¿A DONDE VAMOS?

Rebeka Hakeber.

Aquí donde la Madre Tierra se enfurece por todas las vejaciones que le hemos ocasionado y prueba de ello es el calentamiento global y la presencia de huracanes más destructivos como el Mich en el 1998, el Stan en el 2005 y los que nos faltan por venir.

Pero ¿qué nos espera más adelante? ¿Estamos esperando tranquilamente otra advertencia para cambiar nuestra forma de vivir o medio vivir?, ya que como bien se ha afirmado, los seres humanos somos los únicos seres dotados de raciocinio y sentimientos que nos autodestruimos, devastamos y aniquilamos.

Seria importante que nos detuviéramos por un momento y recapacitáramos: ¿Hacia dónde iremos si nuestra única casa llamada Tierra se destruye?, ¿Encontraremos un lugar en el espacio estelar donde tengamos las condiciones que necesitamos para sobrevivir?, o acaso estamos esperando un milagro de un ser supremo o estamos resignados a lo que dicen los fatalistas, que el fin del mundo esta por llegar.

Si, somos tan irresponsables que hasta en eso responsabilizamos a Dios, cuando los únicos culpables somos nosotros y no hace falta hacer grandes investigaciones para darnos cuenta de nuestras faltas, sólo es necesario ver las grandes cantidades de basura que producimos, el agua que desperdiciamos, la tala inmoderada de nuestros bosques, los incendios forestales, la caza y pesca indiscriminada y abusiva que no respeta la vida animal, en fin hay tantas calamidades que hacemos los inteligentes seres humanos.

Si bien, nos hemos levantado después de probar el lodo, después de tener el agua hasta el cuello y ver como el agua se lleva nuestras casas, cosechas, animales y destruye todo a su paso, y después de ver tanta agua por todos lados, llegan las sequías, las altas temperaturas, el sol ardiente que quema toda célula viva; y por si esto fuera poco llegan los fríos intensos, heladas que queman de frió; y como dicen nuestros viejos, sabios testigos de nuestra suerte “es la madre tierra la que se revela” harta, cansada y decepcionada de estarnos aguantando todos nuestros ultrajes, saqueos y vejaciones que le hemos hecho y que hoy la hacen agonizar por las graves heridas que le llegan hasta las entrañas y la hacen llorar de dolor, tristeza y rabia, largas noches de lluvia que se convierten en huracanes y tormentas furiosas que desgarran y destruyen todo; pero lo peor de todo es que muy pocos se percatan de ello, se concientizan y hacen algo, pero, que no es suficiente, ya que es imposible curar un cáncer en etapa terminal con una simple pastilla para el dolor; cuando aquí lo que se necesita es una profunda conciencia ecológica, necesaria, obligatoria y urgente, por parte de todos los seres humanos para conservar nuestra única casa llamada tierra, ya que si la seguimos destruyendo y la dejamos extinguirse, ningún gobierno intergaláctico nos va a reubicar en alguna colonia espacial, si es que la hubiera, pero aun no esta comprobado que exista fuera de nuestro planeta las condiciones de vida con las que gozamos en nuestra amada pero maltratada casa, llamada tierra, luego, entonces … ¿A dónde vamos?