lunes, julio 23, 2007

La autonomía zapatista
Fredy Martín Pérez.

Oventic, Chis.- A principios de 1990, Antonio Hernández Cruz, un joven dirigente de la CIOAC, sorprendía a sus correligionarios con los planteamientos para demandar al Estado autonomía para los pueblos tojolabales, tzotziles y tzeltales. Querían resolver sus problemas en las comunidades.
Límbano Jiménez Ruiz rememora que cuando él y sus camaradas, actualmente funcionarios del gobierno, ex diputados federales, estatales o alcaldes, explicaban lo que querían, los campesinos les dificultaba entender el planteamiento.
“Costaba un chingo explicar la autonomía. Muchos no sabían qué era”, recuerda ahora el ex miembro de la Central Independiente de Obreros Agrícolas y Campesinos (CIOAC).
Cuarto nivel
Arturo Lomelí González, un estudioso de los pueblos indios de Chiapas, explica que la autonomía que demandaban los dirigentes de la CIOAC, no era más que una autonomía vista como del “cuarto nivel de gobierno”.
Fue cuando con el triunfo de los sandinistas en Nicaragua y la autonomía que alcanzo el pueblo misquito, que demando una “profunda transformación” del orden político, económico y cultural de ese país, intelectuales y estudiosos mexicanos, empezaron hablar de autonomía para los pueblos originales mexicanos.
“Era la autonomía que se conoce como la del cuarto piso”, es decir, que el Estado creara además del Poder Ejecutivo, Estatal y Municipal, una nueva forma de poder a los 65 pueblos de México, dice.
Así el concepto de autonomía que proponían los intelectuales no sufrió cambios drásticos, a partir del inicio de los diálogos de San Andrés Larraínzar, que se realizaron entre febrero y septiembre de 1995.
“Los asesores del gobierno, entre ellos funcionarios del gobierno, del entonces Instituto Nacional Indigenista y de la Secretaría de Desarrollo Social (Sedesol) seguían proponiendo una autonomía de cuarto nivel”, expone Lomelí González, el antropólogo que ha documentado el origen, desarrollo y vigencia de las instituciones políticas y religiosas de los pueblos de Chiapas.
Demanda zapatista
Entonces cuando se abre la mesa de Derechos y Cultura Indígena, fue el EZLN que introduce en la negociación de San Andrés, el tema, que va como un concepto de autonomía territorial, donde los pueblos son los que deben escoger la forma de gobernarse.
Pero este concepto atemorizó a la delegación del gobierno y por lo mismo rompió la incipiente negociación que realizaba en la cabecera municipal de San Andrés Larráinzar.
-¿Le dio miedo el gobierno esa autonomía que pedían los pueblos indígenas?
-Obviamente, responde el también fotógrafo y videoasta que ha registrado durante más de dos décadas, la vida de los indígenas tojolabales, tzotziles y tzeltales.
La autonomía que claman los indígenas en el diálogo de San Andrés, consiste en que las comunidades sean dueñas de las selvas, de las montañas, de los recursos naturales, agua, minerales y conseguir soberanía en su territorio.
Propia cuenta
Fue cuando los pueblos indios y el EZLN se dieron cuenta que el gobierno federal no tenía voluntad para avanzar en la negociación de San Andrés, entonces se retiran de la mesa y es cuando dicen: “vamos construir nuestra propia autonomía”.
Como parte de este proceso, el 19 de diciembre de 1995, en el poblado de Guadalupe Tepeyac, el Subcomandante Marcos anuncia la creación de los 38 municipios rebeldes, con “formas propias de autogobierno”, evento que alarma al gobierno mexicano.
A partir de ahí, el EZLN inicia un largo proceso hasta llegar a las Juntas de Buen Gobierno y los Municipios Autónomos Zapatistas. “Bajo los principios de rebeldes y autónomos, los zapatistas rebasan toda forma de organización”, explica el antropólogo, autor del estudio Syu’el tuuneletik.
Así, los gobiernos autónomos del EZLN empiezan a trabajar en la procuración de justicia, promoción de ecuación, salud, proyectos productivos y resolución de conflictos en las comunidades.
Lomelí González explica que el éxito de las Juntas de Buen Gobierno es tal que los zapatistas llegan a sentarse a platicar con indígenas y campesinos ligados a otras organizaciones sociales y campesinas, para dirimir conflictos.
El investigador considera que hasta ahora, ha sido encomiable lo realizado por el EZLN, principalmente en materia de salud y educación. “Ha sido increíble lo que ha hecho el EZLN, porque avanzó mucho más de lo que el gobierno nunca pudo hacer”, expone.
“El EZLN ha crecido mucho”, agrega Lomelí González, porque se ha extendido todo el territorio chiapaneco casi en las nueve regiones económicas, al aprovechar la crisis del gobierno mexicano y de los propios partidos políticos que no ha sabido trabajar para desterrar la desigualdad social que impera en todo el territorio mexicano.
“Grande ha sido el proyecto del EZLN. Ha tenido un gran empuje y no se ha aislado como dice el gobierno”, agrega.
Por lo mismo, el EZLN se ha retroalimentado porque es un símbolo de lucha antineoliberal. Han demostrado los zapatistas que si pueden vivir insertos en una comunidad neoliberal, pero no dependiendo de ésta.
En estos 13 años, los zapatistas de las distintas regiones han tenido algunos derroteros, pero el éxito de la autonomía, les permitió que sus bases no se hayan infiltrado en el narcotráfico o incorporarse como “guías” en los procesos migratorios hacia los Estados Unidos, puntualiza Lolemí González.

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