lunes, febrero 18, 2013

Benedicto XVI asume de otra forma su cruz


San Cristóbal de las Casas, Chis; 17 de febrero.- Con su renuncia, Benedicto XVI, no decidió huir del trabajo, como algunos analistas lo han dicho, “sino asumir otra forma su cruz” y crucificarse para dedicarse a “la soledad, al silencio a la oración”, declaró el obispo Felipe Arizmendi Esquivel.

Que el Papa ya no tenga “los reflectores encima”, que no tenga “esa presencia universal, que a él le resaltaba tanto, es también una forma de cruz”, agregó.
Al término de su homilía del domingo, el obispo de la diócesis de esta localidad consideró que el Papa “es valiente” en rechazar “una tentación de poder”, porque ahora él quiere servir a la Iglesia de otra manera.
La renuncia de Benedicto XVI, lo hace “por amor a esta Iglesia” y por lo tanto “no es una cobardía, sino de una profunda madurez humana y cristiana”.
También representa “una espiritualidad muy bíblica y teológica, así como una espiritualidad antropológica, psicológica y eclesial. Se requiere de muchísima validez para tomar una decisión de esta índole”, expresó Arizmendi Ezquivel.
Agregó que admira “la clarividencia evangélica”, de Benedicto XVI, “para decidir el momento oportuno, para admitir que sus fuerzas físicas ya no le ayudan”.
“Yo valoro su generosidad espiritual, al no estar aferrado a un puesto. Es bien importante, porque todo mundo nos gusta el poder y es una de las tentaciones más grandes y el Papa no está aferrado a un poder, sino lo que le importa es el servicio y si ve que ya no puede seguir presidiendo a la Iglesia, lo servirá de otra manera y eso es de mucha espiritualidad”.
En Benedicto XVI, expresó Arizmendi Esquivel, ve “una gran libertad” por haber tomado esta decisión. “Yo creo que eso lo estuvo meditando, pensando y quizá consultado, y yo me imagino que (alguien le dijo no) porque va  pasar… pero él con toda libertad toma esta decisión”.
Aunado a esto, el obispo resaltó en Benedicto XVI, “su sacrificio y arraigado amor a la iglesia”, aunque recordó que hace ocho años “él no se consideraba candidato, ni quería ser Papa”.
“Se ha dicho de muchas maneras, pero él asumió esta responsabilidad hace ya casi ocho años y lo ha hecho con todo su entusiasmo”.
Reconoció que Benedicto XVI no dejó el cargo, cuando los problemas en el Vaticano eran “mas fuertes”, como la pederastia clerical o la fuga de documentos internos de parte de su secretario particular.
Benedicto XVI enfrentó estos problemas con “decisión y con valentía”, pero en los momentos de la crisis generada por la pederastia, pidió a todos en la Iglesia a “tomar decisiones mucho más radicales”, para que esto no siguiera.
Ahora se han suscitado elucubraciones, para decir quién puede ser elegido el nuevo Papa o si existen razones para la renuncia de Benedicto XVI.
Por esto, algunos analistas en asuntos religiosos, “han expresado opiniones que nos confirman lo que ya había dicho Jesús: Quienes tiene los ojos manchados, todo lo ven sucio”. 
“Eso podemos decir de algunos comentaristas: como tienen el ojo manchado, todo lo ven sucio. Se imaginan que son puras intrigas en el Vaticano, pero como en cualquier familia, hay problemas, hay diferentes opiniones, pero no fue eso, lo que hizo el Papa decidir presentar su renuncia. Problemas en todas partes hay”, consideró Arizmendi Esquivel.


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