El día miercoles 4 de junio en San Cristóbal de Las Casas un grupo de alrededor 30 mujeres realizaron un escrache público contra de un agresor sexual.
Francisco Ciavaglia, dicho Pancho, ha llegado a Chiapas hacia tres meses para trabajar como fotógrafo independiente. Desde su llegada varias fueron las mujeres que se sintieron agredidas por su actitud, dos de ellas optaron por irse de la ciudad. A raíz de todo esto un grupo de alrededor de 30 mujeres empezamos a reunirnos y a reflexionar sobre cuánto la violenca de género hacia nosotras sea un hecho real y constante, invisibilizado, para nada reconocido (màs bien minimizado) e incluso favorecido, hasta en los mismo espacios activistas en los que nos movemos y pretendemos construir prácticas antiautoritarias y libres de cualquier forma de discriminación.
De nuestras reflexiones salió el escarche, y una carta (que sigue) en la que definimos nuestra idea de violencia.
CARTA ABIERTA A LOS HOMBRES, COMPAÑEROS O NO, AGRESORES O NO.
Aunque nos parezca absurdo tener que aclarar lo que nosotras comprendemos como violencia de género, pecibimos la necesidad de hacerlo. Primero porque varios casos han pasado y siguen pasando en nuestro círculo activista, donde supuestamente todos y todas luchamos, entre ontra cosas, por la equidad entre hombres y mujeres.
Segundo, la definición jurídica de violación es demasiado estrecha para abarcar todas las agresiones que sufrimos cotidianamente como mujeres.
La violencia sexual es cualquier acción que no respete y que va en contra de nuestros deseos y voluntades. No importa el “nivel”: todas, violaciones, amenazas, abusos verbales y físicos, son igualmente graves, aunque unas sean más directas que otras.
Un NO siempre significa NO. Afirmar lo contrario es no respetarnos como personas que pensamos y sentimos, y que, más que todo, sabemos lo que pensamos, sentimos y queremos.
Una relación consentida no quiere decir que se consienta todo. Aunque decidamos estar con alguien, siempre tenemos el derecho de decidir hasta donde queremos ir y qué queremos o no hacer. Tenemos este derecho porque somos personas, y no simplemente cuerpos a disposición de deseos y voluntades.
También es violencia cuando nos desvalorizan, nos disminuyen, nos tratan como niñas. Es violencia por aprovecharse de una condición social injusta y absurda, para intentar mantenernos sometidas y ejercer un poder también absurdo, con la idea de manipularnos para hacer lo que quieren ustedes, y no lo que queremos nosotras.
Como dueñas de nuestros cuerpos podemos vestirnos como queremos y la ropa que usamos no dice nada sobre el tipo de relación que queremos establecer con ustedes. No quiere decir que estamos provocando y tampoco les da el derecho de invadir nuestros espacios, a chiflarnos o a gritarnos en la calle.
También es una violencia que, después de sufrir una agresión, tenemos que demostrarla y convencer a la gente de lo que nos ha pasado, y aún así haya gente que no nos cree. Es una violencia porque es ocultar nuestra voz, no escucharla.
Optar por ignorar, no querer ver, no tomar posición y hasta aliarse con un agresor es también pactar con la violencia, porque es no considerar nuestra lucha diaria por ser dueñas de nuestros cuerpos como prioridad, como una lucha tan importante como todas las otras en las que estamos.
Pensamos en escribir todo esto porque vemos que la violencia es mucho más sutil y subjetiva de lo que generalmente se considera como tal. Escuchar la voz de quien sufre, en distintos niveles, cotidianamente, es el primer paso para cambiar. El segundo paso es respetarla.
Solo así se puede construir el mundo que queremos, en todos los espacios, sin separar el público del privado y sin mantener las opresiones contra las cuales luchamos.
http://chiapas.indymedia.org/display.php3?article_id=156910&keyword=&phrase
Marta Mendoza
Feminario de San Cristóbal
Colectivo Mafaldas
TZI'TE Protección Animal
"No hay un corazón para las personas y otro para los animales;
Hay un sólo corazón dentro del ser humano." Lamartine
El Alma es la misma en todas las Criaturas, aunque el Cuerpo de cada uno es diferente. Hipocrates
Francisco Ciavaglia, dicho Pancho, ha llegado a Chiapas hacia tres meses para trabajar como fotógrafo independiente. Desde su llegada varias fueron las mujeres que se sintieron agredidas por su actitud, dos de ellas optaron por irse de la ciudad. A raíz de todo esto un grupo de alrededor de 30 mujeres empezamos a reunirnos y a reflexionar sobre cuánto la violenca de género hacia nosotras sea un hecho real y constante, invisibilizado, para nada reconocido (màs bien minimizado) e incluso favorecido, hasta en los mismo espacios activistas en los que nos movemos y pretendemos construir prácticas antiautoritarias y libres de cualquier forma de discriminación.
De nuestras reflexiones salió el escarche, y una carta (que sigue) en la que definimos nuestra idea de violencia.
CARTA ABIERTA A LOS HOMBRES, COMPAÑEROS O NO, AGRESORES O NO.
Aunque nos parezca absurdo tener que aclarar lo que nosotras comprendemos como violencia de género, pecibimos la necesidad de hacerlo. Primero porque varios casos han pasado y siguen pasando en nuestro círculo activista, donde supuestamente todos y todas luchamos, entre ontra cosas, por la equidad entre hombres y mujeres.
Segundo, la definición jurídica de violación es demasiado estrecha para abarcar todas las agresiones que sufrimos cotidianamente como mujeres.
La violencia sexual es cualquier acción que no respete y que va en contra de nuestros deseos y voluntades. No importa el “nivel”: todas, violaciones, amenazas, abusos verbales y físicos, son igualmente graves, aunque unas sean más directas que otras.
Un NO siempre significa NO. Afirmar lo contrario es no respetarnos como personas que pensamos y sentimos, y que, más que todo, sabemos lo que pensamos, sentimos y queremos.
Una relación consentida no quiere decir que se consienta todo. Aunque decidamos estar con alguien, siempre tenemos el derecho de decidir hasta donde queremos ir y qué queremos o no hacer. Tenemos este derecho porque somos personas, y no simplemente cuerpos a disposición de deseos y voluntades.
También es violencia cuando nos desvalorizan, nos disminuyen, nos tratan como niñas. Es violencia por aprovecharse de una condición social injusta y absurda, para intentar mantenernos sometidas y ejercer un poder también absurdo, con la idea de manipularnos para hacer lo que quieren ustedes, y no lo que queremos nosotras.
Como dueñas de nuestros cuerpos podemos vestirnos como queremos y la ropa que usamos no dice nada sobre el tipo de relación que queremos establecer con ustedes. No quiere decir que estamos provocando y tampoco les da el derecho de invadir nuestros espacios, a chiflarnos o a gritarnos en la calle.
También es una violencia que, después de sufrir una agresión, tenemos que demostrarla y convencer a la gente de lo que nos ha pasado, y aún así haya gente que no nos cree. Es una violencia porque es ocultar nuestra voz, no escucharla.
Optar por ignorar, no querer ver, no tomar posición y hasta aliarse con un agresor es también pactar con la violencia, porque es no considerar nuestra lucha diaria por ser dueñas de nuestros cuerpos como prioridad, como una lucha tan importante como todas las otras en las que estamos.
Pensamos en escribir todo esto porque vemos que la violencia es mucho más sutil y subjetiva de lo que generalmente se considera como tal. Escuchar la voz de quien sufre, en distintos niveles, cotidianamente, es el primer paso para cambiar. El segundo paso es respetarla.
Solo así se puede construir el mundo que queremos, en todos los espacios, sin separar el público del privado y sin mantener las opresiones contra las cuales luchamos.
http://chiapas.indymedia.org/display.php3?article_id=156910&keyword=&phrase
Marta Mendoza
Feminario de San Cristóbal
Colectivo Mafaldas
TZI'TE Protección Animal
"No hay un corazón para las personas y otro para los animales;
Hay un sólo corazón dentro del ser humano." Lamartine
El Alma es la misma en todas las Criaturas, aunque el Cuerpo de cada uno es diferente. Hipocrates
1 comentario:
13 de julio del 2008.
San Cristóbal de las Casas, Chiapas
Por la presente, yo, Francisco Ciavaglia quiero clarificar mi posición respecto de determinadas declaraciones públicas que han afectado mi vida social y personal, vertidas por un grupo de mujeres, las cuales, basándose en rumores y mentiras me acusan de una manera ambigua.
La información en la que hacen referencia de mi persona consiste simple y llanamente en acusarme de agresor sexual sin mediar denuncia alguna ni explicar exactamente los motivos y fundamentos de dicha acusación. Este grupo en ningún momento ha desvelado su identidad ni firmado tan grave acusación.
Quiero reiterar, por supuesto, mi total rechazo a esta acusación y mi malestar por las siguientes razones:
o Dos de los hechos que se mencionan sucedieron con 2 meses de diferencia, sin tener ninguna relación el uno con el otro. No voy a entrar en detalles aunque en ellos se encuentre lo sustancial de mi defensa; me voy a limitar a decir que en el primero, al día siguiente de los hechos me reuní con la señorita Leila Saraiva de origen brasileño y llegamos a un entendimiento en el cual ambos reconocimos nuestras responsabilidades y en el cual yo reiteré mis disculpas ya que en ningún momento mi intención fue la de agredirla.
Al suceder la segunda relación, amigas comunes tergiversan versiones y las relacionan, cuando se trata de situaciones diferentes. En la segunda relación, el último día que nos vimos nos despedimos amigablemente y de esto hay testigos que pueden corroborarlo. ¿Por qué una persona con la que he tenido una corta relación y que termina amistosamente y sin conflictos, va a condescender a terceras para que dicha relación la utilicen contra mi persona como una agresión sexual?
o Quiero también resaltar que la segunda de las implicadas se fue de la ciudad según sus planes anteriores y esto no tiene ninguna relación con mi persona y Leila Saraiva continua en la ciudad y es quien junto a sus amigas esta impulsando estas acciones sin la participación o complicidad de la segunda.
o Es de interés resaltar que la hermana de la segunda supuesta agredida, en un alto en su recorrido a Palenque, se presentó en el hostal (donde yo desde hace 4 meses me hospedo) el DIA 12 de julio y luego de las presentaciones mencionó que este lugar se lo recomendó su hermana mencionando que “allí encontraría a un amigo suyo, Pancho”, tras lo cual yo correspondí el saludo. De esto hay testigos.
o También hablan de 2 supuestas agredidas más, con las cuales yo mantengo contacto en la actualidad y no tienen queja en mi contra. Estoy en condiciones de demostrar tal situación.
o Estamos hablando de situaciones manipuladas maliciosamente. En ninguno de los casos medió la violencia física o cualquier forma que dejara a las implicadas en una situación de indefensión.
o Yo no he contestado hasta ahora ya que para mi los hechos no merecían más que lo que merecería un cotilleo, pero las cosas han llegado a un punto en el que mi vida personal, laboral y sobre todo mi red social están seriamente afectadas y me siento en la necesidad de defenderme.
o La metodología del “ESCRACHE” es una manera legitima de condena pública ante Crímenes de lesa Humanidad inventada en los a/os 90 en Argentina, en respuesta a las leyes de impunidad que liberaron de sus condenas a miles de genocidas, hechos probados judicialmente, y es siempre firmado por quien lo realiza individuo u organización, quiero resaltar que en este caso nadie se responsabiliza de esta acusación.
o Este grupo, mediante el engaño a mi persona, ya que dicha Leila Saraiva se acercó a mi domicilio y me citó para platicar a lo cual asentí agradecido, no sin que me extrañara, duda que transmití a amigos enterados, los cuales se ofrecieron a acompañarme pero me negué. Al llegar a dicho lugar vi claramente que mis temores se confirmaban pero no me fui, salí del local y espere 15 minutos la llegada de la supuesta sorpresa, al verlas llegar me aleje 200 metros de la peatonal e intente un dialogo con 20 señoritas en medio de carteles, gritos y fotos, el cual fue imposible y me retiré. Luego se presentaron en el hostal y reiteré mi intención de dialogar pero ellas pegaron un cartel y se retiraron, colocaron carteles con mi foto y nombre acusándome de agresor sexual en toda la ciudad y comprobé la publicación de todo esto en Internet bajo el titulo de “ESCRACHE”.
o También quiero aclarar que esta acusación es en extremo grave y no tiene fundamento y les pido a los responsables de Indy Chiapas que lo retiren de circulación ya que una acusación de agresión sexual es algo gravísimo que le arruina literalmente la vida a una persona.
o He contactado al organismo de derechos humanos FRAYBA (reconocido internacionalmente por su seriedad en la mediación de conflictos) para que medie en un dialogo. Cuando dicho centro contactó a Leila Saraiva ésta se presentó junto a otras 5 y rechazó la mediación que pretendía. Sólo una aclaración pública: 24 hs. más tarde, la campaña de carteles que me acusan de agresor sexual en mi contra se reanudó, siendo que llevaban 30 días sin aparecer.
o Aclaro que condeno el acoso, la agresión, la violación así como cualquier forma de violencia física o psicológica contra cualquier ser humano ya sea de genero, familiar y/o social.
o Esta es una sociedad machista y estoy completamente de acuerdo en que la justicia tradicional no da respuestas a las denuncias de agresiones y que debemos encontrar otra manera de defender los derechos de las mujeres.
o Personalmente creo que esta falencia institucional no da derecho a prácticas antidemocráticas, discriminatorias y que recuerdan a las cacerías de brujas y otras formas medievales de ejercicio de la “justicia”.
o Pertenezco a una Organización de Derechos Humanos y mi profesión es Reportero grafico desde 1993 para medios impresos. He venido a Jovel autofinanciándome con la finalidad de participar como sea menester en lo que ayude a las comunidades originarias o no, a su organización y defensa ante las agresiones que en los últimos tiempos se han recrudecido y desde mi llegada a esta ciudad me he dedicado a esto de manera ininterrumpida como observador. Esto es lo que me impidió en un primer momento reaccionar ya que no me encontraba presente para mi defensa.
o Hoy por razones obvias presento mi renuncia a mi organización. Ya que los hechos que se me imputan, y que hoy parecen ser imposibles de aclarar podrían perjudicar la tarea de mis compañeros/as.
o Quiero reconocer y agradecer a amigos/as y compañeros/as por haberse preocupado por mí y no haberse deslindado de mi persona cuando la actitud mas sencilla sería la de darme la espalda.
o Entiendo la actitud de quienes sin saber cuáles fueron los hechos pero al escuchar la versión en mi contra, se posicionaron en ese sentido. Yo mismo en esa situación habría probablemente actuado de la misma manera.
o Reitero mis disculpas, si mis acciones o formas provocaron que alguien se sintiera agredido/a, ésta nunca fue mi intención.
o También quiero resaltar que mi intención es agotar las posibilidades para alcanzar un diálogo serio y adulto con todas las partes implicadas antes del día 25 del corriente (momento en el que dicha Leila Saraiva abandonara la ciudad según sus planes anteriores y ya no habrá posibilidad de aclaración alguna). Hago esto porque creo que la verdad llega tarde o temprano y que las cosas entre compañeros/as se solucionan dialogando, incluso cuando tendría la posibilidad de recurrir a la justicia ya que se está cometiendo un delito de calumnias e injurias que está perfectamente estipulado en el código de derecho.
Sin más, agradezco su tiempo, Pancho…
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