Acapetahua, Chis; 22 de junio.- Al cumplir hoy exactamente 65 años de haber fallecido a consecuencia del disparo de una escopeta, familiares de Víctor Chamlati Vitar, de origen libanés, dieron a conocer que el citado cuerpo incorrupto localizado en su tumba no ha sido analizado por nadie.
“Al observar a mi mamá (Juventina Hernández viuda de Chamlati) enferma debido a su avanzada edad de 96 años, decidimos la familia preparar su nicho en el panteón de aquí de Acapetahua para el funesto desenlace”, relató Víctor Chamlati Hernández, hijo.
Agregó que contrataron a dos albañiles quienes levantaron la loza de la tumba de su papá, al haber acordado su familia que los restos de su mamá serían en el futuro depositados en el mismo sepulcro, pero le dieron aviso a él de que el sitio estaba “lleno de agua y el ataúd en buen estado”. Enrique Gómez López y Francisco Posada, vigilantes y trabajadores del panteón municipal de Acapetahua, corroboraron la versión de Víctor Chamlati Hernández, de 68 años de edad y afirmaron que ellos tuvieron que ayudar a sacar con cubetas el agua de la tumba.
“Nos llevamos una ¡gran sorpresa! al abrir la caja de madera, en donde se suponía encontraríamos sólo los huesitos de mi papá. No fue así. El cuerpo estaba entero, como dormido, no despedía ningún mal olor, era flexible como si apenas hubiera sido enterrado un día antes”, indicó Víctor Chamlati Hernández.
Entrevistado en su casa en esa Villa de Acapetahua, en donde además vive su mamá Juventina Hernández y la hermana de ésta, Elisa Hernández, de 102 años de edad, Víctor Chamlati relata que fue a principio del pasado mes de marzo cuando descubrieron incorrupto el cadáver de su papá.
El ataúd de madera solo presentaba humedad exterior por el agua, que según los panteoneros, pudo filtrarse a través de la losa de cemento. “La caja en su interior estaba recubierta con un material como lámina y por ello le metieron machete como abrelatas para abrirla” dijo uno de los panteoneros.
En el proceso de abrir el féretro, el machete dañó uno de los píes del difunto, sin embargo no sangró “pero la carne se observó viva como cualquier herida reciente”, diría el entrevistado hijo y coincidirían en ello los panteoneros.
“Sentí entre una gran emoción, nostalgia, añoranza y alegría al ver a mi papá como dormido, por que cuando él murió yo apenas tenía tres años de edad y no lo recordaba cómo era”, dijo Víctor Chamlati Hernández.
Añadió que para él pasó mucho tiempo observando el cuerpo incorrupto de su papá, y que no entendía lo que platicaban en ese momento los albañiles y panteoneros, que sólo escuchaba “como un murmullo”.
El cadáver estuvo a la intemperie aproximadamente tres horas; después en el mismo ataúd fue vuelto a depositar dentro de la tumba ya sin agua; al siguiente día retornó Víctor Chamlati Hernández y extrajeron de nuevo el féretro para que un fotógrafo local imprimiera las imágenes.
Posterior a ello la familia al ser avisada de lo acontecido por Víctor Chamlati Hernández, acordó inhumar nuevamente en la misma tumba y féretro a Víctor Chamlati Vitar, con una loza de cemento más gruesa.
Desde aquella fecha se esparció por todo el municipio de Acapetahua el acontecimiento, sin embargo los más, al no existir una versión oficial de autoridades, manifiestan que “es cosa del diablo”.
En tanto que el obispo de la diócesis de Tapachula, Leopoldo González, al haber dado parte Víctor Chamlati al párroco de la iglesia de Acapetahua sobre el hecho, diría al término de su homilía del domingo 15, que “la iglesia católica no considera un cuerpo incorrupto como una señal inequívoca de santidad”.
Don Víctor, respondió que “nosotros no buscamos que la iglesia declare santo a mi papá; ni queríamos publicitar el hecho, sino simplemente que médicos forenses o científicos, lo estudien para saber la verdad de la preservación del cuerpo después de 65 años de estar enterrado, y ello sirva a la humanidad”.
Víctor Chamlati Vitar, según su hijo, llegó a México a principio del siglo pasado, traído por sus papás: Salomón Chamlati y Dolores Vitar. “Si. Era de origen libanés. No sabemos con exactitud de que ciudad pero del medio oriente llegaron en barco a Veracruz”.
Agregó que sus abuelos y su papá se asentaron primero en el municipio de Mapastepec, y que una década después Dolores Vitar se separó de Salomón Chamlati y se asentó en Acapetahua y volvió a casarse, esta vez con Efraín David, cuyo nieto es el ex senador, ex diputado federal, ex candidato a la gubernatura de Chiapas, y hoy diputado local, Sami David David.
Otro nieto del difunto, Víctor Chamlati Vitar, es diputado local por el PRD en el distrito electoral con cabecera en Motozintla: Rafael Antonio González Chamlati, sobrino de Víctor Chamlati Hernández al ser hijo de la hermana de éste, Dolores de los mismos apellidos.
El 22 de junio de 1943, Víctor Chamlati Vitar, en un camino a su rancho ganadero en Acapetahua, fue herido con el disparo de una escopeta por el supuesto dueño de un perro al había matado a balazos el primero.
Herido lo trasladaron a un sanatorio particular de Tapachula en donde falleció el 23 de junio de aquel año en el que el mundo se convulsionaba por la II guerra mundial. Ese mismo día fue regresado a Acapetahua e inhumado en el panteón local, en el mismo ataúd que 65 años después ha sido encontrado como si el tiempo no hubiera pasado en él.
3 comentarios:
manifestaciones de dios de que la vida eterna existe!!!!! este señor su fé en dios era desmasiado fuerte , pura , intancta. su amor a dios fue y es incorrupta por eso no se pudrió.
Ese caso lo atendió el antropológo físico del Inah Javier Montes de Paz. La tumba y cadáver estuvieron expuesta a agua con salitre por eso se conservó, no es algo del diablo ni de dios
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