domingo, noviembre 25, 2007

Sureste mexicano, frágil ante embates naturales

Alberto López Morales

JUCHITÁN, Oax.— Devastadores y mortíferos, en el lapso de unos días tres fenómenos naturales no sólo cobraron la vida de al menos 56 personas y la desaparición de centenares más en el sureste mexicano, sino que eviden-ciaron la vulnerabilidad del país ante el embate de la naturaleza y la ineficiencia de los programas en materia de protección civil.
De condición atípica, como los calificaron las autoridades del Servicio Meteorológico Nacional, los frentes fríos números 4 y 5, así como la onda tropical 38, colapsaron la vida de más de un millón de personas en el estado de Tabasco, y de cientos de miles más en las entidades de Chiapas, Veracruz, Campeche, Yucatán, Quintana Roo y Oaxaca.
A su paso arrasaron con cultivos, afectaron la infraestructura de carreteras y caminos, escuelas, hospitales, las redes eléctrica y de telefonía, dañaron los sistemas de agua potable y drenaje, y ocasionaron cuantiosas pérdidas a las actividades pesquera, agrícola y ganadera.
“Al menos tardarán cinco años para que Tabasco se recupere de los cuantiosos daños”, dijo el gobernador Andrés Granier Melo, quien informó que 30 mil familias perdieron sus casas.
Asimismo, las autoridades estatales y federales estimaron en 100 mil millones de pesos el monto de los daños en toda la entidad, que aún padece las inundaciones.
Inicia la pesadilla
La sucesión de los episodios que conmovieron al país comenzó con la llegada de la onda tropical número 38, que a partir del 14 de octubre impactó al golfo de México.
Por los fuertes vientos con rachas de hasta 100 kilómetros por hora, una lancha que transportaba 25 indocumentados centroamericanos naufragó el martes 16 de octubre en la bocabarra de San Francisco, frente a las playas de San Francisco del Mar, que unos días antes había sufrido el embate de la tormenta tropical Kiko.
Marina reportó el hallazgo de 13 cadáveres, salvadoreños en su mayoría, víctimas del naufragio, además de la localización de tres sobrevivientes y la desaparición de nueve personas más.
Las labores de rescate fueron interrumpidas el martes 23 de octubre por los vientos de más de 130 kilómetros por hora, de un norte que irrumpió con inusitadas marejadas en el golfo de México y el golfo de Tehuantepec, en Oaxaca.
En el estado de Veracruz, las rachas huracanadas dejaron sin techo a más de 5 mil personas, y miles de pescadores suspendieron la captura de productos.
Ese norte, asociado con la onda tropical 38, trajo aguaceros torrenciales en Oaxaca, mismos que desbordaron el río Ostuta, en San Francisco Ixhuatán, donde más de 50 viviendas y decenas de caminos quedaron bajo el agua durante una semana.
También causó daños a la pesca de las costas de Sonora, donde sus latigazos propiciaron el hundimiento de dos embarcaciones camaroneras y la desaparición de siete pescadores de la región.
Quince días de lluvias en chiapas
Estacionado en el golfo de México, provocó lluvias durante 15 días en Chiapas y afectó a 62 de sus 118 municipios, que resintieron daños, principalmente en el servicio eléctrico y las carreteras.
Las torrenciales precipitaciones causaron la creciente de ríos, el deslave de cerros y, al menos, la muerte de tres chiapanecos en los municipios de Chicoasén y Copainalá, según reportes locales.
Las autoridades estatales confirmaron además cuantiosos estragos sobre 35 mil hectáreas de cultivos de maíz, plátano, café, cacao, frijol y árboles frutales.
Las mayores afectaciones se produjeron en poblaciones de Reforma, Pichucalco y Ostuacán, por lo que más de 2 mil personas se trasladaron a los albergues instalados.
Accidente en plataforma
En ese último municipio chiapaneco, el derrumbe de un cerro, el pasado domingo 4 de noviembre, arrasó con el poblado de Juan de Grijalva, y hasta ahora el desastre arroja 15 muertos y una decena de desaparecidos.
Los vientos huracanados del frente frío 4 también provocaron ese mismo martes 23 de octubre el choque de la plataforma petrolera Usumacinta con el pozo Kab 121, en la sonda de Campeche, accidente que ocasionó la muerte de 21 obreros y la desaparición de otro operario.
La devastadora fuerza del frente frío 4 también se sintió en puerto Progreso, Yucatán, donde el viernes 26 de octubre se reportó la muerte de dos pescadores, el desplome de la captura del pulpo en las costas de la entidad y pérdidas a más de 31 mil pescadores ribereños.
De acuerdo con las autoridades estatales, dicho frente frío inundó además 31 mil hectáreas de maíz, frijol, sorgo y chile en el sur de Yucatán.
Irrumpe frente frío número 5
El lunes 29 de octubre tocó el turno al frente frío número 5, el cual provocó fuertes aguaceros, la creciente de varios ríos como Grijalva y Carrizal, cuyos afluentes inundaron 80% de la superficie del estado de Tabasco.
El frente y la secuela de aguaceros y crecientes de los ríos más caudalosos del sureste mexicano coincidió con la situación de marea alta en el golfo de México, lo que provocó el desbordamiernto de más de una decena de ríos en el estado de Tabasco.
Todo ello ocurrió entre el 14 de octubre y el 4 de noviembre. Sólo 22 días bastaron para corroborar la vulnerabilidad de la zona, y que se pusieran al descubierto las omisiones en materia de seguridad en el manejo de ríos y presas.
Las torrenciales lluvias, el desbordamiento de los ríos Grijalva y Carrizal, el desfogue de la presa Peñitas, en Chiapas, con más de 2 mil metros cúbicos por segundo, terminaron por convertir la tragedia de Tabasco en un símil de Nueva Orleáns tras el paso del huracán Katrina.
En albergues de tabasco, 70 mil
Desde entonces, alrededor de 70 mil personas permanecen en albergues temporales que instalaron las autoridades estatales.
Con daños económicos superiores a los 100 mil millones de pesos, la economía tabasqueña se perdió en unos cuantos minutos bajo el agua, al igual que los enseres domésticos, muebles, vehículos, documentos, ropa, cultivos y ganado de miles de familias de esa entidad, que buscaron refugio en estados vecinos como Veracruz y Yucatán.

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