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Alfonso Carbonell
Solidaridad Las versiones no oficiales del martes al medio día respecto a la detención de un compañero periodista, corrían como reguero de pólvora. Se hablaba de una acción policiaca en contra de un compañero periodista, de Roberto Domínguez Cortés, columnista del Cuarto Poder. Bien a bien, y sin que el posible evento del que se rumoraba tuviera un mar de fondo por lo agudo y crítico del comunicador, lo único que sí se daba por hecho, es que un número importante de elementos de la Fiscalía General del estado a mando de Mariano Herrán Salvatti, habían llegado hasta el domicilio particular del también Presidente del Colegio de Economistas, Domínguez Cortés, y todo apuntaba a que la acción emprendida era contra de su persona. Pero no fue así, fue algo peor. Y para que usted juzgue fría y objetivamente de qué fue finalmente lo que pasó, por la amistad que personalmente me une a Roberto y por considerarlo del interés de la sociedad, reproduzco aquí el comunicado que Miguel González Alonso, Presidente del Frente de Periodistas de Chiapas (FREPECH) nos envía, en el que al tiempo de relatar los hechos que le fueron confiados por el propio Roberto Domínguez, Miguel en su calidad de dirigente del FEPRECH, eleva su más enérgica protesta y exige alto a la represión contra de periodistas y su familias. Aquí el comunicado.
Catean la casa de periodista en Chiapas
A las 7 de la mañana de hoy, cerca de cuarenta agentes de la Agencia Estatal de Investigación y la Policía Sectorial del Estado catearon el domicilio del articulista Roberto Domínguez Cortés, autor de Hojas Libres que publica el periódico Cuarto Poder.
Los agentes irrumpieron en el domicilio del periodista y entraron sin necesidad de forzar las puertas (por lo que se aduce que llevaban llaves) con el propósito de llevarse a sus nietos: Roberto y María Fernanda Domínguez Zozaya, de ocho y siete años de edad, respectivamente, quienes se encontraban desde hace 5 años, bajo la custodia de su padre, Roberto Domínguez Moscoso, hijo del periodista.
El impresionante despliegue policiaco abarcó: El cierre fraccionamiento Condominios Bulevares con efectivos de la policía antimotines equipados con escudos; el cerco del edificio con elementos fuertemente armados; el ingreso de una docena de agentes al interior del departamento C7 del conjunto habitacional ubicado frente a la UNACH, Campus Tuxtla, quienes se llevaron entre rostros de llanto, pánico y terror a los dos menores mencionados; filmaron todo el interior del departamento; “catearon” a sus ocupantes, incluido el padre de los menores quien se encontraba en short.
Este abuso y exceso de la policía se realizó en el domicilio de Roberto Domínguez Cortés bajo el argumento de la existencia del delito de privación ilegal de la libertad de los menores, quienes vivían hasta ayer, con su papá en casa de sus abuelos.
Cabe mencionar que, sobre el particular, existía un diferendo entre los padres de los menores, mismo que se desahogaba mediante un juicio en el Juzgado Primero de la familiar de Tuxtla Gutiérrez.
Al respecto, debe aclararse que a decir del padre de los menores la Juez que revisa el caso no había dictado sentencia ni notificado a Roberto Domínguez Mocoso la orden de entregar a los menores.
Lo grave del asunto radica en que ayer 7 de agosto, Roberto Domínguez Moscoso solicitó un amparo, como recurso, dentro del juicio, y se presume que alguna persona dio aviso a la otra parte en pugna para violentara el aseguramiento de los menores.
Es importante señalar que Roberto Domínguez Cortés ha sido un crítico severo, constante y contundente del régimen de Pablo Salazar Mendiguchía y que ha librado diversas batallas legales como representante legal de Cuarto Poder y en la defensa de Conrado de la Cruz Morales; Que sus artículos han sido lapidarios e indiscutibles, razón que le ha causado el encono oficial, que hoy se ha manifestado desatando su furia y una violencia intensa inadmisible.
¿Tienen acaso Ustedes antecedentes de un operativo similar en contra de cualquier otro ciudadano? Aquí más allá de lo estrictamente legal, nos queda claro que con este hecho se pretendió intimidar, amenazar, asustar… en suma: agredir y causar daño, alardeando fuerza en contra de un comunicador y su familia.
¿Justifica Usted el grotesco uso de la fuerza pública para el traslado de dos menores de edad?
¿Tiene Usted idea del daño psicológico que se causó hoy en los niños de 7 y 8 años al ser arrebatados de su padre (con quien han vivido más de la mitad de sus vidas) y llevados en un vehículo de policía con rumbo desconocido para ellos? Ya de salida
Para refrendar nuestra solidaridad y apoyo a Roberto Domínguez Cortés y a su familia. ¡Ánimo Roberto! Ya falta menos que ayer. Ah, sobre del debate y sus saldos, mañana sin falta,
miércoles, agosto 09, 2006
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