lunes, noviembre 05, 2007

NORWEST IDAHO Pablo invoca a Dios y a la democracia.

Pablo Salazar falsificador y usurpador de usurpador a Doctor Honoris Causa
Roberto Domínguez Cortés.
Sin precisar la fecha, Pablo Salazar Mendiguchía difundió un boletín en el que precisa haber recibido el grado de Doctor Honoris Causa por la Northwest Nazarene University del Estado de Idaho de los Estados Unidos de Norteamérica.
El pequeño Larousse define Honoris Causa a los grados universitarios conferidos, a título honorífico y sin examen, a altas personalidades. Pablo Salazar ni es alta personalidad ni tiene méritos para aspirar a tan significativo reconocimiento. Al contrario, es la antítesis del estudio y el reconocimiento al haber falsificado título y cédula profesional, cartilla del servicio militar nacional y acta de nacimiento. Pero eso sí, Pablo Salazar alcanzó otro laudo académico como siempre ha estado acostumbrado: sin presentar examen.
Durante 25 años se ostentó como licenciado en derecho y resultó que apenas había aprobado 22 de las 56 materias del plan de estudios de 1966 que le tocó cursar. Como puede observarse en su kárdex, necesariamente tuvo que ser dado de baja por su fracaso como estudiante. De las 22 materias aprobadas 13 fueron a título de suficiencia o examen extraordinario. Lo grave es que Pablo Salazar se ostentó, entre otras cosas, como maestro de tiempo completo de Derecho Constitucional en la Universidad Autónoma de Chiapas, pero jamás pudo aprobar la materia de Derecho Constitucional y Garantías Individuales. Como puede verse, la calificación y el tipo de examen aparecen en blanco.
Por otro lado en el comunicado del licenciado Lauro Castillo Sánchez, Abogado General de la Universidad Autónoma de Puebla, se puede corroborar que entre 1971 y 1976 Pablo Salazar no tiene registro de examen profesional y ni siquiera de conclusión de las materias de su licenciatura. Lo que lo ubica como un delincuente en funciones de usurpación de profesión y falsificación de documentos oficiales.
Por supuesto que cuando Pablo Salazar tuvo la oportunidad de confeccionarse a gusto su certificado de estudios profesionales, en las imprentas clandestinas de Santo Domingo, se adjudicó las mejores calificaciones que nunca pudo obtener en su fallido tránsito por las aulas universitarias. Pero hasta en eso fue torpe. Se olvidó de verificar que los días de la fecha de presentación de examen correspondieran a días hábiles. Así, aparecen exámenes presentados entre sábado y domingo, en los cuáles la universidad poblana no tenía labores académicas. Y en ese tiempo no operaba todavía en México el sistema de universidad abierta.
Hay diversos ejemplos que corroboran el aserto. En la materia de teorías económicas presentó examen el 28 de noviembre de 1971 con un gazapo imperdonable: era domingo. Lo mismo sucedió con derecho civil el domingo 17 de mayo de 1972 y el 10 de diciembre de 1972 otra vez en domingo. Y si el lector es acucioso, encontrará que hay 7 materias presentadas en sábado, cuando en la dizque benemérita ni clases ni exámenes en sábado como sucedía en todas las universidades públicas del país.
Su acta de examen profesional es otra curiosidad. Entre los catedráticos que supuestamente fungieron como sinodales en el examen profesional de Salazar, aparece el licenciado Eduardo Langle Martínez, en esa época Ministro de la Suprema Corte de Justicia de la Nación e imposibilitado para viajar diariamente a la ciudad de Puebla para desempeñarse como maestro en alguna de las materias.
La información obtenida para acreditar la falsa calidad académica de Pablo Salazar, procede de la Universidad Autónoma de Chiapas, de la Universidad Autónoma de Puebla y de la Dirección General de Profesiones. Todas coincidieron. El título y la cédula profesional son falsos. La cédula 745078 con la que se ostentó durante 25 años pertenece a María Leticia Altuzar Coello, psicóloga graduada por la Universidad Autónoma de Morelos.
Es por esa razón que Pablo Salazar tiene abiertas 2 averiguaciones previas en la Procuraduría General de la República y 2 en la Procuraduría General de Justicia del Estado de Chiapas.
Además, logró con la complicidad de Enrique Dogger Guerrero, rector de la Universidad Autónoma de Puebla y actual presidente municipal de Puebla, aprobar 34 materias entre los meses de agosto y noviembre de 2000, y finalmente obtener la cédula profesional 3126528. Pablo incurrió así en una doble usurpación y falsificación al obtener un título sin estar sustentado en estudios reales. Salazar y Dogger no aguantan una investigación a fondo.
El discurso de Pablo
Salazar en la Northwest
Nazarene
Pablo Salazar es todo un caso y digno de estudio de la psiquiatría política. En un discurso plagado de mentiras ante académicos y alumnos de la Northwest Nazarene University, se definió como demócrata y creyente de Dios. 2 de sus pasivos más grandes durante su lamentable paso por el gobierno del estado de Chiapas. Se recoge textual el fingido pensamiento del simulador, como una vez lo definiera en Santiago de Chile José Murat, ex gobernador del estado de Oaxaca. Con ello Murat dejó ver que Pablo es el clásico tartufo: practica la hipocresía religiosa para ocultar sus maldades.
Comienza por hacer un reconocimiento a la universidad que inmerecidamente le entrega el doctorado Honoris Causa: "...es la más alta distinción académica y profesional que he recibido en mi vida. Este reconocimiento, por mucho, honra más a quien lo recibe que a quien lo otorga." Tiene razón. Jamás se ha ganado por mérito propio ni siquiera un certificado de preparatoria o la conclusión de estudios profesionales, y mucho menos un título auténtico de grado superior.
Invoca agradecimientos en nombre de actores que repudian su actuación como funcionario y como jefe de una familia: "...quiero decir gracias, muchas gracias... lo hago a nombre de mi familia, de mis hijos Pablo, Valeria y Andrea, de quienes fueron mis colaboradores en el gobierno y de manera especial del pueblo de Chiapas." Pablo Salazar está incapacitado ética y moralmente para emitir esos agradecimientos. Esta vez, deliberadamente omitió el nombre de su esposa Martha López Camacho. La razón es bien conocida en Chiapas. Se le ha visto en goce y disfrute por el mundo con la señorita Patricia Flores Gutiérrez, quien fuera su secretaria particular, íntima y de confianza, durante los 6 años que usurpó el cargo de gobernador de Chiapas. Obvio, sus hijos no comparten la actuación de su padre. No le queda tampoco agradecer en nombre de los chiapanecos, el pueblo que agravió y agredió para cobrar venganzas y afrentas personales. Pacticó la persecución y la cárcel entendida como forma de gobierno.
Cínico por naturaleza se define humanista: "...soy uno más de los mexicanos que cree en los valores universales que le han dado sentido y dignidad a la convivencia del ser humano en la tierra..." No le queda. Pablo acabó con esos valores universales en Chiapas. La justicia, la libertad y la democracia fueron ofendidas sin límite. Las cárceles se llenaron de gente inocente. De luchadores sociales, líderes sindicales, periodistas, maestros, alumnos y todos aquéllos que tuvieron la osadía de disentir con un remedo de dictador cargado de traumas y penurias infantiles. Casi 300 gentes fueron encarceladas injustamente durante el nefasto pabliato en Chiapas. La Libertad de Expresión fue reprimida. La Asociación Mexicana de Editores de México que agrupa a 135 medios de provincia, declaró a Pablo Salazar, Enemigo Número Uno de la Libertad de Expresión.
En un discurso "conmovedor" Pablo se duele que por ser cristiano recibió "el rechazo de los muchos que creen distinto...y al cabo del tiempo mi religión sigue siendo la misma aunque ya no tan minoritaria... ahora no milito en ningún partido. Yo mismo, en una gran alianza de 8 fuerzas políticas gané el gobierno del estado de Chiapas." Recurre a la mentira para justificar el fraude electoral con el cual se robó la elección del 2000. Recibió protección del presidente Ernesto Zedillo y del candidato Vicente Fox para no ser encarcelado por las 3 averiguaciones previas abiertas que tenía en ese momento. En un país con instituciones serias y al servicio de la legalidad, Pablo Salazar habría terminado irremediablemente en la cárcel. Pablo es producto de una elección de Estado y no de una elección democrática.
Pablo se exhibe también como el gran simulador y mentiroso que ha sido toda su vida. Sin recato apunta: "Quiero decir que con o sin partido, e incluso con o sin religión mis hondas convicciones no han variado. Creo en Dios (qué poca madre de Pablo mencionar a Dios) y también en la joya de su creación: el ser humano." Sólo que jamás será hombre de convicciones. Ni siquiera tiene la calidad varonil con que se puede ostentar el ser humano del grupo masculino. Sí Pablo creyera en Dios no habría vulnerado sistemáticamente los mandamientos de ese Dios que sacrílegamente invoca.
Sí amara a Dios por sobre todas las cosas no hubiera reprimido ni perseguido a gente inocente. Se le olvidó honrar a su padre y a su madre desde el momento en que decidió engañar y regresar "triunfante" de Puebla con un título profesional falso. Dios dice no matarás, y Pablo con tanta persecución, hostigamiento y amenazas indujo la muerte de Conrado de la Cruz, por haber sido el primero en denunciar su condición de falsificador y usurpador. Con el séptimo mandamiento se le pasó la mano: no hurtarás. Conocida es su humildísima condición económica originaria, y ahora luce su ostentosa riqueza con casas en Monterrey, el Distrito Federal, Tuxtla, Soyaló y San Cristóbal de Las Casas. Y como joya de ese dinero mal habido, la rapiña cometida en los 11 mil 700 millones de pesos que no aparecen del huracán Stan. Pablo tiene fama de ser el mayor ladrón en la historia de Chiapas.
Y para cerrar sus mentiras en agravio de otro de los mandamientos de la ley de Dios, engañó al auditorio que escuchaba, con un discurso plagado de falsedades: "Creo en las instituciones que dan vida a las sociedades modernas. Creo en un mundo de leyes, creo en la paz y por lo tanto repudio la guerra. Creo en la democracia y en el respeto a las diferencias." Pablo "el creyente" agravió la vida institucional de Chiapas. Ordenó en el 2001 a la policía judicial, el asalto a la sede del Supremo Tribunal de Justicia para imponer a un magistrado presidente a conveniencia. En ese mismo año, los diputados fueron ofendidos con agresiones físicas y verbales por parte de Pablo el creyente. En el 2003 promovió una reforma electoral para perpetrar fraudes electorales. Inventó acusaciones en contra de Pedro Raúl López Hernández para destituirlo como presidente de la Comisión Estatal de Derechos Humanos porque no aguantaba las recomendaciones a su gobierno represor. Y en el exceso, inventó la temible figura de la Fiscalía General del Estado para heredársela a Mariano Herrán por 12 años más, el policía político de la represión. Por eso Pablo no puede asumirse como hombre de leyes y demócrata, como tampoco repudiar la guerra. Todo su gobierno fue una guerra contra todos aquéllos que se opusieron a sus arbitrariedades.
Por eso Pablo Salazar debe ser llamado a cuentas, juzgado y encarcelado por sus múltiples crímenes cometidos de Lesa Humanidad. Por muy demócrata que sea y por más que crea en Dios.

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