los derrumbes.
Cabe recordar que en noviembre pasado se derrumbó un cerro sobre el río Grijalva, lo que provocó la desaparición del poblado Juan del Grijalva, y la muerte de 24 personas.
Como resultado de ese mismo derrumbe, al menos 30 poblados fueron desalojados, debido a que el río Grijalva quedó interrumpido y el agua se repesó, lo que inundó varias comunidades.
Por este fenómeno, a la fecha unas 2 mil personas continúan sin poder retornar a sus hogares.
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