domingo, octubre 07, 2007

Candidato que gana no cumple su palabra

Fredy Martín Pérez.

Las Margaritas, Chis.- El tiene 73 años de edad y ella 64. Son Francisco Hernández Sántiz y Guadalupe Sántiz Hernández, viejos ex trabajadores de la finca El Kiss, de Jaime de la Vega Domínguez , que son parte de los 2.7 millones de chiapanecos que están llamados a votar para elegir 118 alcaldes y 40 diputados.
A los 57 años, don Francisco solicitó por primera vez su credencial de electoral ante el Instituto Federal Electoral (IFE), y desde entonces ha acudido ha sufragado para elegir a presidentes de la República , gobernadores, alcaldes, senadores y diputados.
“Antes lo hacíamos por el PRI, pero ya no”, asegura Hernández Sántiz, mientras come con su esposa tortillas con aguacate y queso en el parque central de esta localidad, ex refugio del Subcomandante Marcos, del Ejército Zapatista de Liberación Nacional (EZLN).
En la actualidad, don Francisco y doña Guadalupe viven en la ranchería Shuyujá, donde el gobierno municipal en manos del Partido de la Revolución Democrática (PRD) les construyó una vivienda a través del programa Habitat.
Este matrimonio sobrevive gracias a una parcela de maíz y frijol que siembra y cuida don Francisco, operado de la próstata hace seis años.
Se queja de un dolor de cintura. No conoce las causas, pero dice que esto le impide buscar empleo.
“Pasamos muy jodidas nuestras vidas. Ya no puedo trabajar como antes. Ahora sólo puedo limpiar algunos traspatios”, explica Hernández que en la finca ganaba como machetero un tostón en la década de los 50 del siglo pasado.
Los señores Francisco y Guadalupe vieron truncada su vida cuando bases de apoyo y miembros de organizaciones indígenas y campesinas tomaron decenas de ranchos en este municipio. El Kiss, propiedad de un hermano del ex presidente del PRI, Jorge de la Vega Domínguez , fue invadido en 1994.
Desde entonces fueron empujados a dejar la finca y buscar un lugar de vivir, que encontraron en la ranchería Shuyujá. En los últimos siete años ese poblado ha recibido apoyos del gobierno municipal como el revestimiento del camino de acceso, un parque y letrinas.
Los señores Hernández y Sántiz saben que aun cuando confían en las elecciones, no tienen seguridad de que el alcalde ganador cumpla con lo ofrecido.
“Votamos pero a veces no cumple su palabra el que gana. Ya ganaron y no dan nada para las comunidades”, arremete Hernández.
Shuyujá es un poblado de unas 60 familias, con una diversidad ideológica diversa. “Tantos partidos que hay en la comunidad: PRI, Nueva Alianza… hay de todos los partidos ahí en la comunidad”, agrega.
El domingo a temprana hora, don Francisco y doña Guadalupe dejarán su casa para ir a la casilla que se ubicará en el centro del poblado para emitir su voto que ya definieron.
“Antes votamos por el PRI, pero desde hace seis años ya no lo hacemos por este partido. Vamos a ver quién va ganar la presidencia”, matiza don Francisco.

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