A LA DIOCESIS DE SAN CRISTOBAL DE LAS CASAS:
Llegando a Roma, me enteré del lamentable fallecimiento de Don Andrés Aubry. Para todos es una gran pérdida y su ausencia será notable. Nunca olvidaremos los enormes servicios hechos no sólo a nuestra diócesis, sino a la causa de los indígenas, a partir de sus investigaciones históricas. Recordamos con gratitud su última intervención en la asamblea diocesana de junio pasado, cuando nos hizo valorar las características propias de nuestra diócesis a través de los siglos, y es siempre su opción por los pobres. Que el Señor de la historia y liberador de los oprimidos, le conceda el descanso eterno.
Este sábado, acompañando a los sacerdotes del Colegio Mexicano en una peregrinación a Asís, celebré la Misa por él sobre la tumba de San Francisco, quien vivió evangélicamente esta virtud de la pobreza. A media día de este domingo, celebraré con ellos también en las catacumbas de San Calixto, donde dieron la vida por su fe en Cristo miles de cristianos. Lo tendré presente en la Eucaristía, para que la vida de Don Andrés sea una ofrenda, una víctima agradable al Padre, en Cristo, por El y con El.
Acompaño a nuestra diócesis y a sus seres queridos con mi respeto, mi gratitud y mis oraciones.
+ Felipe Arizmendi
martes, septiembre 25, 2007
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